“El Presidente se queda a mitad de camino: no enfrenta las fallas estructurales de la privatización del sistema de pensiones que impulsó su hermano”, señala Carlos Huneeus en esta columna sobre la reforma previsional. Los cambios, sostiene, debiesen partir por reconocer que las AFP no cumplieron su promesa original: “Entregar mejores pensiones que el sistema de reparto”. Huneeus advierte que también se debe sincerar que el sistema falla por deficiencias estructurales del mercado del trabajo, como inestabilidad laboral y bajos sueldos: “Ha habido una inercia institucional de parte de los sucesivos gobiernos, el Congreso, las AFP y el sistema financiero, al no enfrentar esas fallas”. Así, la democracia no está cumpliendo una función pública a la cual se comprometió a través de las AFP. Si el Estado no interviene, el conflicto social latente puede ser abono para candidatos populistas.