Inicio Internacional Ante la arremetida imperial: solidaridad con el pueblo venezolano

Ante la arremetida imperial: solidaridad con el pueblo venezolano

17
0

Socorro Rojo Latinoamerica

El pasado martes 19 de agosto del presente año, la portavoz de Donald Trump en la Casa Blanca, Karoline Leavitt, le anunció al mundo que EEUU usará todos los elementos de su poder en contra del pueblo venezolano. ¿Las razones aducidas?
Ninguna. Sólo una serie de engañosas imputaciones sin fundamento alguno. En la búsqueda de un pretexto para agredir al pueblo hermano, los estrategas de la Casa Blanca no hallaron nada mejor que atribuirle al gobierno bolivariano el liderazgo de una potente red internacional de tráfico de drogas. Con un nivel histriónico nunca antes visto en los pasillos de la política internacional, los voceros de la administración Trump, entre ellos el inefable Marco Rubio, enfatizan a cada momento que el país del norte sería el principal afectado. De esa forma cuentan el chiste: ¡para ellos el consumo de fentanilo en sus propias calles sería culpa del presidente Maduro!

Este tipo de subterfugios (que reflejan el bajo nivel de la realpolitik imperialista) son altamente peligrosos. Y nuestros pueblos lo saben. En nuestras retinas aún permanecen grabadas las imágenes de la guerra de Irak. También entonces la mente criminal del imperio yanki recurrió a la mentira, a la desacreditación internacional, a la calumnia de sus medios globales y a la complicidad de los títeres de la OTAN.

La justificación falaz de aquel marzo del año 2003 fue la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen iraquí. Y como todo el mundo pudo constatar –y reconocido aunque a posteriori y de forma profundamente cínica por grandes personeros internacionales– aquella imputación resultó ser una vulgar mentira. Una vulgar mentira que resultó fatal para el orgulloso pueblo iraquí. Una vulgar mentira que también implicó –gracias a los medios internacionales de propaganda masiva– una amenaza explícita a todos los pueblos que en el futuro osaran luchar por su legítima autodeterminación. Sí, los pueblos del mundo hemos constatado históricamente que todas las argucias le son válidas al imperialismo yanki; y lo seguirán siendo por cuanto le aseguran su razón última: el dominio militar y el saqueo a gran escala de nuestros recursos naturales.

El portaaviones USS Nimitz y destructores como el USS Laboom de la guerra de Irak son hoy reemplazados por el USS Gravely, el USS Sampson y el USS Jason Dunham en el asedio a Venezuela. Cuatro mil soldados a bordo. Asesorados además por aviones de espionaje P-8 y submarinos de ataque. El imperio ha definido los objetivos –el derrocamiento del hermano régimen bolivariano– y desplegado sus fuerzas. Maduro responde con la justa movilización de cuatro
millones de milicianos. Las primeras fases (ofensivas/defensivas disuasivas) en un conflicto internacional se desarrollan en estos precisos instantes en las aguas del Caribe. La situación es tensa. Esto más que nada demuestra que el imperio no detendrá su cruzada militar a lo largo y ancho del planeta: en estos mismos instantes vemos, por ejemplo, cómo su apoyo irrestricto a Israel (su hija putativa) contribuye abiertamente al genocidio en Gaza. Su férrea y perversa voluntad de atacar militarmente en cualquier momento y lugar ha sido demostrada también por el reciente ataque quirúrgico que perpetró contra Irán en la reciente guerra de los doce días. La actual crisis imperialista incita a EEUU precisamente a eso: a la guerra y al saqueo criminal. Y lo hará (como lo ha dado a entender el mismísimo Trump) sin la necesidad de jugar políticamente en los pasillos del poder global. Las demostraciones de fuerza (mucho más efectivas que el parlamento gentil) han puesto en el tapete mundial las verdaderas intenciones de la ultraderecha norteamericana: el dominio absoluto de los recursos de la Tierra.

En estos precisos momentos los pueblos del mundo presenciamos la verdadera esencia criminal del monstruo del norte; una vez más ese mismo monstruo nos revela lo que realmente es: el enemigo número uno de los pueblos. Y es por ello que hoy más que nunca debemos estar alertas; por ello debemos no solo aspirar a defendernos ante la agresión yanki, sino que también (y preferentemente) a tomar la iniciativa. Los gobiernos títeres de la región callan ante la agresión al pueblo hermano; los medios progresistas (hermanos menores del poder burgués) silencian la crisis. La cancha pues está rayada: es el pueblo contra el imperio; es la clase contra el poder imperial.

Desde Socorro Rojo Nuestra América –desde nuestra trinchera de lucha por la libertad de todos los presos políticos revolucionarios de América Latina– solidarizamos incondicionalmente con el pueblo venezolano. Sabemos del peligro
que encierran para los pueblos del mundo las crisis imperialistas. Pero también sabemos que las crisis pueden acelerar la historia e impulsar los movimientos de liberación. Es por eso que nuestra solidaridad será activa y pujante. Nuestra lucha y la lucha del pueblo venezolano y de todos los pueblos de nuetra América morena es una sola. Y a una sola voz gritamos: ¡solo la lucha nos hará libres!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.