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Alcances a la Historia del pueblo Judío

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Un arqueólogo y un historiador (ambos judíos) analizan algunos nebulosos asuntos mencionados en el Antiguo Testamento

 Por: Arturo Alejandro Muñoz

 El arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, profesor de origen judío, Israel Filkenstein, afirma qué hay varios personajes del Antiguo Testamento de la Biblia, que nunca existieron, como son: Moisés, Abraham, Isaac, Jacob, Noé y el resto de los patriarcas antiguos.

Pues, según el historiador judío Neil Asher, “la ciencia tenía que desvelar la verdad y completar la historia del pueblo”.

“No hay ni una sola referencia histórica, más allá del Antiguo Testamento y de otros libros religiosos que mencionen la existencia de un tal Moisés”.

De este modo ahora se sabe que los personajes históricos reales aparecieron sólo hasta tiempos del Rey David, en el año 1000 a.c. Y los personajes anteriores que surgieron en el año 2100 a.c. fueron, en su mayoría, héroes nacionales falsos creados con el fin de dar cohesión a un pueblo totalmente dividido, tanto geográficamente como en costumbres, tal cual ocurría con Israel y Judá.

Y no sólo eso, sino que no hay evidencias de la existencia de israelitas antiguos en Egipto.

La situación de Canaán en la supuesta fecha de la conquista, entre 1230 y 1220 a.c. es totalmente distinta a lo que la Biblia alude, ya que la ciudad de Jericó ni siquiera existía en el siglo XIII a.c.

De este modo, al menos son cuatro argumentos estrictamente arqueológicos los que desmantelan la mentira sobre Moisés, la tabla de los Mandamientos y el Éxodo judío:

1) Tras 200 años de investigaciones en el terreno de la egiptología no se encontró ninguna referencia escrita en Egipto que se refiera a los hebreos como un pueblo esclavo que después se liberó.

2) Falsas cronologías: La estela de Merneptah, la única mención que hay de un Israel antiguo, se remite al año 1210 y no al 1430-1420 que es la fecha atribuida por el Antiguo Testamento para la gran epopeya de los hebreos. Hay 200 años de diferencia entre una fecha y la otra.

3) La arqueología no encontró vestigio alguno de hebreos que hayan estado en la península del Sinaí y mucho menos en el monte Sinaí. Lo que significa que ningún dios le dio a ninguna persona una tabla de mandamientos escritos en piedra.

4) Las motivaciones políticas de Judá en el siglo VII a.c. explican la necesidad de crear la mentira del Éxodo de Moisés. Esto para reunir el norte (Israel) con el reino del sur (Judá), pues el Rey Josefas necesitaba ayuda contra el invasor.

Tomando en cuenta estos cuatro incisos, tenemos que la única referencia a Israel como un grupo humano residente ya en Canaán es la estela (inscripción en piedra) del faraón Merneptah. Este faraón destruyó por completo el pueblo de Canaán en la campaña bélica de 1210 llevada a cabo contra los cananeos por no pagar sus impuestos.

Tampoco hay evidencias sobre israelitas en Egipto. No hay inscripciones funerarias ni en papiros. No hay inscripciones monumentales sobre muros de templos que indiquen que hubo israelitas antiguos. La ciudad de Jericó como lo indica la Biblia (siglo XIII a.c.) no existió en ese momento, fue 200 años después cuando comenzó a crecer muy lentamente y 700 años más tarde sí llegó a ser una gran ciudad.

¿Quiénes construyron las pirámides en Egipto? Las ilustraciones de ciertas Hagadot de Pesaj parecieran expresar claramente que fueron obra de esclavos hebreos. En oposición a esto los egipcios sostienen que los judíos no participaron. Claro que esta discusión no quedó en el ámbito de la Historia sino que pasó a la política para enrarecer aún más las relaciones entre ambos países.

El director del Depto. de Arqueología y Antiguedades de Egipto, Zawi Hawas, presentó una protesta formal al fiscal general de Egipto debido a que en las escuelas primarias de El Cairo se enseña a los alumnos que las pirámides las construyeron los egipcios y no los antiguos hebreos. Hawas, una figura muy conocida en la vida cultural egipcia y en el mundo árabe, se opone a lo que se enseña en las escuelas en el sentido que la construcción fuera un castigo corporal. «Los antiguos egipcios las hicieron porque para ellos fue el proyecto nacional del Egipto Antiguo», asegura.

Y en la histórica visita de una delegación israelí a Egipto en 1977 surgió cierta polémica por la construcción de las pirámides. «Nosotros las construímos», dijo entonces Menajem Beguín, expremier israelí al visitar el museo nacional de El Cairo despertando el enojo de historiadores y arqueólogos egipcios.

La verdad es que la polémica podría haberse zanjado mucho antes si sólo hubiesen leído los capítulos iniciales del libro Éxodo de la Biblia Hebrea. Allí queda claro que los hebreos fueron obligados a construir sólo las ciudades de Pitom y Ramsés, y no hay indicio alguno de construcción de pirámides por lo tanto los egipcios no se equivocaron.

Ahora bien, 200 años antes del siglo XIII a.c. y 200 años después del mismo siglo no hubo construcción alguna. Otra evidencia de la manipulación del Antiguo Testamento es que está plagado de relatos que hablan de camellos que eran usados como medio de transporte, desde el tiempo de Abraham en adelante. Lo cierto es que en el siglo XIII a.c. los camellos ni siquiera se habían domesticado.

Hay otro problema de sentido común, como la imposibilidad de cruzar entre 2.5 y 3 millones de personas en un día el Mar Rojo y luego el desierto. Los 10 mandamientos no tienen validez, ni son universales, ni son aplicables a cualquier época de la historia, pues fueron escritos en el siglo VII a.c. por el escriba de turno en Judá -en la época del Rey Joseias- por motivos exclusivamente políticos y no religiosos. Moisés es mencionado como personaje en todo el Nuevo Testamento, desde los evangelios hasta el Apocalipsis. Las escrituras del Nuevo Testamento estuvieron plagadas de engaños, incluso respecto de Jesús.

Las técnicas arqueológicas modernas son capaces de hallar en cualquier parte del mundo huellas incluso de los escasísimos restos dejados por cazadores, recolectores y pastores nómadas.  Finalmente, es así que el origen de los judíos está en otro lugar geográfico, en realidad son Jazaros Ashquenazis con ADN turco-mongol, y por lo mismo no son originarios de la tierra actual de Israel sino que provienen de la región de Jazara, que en el año 652-1016 d.c. incluía parte de la Rusia moderna, Ucrania y una pequeña porción de lo que ahora es Kazajistán, en el Mar Caspio y el Mar Muerto.

Fuentes:

*Israel Finkelstein, Arqueólogo

*Neil Asher, Historiador

*Zawi Awas, Arqueólogo, Director Depto. de Arqueología y Antigüedades de Egipto

 

1 COMENTARIO

  1. Muy acertado artículo hay muchas referencias falsas en la Biblia y fechas aún respecto de Jesús que no coinciden. Hay mucho engaño al respecto. Felicitaciones Arturo.

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