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CAMINO EN SUBIDA por Carlos Moya

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NUESTRA FUERZA RADICA EN NUESTROS PRINCIPIOS

ASAMBLEAS SOBERANAS – SOCIALISTAS HISTÓRICOS

CAMINO EN SUBIDA.

“HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA ALTERNATIVA POLÍTICO SOCIAL DEL PUEBLO”

EN HOMENAJE A:

SALVADOR ALLENDE,

MIGUEL HENRÍQUEZ,

CLOTARIO BLEST,

LUIS EMILIO RECABARREN.

1.- Nos reúne un mismo y legítimo afán. Caminar hacia la construcción de una ALTERNATIVA POLÍTICO SOCIAL DEL PUEBLO. Como lo vemos nosotros, es un camino en subida. Por distintas razones y por distintos intereses. En este momento, aún surgen legítimos temores de hacer la marcha. Temores que espero superaremos con “pedagogía-en-la-solidaridad”.

Pero lo que sí debe preocuparnos, en este camino empinado, será la sucia oposición y resistencias que tendremos a ambos lados del camino; sea por parte de los dueños del dinero, sea de quienes les sirven directa o indirectamente. Aquellos que tienen una capacidad infinita de comprar y corromper conciencias y ponerlas al servicio de sus intereses de Clase.

2.- Tuvimos la certeza absoluta que la movilización popular, nos conducía inevitablemente al final de todo vestigio de la Dictadura. A poner fin a lo que hasta ese momento era una Transición Inconclusa. Y que nos abriríamos paso, -aunque fuera a codazos-, hacia una verdadera democracia plena y constituyente, en justicia social y con la recuperación de derechos legítimos y patrimoniales.

La clase dominante siempre negó que existiera un proceso de transición para salirnos de ese hibrido empresarial/militar/concertacionista. En más de una ocasión personeros de las dos derechas sostenían y alentaban dos hipocresías: la primera que se había terminado la transición; y la segunda, (aún la mantienen) que vivimos en una Democracia. Y lo repiten y repican por treinta años. Y hay sectores de la ciudadanía que creen que tenemos y vivimos en “una democracia”. Estaban dispuestos a aceptar que era imperfecta; aceptaban decir y lo decían que era mejorable. Pero poner en duda que este engendro político era democracia, eso no lo transigían. Nunca cedieron en sus dogmas políticos, nunca dejaron de sostener y alimentar un régimen oligárquico. Varias veces proclamaron a los cuatro vientos que la Transición había terminado en circunstancias que la alianza entre gobiernos de la concertación y las mafias empresariales hundía al país, más y más, en el abuso, la avaricia, el lucro,  y la exclusión social y la asfixia económica del pueblo. .

3.- Bueno, no ha sucedido como lo creímos y esperábamos. A pesar del enorme caudal de movilización social, de la amplitud de la fuerza popular, de la lucidez y justeza de las demandas del pueblo, o a pesar del desborde de imaginación y poesía en los movimientos sociales, a pesar de la enorme capacidad de tejer sueños emancipatorios en todos los territorios y en todos los pueblos─  esta movilización popular no logra alcanzar lo que parecía el objetivo principal que justificara el sacrificio  y el costo que han tenido que pagar los luchadores en el seno de las organizaciones populares.

4.- Completadas las primeras vueltas del ciclo de rebeldía y de emancipación social, la Clase Dominante aliada con el gran capital extranjero, usando el mascaron de proa de la corrupta clase política que se enseñorea en los poderes del Estado, se concertan para usar todos los recursos institucionales, jurídicos, económicos y represivos que disponen /o que el pueblo ha puesto a su disposición/ para frenar, anular, dividir o limitar la fuerza histórica del cambio.

Entonces, hemos llegado hasta ahora en que sus alianzas consiguen, por primera vez desde el golpe de estado de 1973, concertar, movilizar y poner en pie, lo nos parece es la mayor fuerza posible de resistencia al cambio.  La Oligarquía y sus aliados disponen de una enorme y bien financiada maquinaria para sostener la mayor resistencia al cambio.

Para conseguir esta victoria de la extrema derecha y la derecha ha sido necesaria que las otras izquierdas liberales sociales o progresistas sean cooptadas por el proyecto de prolongación del régimen de facto; que se dejen acunar por el encantamiento de entrar a ser parte de los privilegios de las clases dominantes.

Ha sido necesario que ellos se presten a engañar al pueblo, haciéndolo creer que el actual proceso de secuestro de la soberanía popular es participativo, que está a la escucha de las demandas sociales, cuando no es así. Los bordes constitucionales que firmaron consagran los privilegios de los dueños del dinero y excluyen los derechos sociales de los pueblos.

5.- Por nuestra parte, si nosotros pretendemos enfrentar y derrotar esta enorme concentración de fuerza clasista, racista y negacionista, en contra del cambio que favorece al pueblo tenemos que crear organizar, movilizar y ser parte de la conducción de una gran, enorme, fuerza popular que les enfrente y les derrote. Tiene que ser tan amplia, tan amplia, que toda la patria quepa en ella. Y esa es por ahora, nuestra propuesta de ALTERNATIVA POLÍTICA Y SOCIAL DE LOS PUEBLOS.

Se trata de enfrentar y derrotar no solo la infamia del Golpe de Estado Constitucional que se prepara desde su bien aceitada máquina, que ha entregado a los nazi/fascistas la redacción de la Constitución empresarial, donde uno de los mayores peligros a que nos exponen es privatización de Codelco y congelar en perpetuidad para ellos, los Fondos de las AFP. Es el máximo botín de guerra al que pueden accesar.

6.- Esta dramática situación, en su contexto internacional y nacional, es a lo que llamamos “crisis” histórica. ¿Y cómo se supera esta crisis histórica?

Hemos definido tres principios, principios-guías, que nos permitirán abordar y superar metodológicamente esta crisis. Probablemente, en el largo plazo. Pero, parece que no tenemos opciones claras de corto plazo.

El primer principio es reconocer que la salida la crisis es y será política.

Significa que la acción transformadora y de cambio social y político debe atenerse al marco de la lucha política, desde los niveles de comunidad y locales, de pueblos y regiones, que impliquen conciencia y adhesión a un programa que represente los genuinos intereses, necesidades y aspiraciones del pueblo; participación en la organización y la movilización de mayorías, ejercicio por la base de la soberanía popular, reproducir las formas de asambleas soberanas que instalen primero ensayos y luego propuestas de gobierno por la base, demandas participativas y vinculantes, teniendo como herramientas constituir mayorías político/sociales y contundencia electoral.

El segundo principio, es afirmar que la salida a la crisis solo puede ser por el lado del pueblo.

Algunos prefieren decir que la salida será por la izquierda, tiene sus riesgos. Ello debe estar contenido y aprendido en los programas políticos que acompañen la emancipación popular y ciudadana. Nadie puede negar que la crisis exista y se prolonga porque casi ninguno de los reales problemas de vida que afectan a la mayoría se resuelve desde el régimen. El modelo ya no va a dar soluciones. Está agotado. No pueden porque por naturaleza el neoliberalismo como expresión contemporánea del capitalismo salvaje y depredador está hecho para el despojo, y de manera alguna para la reivindicación de derechos o reparación de injusticias. Parece no haber otra verdad que esta: los problemas del pueblo se resuelven desde el pueblo.

El tercer principio, nace de una convicción. Una convicción histórica.Solo la unidad de las fuerzas sociales y políticas del pueblo garantizarán un volumen de fuerza política e histórica necesario para la conducción exitosa, en el tiempo, de un proyecto político popular que recupere, entre otros, los fundamentos del proyecto histórico popular de Salvador Allende pero que también sea capaz de asumir y encauzar el país de las nuevas y futuras generaciones.

7.- Entonces nos parece que debemos recorrer un camino necesario. Que está en subida. No lo neguemos, no nos será fácil. ¿Cuál será, entonces, el camino necesario?

Primero, convencernos que levantar y construir una alternativa política del pueblo es algo que no lo podemos hacer solos. Nos necesitamos todas y todos. A la altura de lo que se requiere para enfrentar y derrotar políticamente a adversarios tan poderosos, con tanto dinero como para comprar y corromper a tanta gente. Una unidad del porte de la totalidad del pueblo. Capaz de plantarle cara, al mismo tiempo, a los adversarios internos y externos.

Segundo, asumir minuto a minuto este trabajo unitario como los artesanos de la unidad del pueblo. Requiere enfrentar una a una las propias resistencias que se expresan y aparecen en este camino hacia la unidad y la integración. Estas ideas debemos dirigirlas sobre todo a los jóvenes, también a las generaciones intermedias que han conducido y soportado el peso del levantamiento popular y sus movilizaciones, de quienes somos profundamente orgullosos. Estamos inmersos en formas de cultura política que corresponden a otra época. Pero no corresponde a otra lucha. Porque la lucha del pueblo sigue siendo la misma. La misma identidad histórica, la misma lucha del pueblo en contra de sus opresores.

Tercero, conjugando el verbo de “unidad en la diversidad”. Nuestro camino es inédito. Siempre será inédito, y estará lleno de miles de pequeños actos y gestos de creatividad.

Entonces, para hablar de unidad, tenemos que olvidarnos de esa vieja unidad hegemónica de “todos en torno a mí” y empezar a creer en la unidad en la diversidad. Lo que definirá en el presente y en el futuro la ecuación de la unidad en la diversidad, será la capacidad a crear nuevos lenguajes en nuevas formas de relacionarse que signifiquen y resignifiquen la acción política unitaria de los movimientos sociales y comunitarios fundados en la autonomía, soberanos y emancipadores. Se terminó esa época donde organizaciones centralizadas y jerarquizadas pretendían controlar y domesticar todas las expresiones populares.

Creemos que la fragmentación del movimiento popular ha liberado energía social. Ha liberado energía comunitaria, energía que tiende hacia la acción colectiva concertada y consensuada.

Que además nos muestra que nos podemos unir en la diversidad.

Así es, que podemos unirnos y movilizarnos, unido en una misma Sinfonía. Sin amos ni hipotecas a nuestra libertad y a nuestro derecho a la emancipación histórica. NO TENEMOS MIEDO.

¿Qué es la política sino el arte de la acción colectiva? ¿Qué es la política sino el arte de la fraternidad y la solidaridad en el dolor y en la esperanza?

La construcción de una alternativa política unitaria, fundada en el poder originario y soberano, nos abre un ancho camino a la superación de los tremendos dolores e injusticias que nos han sido impuestas por 50 años de infamia, despojos y explotación generalizada. Con unidad, con unidad en la diversidad, y con la articulación de una alternativa política soberana.

8.- FINALMENTE:

No queremos terminar estas breves palabras sin abordar una problemática de fondo que está presente en el día a día de nuestras preocupaciones.

En este contexto, frecuentemente, se nos señala que uno de los obstáculos mayores al surgimiento de una Alternativa Política y Social del Pueblo, sería la resistencia de una parte significativa, sobre todo de las nuevas generaciones de militancia social, a lo político, por temor que ello conlleve desmedro de lo social. Resistencia a la política, resistencia a los partidos políticos.

Y esas jóvenes tienen toda la razón porque su crítica carga con toda la sanción moral e histórica a los partidos que se anquilosaron en el regazo del legado del régimen dictatorial, olvidando su compromiso histórico de destruirlo, sustituirlo con más democracia y superarlo con justicia social y reparación.

De esta resistencia a la política de muchos de los movimientos sociales vienen todas las derivadas: resistencia a los partidos políticos, a organizarnos políticamente, en fin. En paralelo, a esta expresión continua de rechazo a la política, viene la exaltación de lo Social. La autonomía de lo Social. La necesaria incontaminación política de lo Social. Que resulta ser un principio precioso de la política.

Pero pensemos una cosa. En el escenario de las luchas en serio, luchas donde tenemos muertos, mutilados, presos políticos a larga privación de libertad, infraestructura popular destruida a propósito e intencionadamente por las fuerzas del régimen o los paramilitares a su servicio para privar al pueblo de recursos de vida en tiempos de resistencia, la lucha social claro que nos sirve. Nos sirve para protestar. Pero está demostrado que sólo ella no nos sirve para vencer y transformar. Sin acción política unificada, sustentada en la fuerza volcánica de los movimientos sociales, no podremos conseguir, jamás, que gobierne nuestro programa surgido del poder originario soberano constituyente.

Pero, ¿cuál debe ser nuestra actitud ante la resistencia que encuentran nuestras ideas en los foros sociales?

Debemos escuchar. Antes que nada debemos escuchar. Debemos ser tolerantes, pedagogos, empáticos. Nunca debemos excluir. La misma lucha termina por formarnos a todos como si fuéramos una misma arcilla. NO TENEMOS ENEMIGOS ENTRE EL PUEBLO. Excepto quienes actúan por mandato o salario de la clase dominante.

Algunos dicen que odian la política y se oponen a cualquier forma de organización revolucionaria popular, excepto la acción directa. Está bien respetamos toda diferencia. Pero, sin saber ellos mismos, que no hay nada más político que oponerse a la política.

Nuestro Chile, es el Chile, invisibilizado o vilipendiado por la oligarquía.

Se trata de un pueblo que se dio a sí mismo y organizó, en todas las comunas y plazas, sus debates, sus Cabildos populares, sus Asambleas soberanas.

Como las flores del desierto. Faltaba que la conciencia social regara la memoria histórica. Ahí estaba la semilla. Ahí sigue estando la semilla.

Ahí estuvieron también los mayores que han sido históricamente los protagonistas de la lucha sindical, la lucha poblacional, la resistencia clandestina, el alzamiento contra la dictadura.

Amaneció una hermosa nueva generación social y política que no tuvo miedo. Que no tiene miedo. Pero, que no está disponible para el espontaneísmo y la improvisación. La lucha de un pueblo por su emancipación es lo más serio y trascendente que puede ocurrirle a una generación. Como sucedió a quienes levantaron el movimiento popular en Chile, a quienes construyeron y defendieron el Gobierno popular. Como sucedió a quienes soportaron las inclemencias de la resistencia y la clandestinidad. Como sucedió con quienes levantaron y condujeron, desde todas las líneas, el despertar de Chile..

ESTAMOS AQUÍ, PORQUE NUESTRO COMPROMISO ESTÁ AQUÍ.

ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA. ENTRE LA CORDILLERA Y NUESTRO OCÉANO.

SIN PEDIR NADA, PERO DESEÁNDOLO TODO.

POR AMOR AL PUEBLO. POR UN TREMENDO AMOR AL PUEBLO, DEL QUE SOMOS PARTE Y CARNE. POR NUESTRO PUEBLO VIVO Y POR NUESTRO PUEBLO MUERTO.

POR EL PRESENTE Y POR LA MEMORIA. POR LOS QUE ESTAMOS HOY Y POR LOS QUE VENDRÁN MAÑANA.

NUESTRA FUERZA RADICA EN NUESTROS PRINCIPIOS.

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