EL PORTEÑO
Ha partido un revolucionario. Un marxista. Un internacionalista proletario. No es poco decir en estos tiempos de abujuraciones y de genuflexiones a la dictadura del capital. Ha partido el compañero José Luis Vásquez.
Nuestro compañero tenía como todos muchas dimensiones y múltiples intereses, su amor por Sara, su compañera, su pasión por el futbol (colocolino como todos saben), su interés por el desarrollo del gremio docente, donde fue un destacado dirigente impulsando sus luchas. Su profundidad y constancia en escribir sobre diversos temas de la lucha de clases a nivel internacional y nacional, intentando siempre hacerlo desde un punto de vista clasista. Nos deja en este ámbito su libro inconcluso sobre la historia del trotskismo en Chile.
Ante todo Raúl, su otro nombre, el de combate, era un revolucionario, el eje de su vida fue siempre contribuir de un modo u otro al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella. Por ello dedicó buena parte de su vida a la difícil tarea de contribuir a la construcción de una organización socialista revolucionaria internacionalista. En esta tarea fue verdaderamente tenaz e incansable.
Su partida nos deja con un vacío realmente difícil de llenar, en una situación de profundo retroceso de la movilización de la clase trabajadora, de confusión política, y de desarticulación de las organizaciones de izquierda. Situación que nos obliga a una posición defensiva porque lo que se ha fortalecido son las organizaciones de la clase capitalista y de toda una serie de camaleones de izquierda. Pero una posición defensiva no significa abandonar las luchas por las necesidades de los trabajadores y el pueblo, no significa, muy por el contrario, abandonar la reflexión y la práctica revolucionaria y en ello José Luis, Raúl, siempre estuvo y estará en la tarea de construir los caminos de la revolución socialista internacional.
Hasta siempre, hasta la victoria final.
Compañero Raúl presente.