El imperio contraataca
En la imagen: La vocera Hua Chunying avisando que China también pondrá tarifas.
Página 12
El jueves fue Donald Trump, amenazando con más tarifas a las importaciones chinas. Y ayer fue Pekín, anunciando «contramedidas» si Washington le pone impuestos especiales a otros 300.000 millones de dólares de importaciones. Los mercados reaccionaron mal, especialmente por el tono agrio de la respuesta china. La vocera de la cancillería Hua Chunying dijo que «China expresa su fuerte insatisfacción y su resuelta oposición a esto. Si Estados Unidos implementa los aranceles, China tendrá que tomar las necesarias contramedidas para defender los intereses del país y su pueblo». Y para que no queden dudas agregó que su país «no tiene miedo a pelear una si es necesario».
Chunying no dio detalles, pero hay posibles revanchas que ya se discutieron, como limitar o cerrar la exportación de tierras raras, vitales para la alta tecnología electrónica, y la puesta en acción de una lista negra de empresas norteamericanas que ya se está compilando. China ya subió los impuestos de importación de productos norteamericanos por 110.000 millones. Si Trump cumple su amenaza, estará tasando virtualmente todo lo que se compra en China. Trump dijo que a partir del primero de septiembre va a imponer aranceles del diez por ciento sobre importaciones chinas por 300.000 millones de dólares. Esto se sumaría al 25 por ciento que ya grava productos chinos por 250.000 millones.
Estados Unidos acusa a China de usar un modelo económico dirigido por el Estado que subsidia de manera injusta la producción local, de mantener artificialmente baja su moneda, el yuan, para ganar competitividad, y de robar tecnología estadounidense. La amenaza de Trump viene justo cuando terminó una nueva ronda de negociaciones en Shangai, esta semana, que convino en hacer otra ronda en la primera semana de septiembre en Washington. Si todo sale mal, los negociadores se van a encontrar con las tarifas ya siendo aplicadas.
Cuando anunció las posibles tarifas -por Twitter, como es su extraña costumbre- Trump dijo que China se había comprometido a comprar productos agrícolas estadounidenses «en grandes cantidades» pero no lo hizo. China respondió horas después que sí había empezado a hacer grandes compras de soja, sorgo, algodón y cerdos.L
«Imponer tarifas definitivamente no es una manera constructiva de resolver fricciones económicas y comerciales, no es la forma correcta», dijo hoy el canciller chino, Wang Yi, al margen de una cumbre regional de cancilleres en Bangkok, Tailandia. Craig Allen, presidente del Consejo de Negocios Estados Unidos-China, dijo que la organización estaba preocupada de que los aranceles «empujen a China a abandonar la mesa de negociaciones» y de las posibles represalias de Beijing. «Tememos en particular un incremento en las regulaciones, demoras en las licencias y aprobaciones (para ingresar productos a China) y discriminación contra compañías estadounidenses en licitaciones estatales», agregó.
El secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, también en Bangkok, lanzó más críticas a China durante la reunión de cancilleres de las naciones del Sudeste Asiático a la que también asistió Wang. «China se ha aprovechado del comercio, es tiempo que eso pare», dijo, acusando de «proteccionismo» y «tácticas depredadoras» para darle a sus compañía una ventaja en los mercados globales. Las relaciones comerciales entre ambos países han fluctuado entre el progreso y el desastre, y parecían estar a punto de colapsar en mayo cuando dos meses más tarde Trump y su par chino, Xi Jinping, acordaron una tregua en una reunión en junio