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Chile – ¿Conflicto de egos o crisis de la democracia partidaria en el Frente Amplio?

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 Clarín de Chile, Publicado el 16 Agosto 2017
 ESCRITO POR LEOPOLDO LAVÍN MUJICA

La crisis del Frente Amplio puede presentarse bajo la forma de lucha de egos, de pelea por los cupos, de ansias por obtener los privilegios materiales aferentes al cargo de representante parlamentario, de exabruptos de su candidata presidencial, y también en la forma más rebuscada e interpretativa de ofensa por el género. La clave es el problema de la participación política de su militancia en las posturas políticas y decisiones. Se trata de transparentar en clave política lo que se presenta como choque de personalidades o errores de enunciación.

Cabe eso sí partir de hechos objetivos que hacen que una organización política que se plantea grandes desafíos, se tense cuando las decisiones son tomadas entre cuatro muros sin consultar a las bases, o se critiquen algunas opiniones fuertes y se justifiquen otras. Esta es una práctica vieja y propia de las organizaciones burocratizadas que habría que evitar para, entre otras razones, impedir la ofensiva derechista y mediática de desprestigio contra la alternativa política que el FA debe encarnar.

Es, sobre todo, una tendencia presente en todas las organizaciones que no se han dado los mecanismos ni las instituciones internas para prever y resolver el tipo de conflicto donde se juega poder en relaciones de fuerza. Y este es el punto fundamental.

La génesis. El FA se estructura para participar en elecciones dentro de la institucionalidad del Estado liberal burgués postdictadura. Y éste, especialmente en período de calma de la movilización social y de bombardeo mediático que antepone el “crecimiento” capitalista neoliberal al debate democrático, tiende a reforzar las tendencias donde las direcciones se separan de las bases y las decisiones se toman arriba, en las cúpulas. Y en la premura del tiempo electoral fijado por las instituciones liberales. De ahí que una organización que pretende profundizar la democracia debe dotarse de mecanismos de resistencia a las decisiones antidemocráticas y a las tensiones del juego de poder. Donde no deben sacrificarse las orientaciones estratégicas.

El tiempo de debate que politiza y orienta pasa a un segundo plano cuando estallan conflictos que no se analizan en clave política. Se refuerzan así las tendencias a los liderazgos conquistados y la palabra del líder no se cuestiona por temor a debilitarlo, demostrar desorden y a bajar en las encuestas. Se instala entonces el culto al líder y el sometimiento a la tiranía de los sondeos de opinión. Males de la democracia liberal.

Para algunos, que seguimos con atención el desarrollo del FA mas allá del proceso electoral actual, ha sido mucho más grave el exabrupto de Beatriz Sánchez en  la revista Paula, caracterizando al gobierno de Salvador Allende de totalitario (“Yo prefiero un estado que no sea totalitario porque no creo en un estado totalitario”) que la intervención actual de Alberto Mayol. Si la primera revela un desconocimiento de la historia y un déficit de manejo de la teoría política, el mensaje de Mayol es contrario a la sensibilidad feminista que no tiene por qué ser despolitizada al punto de ser incapaz de criticar los errores de la candidata del FA. Así como el tono de Mayol no debe ocultar su crítica política al partido de Jackson. El de querer llevar al FA a un pacto con la Nueva Mayoría o con fuerzas de ella.

Es entendible que quienes son sensibles a la violencia de género reaccionen pidiendo que se le llame la atención a Mayol. Pero no es comprensible políticamente que no se haya discutido en instancias democráticas legítimas lo que significó la declaración de Sánchez (pese a sus disculpas) y la decisión de darle un cupo o de bajar a Mayol.

El Frente Amplio forzado por la carrera a las primarias, y ahora por la lista parlamentaria, no ha debatido en un Congreso fundador sus orientaciones estratégicas con respecto a los cambios necesarios en Chile. El programa sensato de Mayol no ha sido considerado por el equipo político de la candidata. Estos son problemas mayores que han sido supeditados a la institucionalidad del Estado neoliberal actual (tampoco se ha hecho una caracterización del Estado en el FA). Una organización fluida, ágil y con ganas de transformar la vida social y parar a los mercados debe ser capaz de darse un Congreso de orientación en las peores condiciones impuestas por la legalidad del Estado postdictadura. Es lo que habría que exigir. Ésto, ni Boric ni menos Jackson, ni Ruiz ni Figueroa lo han entendido.

¿Como respondería un eventual gobierno del Frente Amplio a la solicitud del vicepresidente estadounidense en visita a Chile para obtener el apoyo del Gobierno para estrangular económicamente a Venezuela? ¿Cuál es la política internacional del Frente Amplio? ¿Le haría festejos a Michael Pence, el vicepresidente de Trump, como lo hacen Bachelet y Valdés?

Escrito por Leopoldo Lavín Mujica

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