¿TODAVÍA NO HABÉIS VISTO EL PATRÓN, RADIOGRAFÍA DE UN CRIMEN?
“El patrón” es una película de Sebastián Schindel (Argentina, 2014) con magníficas prestaciones de Joaquín Furriel, Mónica Lairana, Guillermo Pfening, Luis Ziembrowski, El subtítulo de esta película habla por sí mismo: «Radiografía de un crimen».
Con él anuncia un esfuerzo taxonómico para comprender por qué razones Hermógenes Saldívar (Joaquín Furriel) tomó la decisión de asesinar a Latuada (Luis Ziembrowski), el hombre que le había dado trabajo. El relato se inicia in media res. El abogado Marcelo di Giovanni (Guillermo Pfening) tramita un proceso de extradición en Buenos Aires. A cambio de apurar su causa, la secretaria del juzgado (Andrea Garrote) lo insta a asumir la defensa de un pobre diablo al que el defensor público ha abandonado, y que se encamina a recibir cadena perpetua.
Salto al pasado. Hermógenes trabaja como ayudante en una carnicería de barrio, a las órdenes de Armando (Germán de Silva), un carnicero que le enseña los secretos del negocio, incluyendo las formas de reutilizar la carne que ya no está en el mejor estado. Hermógenes es un hombre zafio, casi analfabeto, alienado no solo de la prosperidad, sino también de la cultura argentina, que ha venido a Buenos Aires después de trabajar como leñador en Santiago del Estero. La incuria de la provincia parece encarnada en este Hermógenes que no conoce otra cosa que el trabajo bruto, la supervivencia. El retrato del “patrón” es de aquellos que la prensa establecida dictamina como “demagógico”, sin embargo es representativo de una clase social en la que abunda el personal carente de escrúpulos, capaces de cualquier cosa con tal de enriquecerse.
Entre nosotros podría ser un anodino donante del PP (Partido Popular), y en Argentina un cuadro valioso del partido de Macri. Véase sino la siguiente noticia “Detenido el dueño de un bar de Palma de Mallorca por esclavizar a sus empleados Imponía jornadas laborales de hasta 17 horas, todos los días de la semana, sin contrato y por sueldos de 3,5 euros por hora trabajada. Les descontaba las consumiciones que tomaban para poder aguantar las jornadas maratonianas de trabajo”: Una de esas películas que un sindicato de clase recomendaría a los trabajadores. –