Por Rucio R.
Vivimos tiempos complejos y peligrosos, el mundo de hoy se debate entre conflictos y guerras, curiosamente, desde que terminó la guerra fría con la caída de la ex URSS no ha habido un solo día de paz completa en el planeta.
La lucha por mantener la hegemonía unipolar por parte de USA, provoca guerras continuas bajo la excusa de la defensa de la “libertad y los valores democráticos” de occidente.
En el Medio Oriente, Israel es el foco de los conflictos con su política expansionista contra el pueblo palestino, desde el 7 de octubre del año 2023, cuando Hamas atacó a una multitud de jóvenes que participaban de un festival, tomando más de un centenar de rehenes y matando a más de mil jóvenes.
Israel comenzó un ataque sistemático contra la Franja de Gaza, un verdadero holocausto contra la población civil gazatí, al día de hoy van más de 30 mil muertos y los ataques se mantienen a pesar de la condena internacional a la actuación criminal del gobierno de Netanyahu y el ejército israelí. Hace unas semanas vimos como Israel violó de manera flagrante el territorio iraní, destruyendo con un misil el edificio del consulado de Irán en Siria, asesinando a 2 generales de la guardia revolucionaria y a otros tantos civiles, No hubo una condena unánime por parte de USA y Europa por este hecho, como si lo ha sido contra Rusia por su ataque a Ucrania.
Por ahora estamos en medio de respuestas por parte de Irán y otra réplica por parte de Israel que han sido débiles, pero nadie asegura que el conflicto no escale y el peligro nuclear sigue estando presente.
El cinismo de los Estados Unidos y Europa frente a hechos graves perpetrados por Israel, masacrando civiles a diestra y siniestra es evidente.
El imperialismo norteamericano juega un rol principal en estas masacres, apoyando a Israel con armamento y financiamiento.
La excusa del ataque de Hamas, esconde un propósito por parte del país del Tío Sam. Mientras el gobierno israelí arrincona a los Palestinos hacia el norte de la Franja con un objetivo claro de expulsarlos del territorio, para explotar los grandes yacimientos de gas natural frente a las costas de Gaza, ese es el motivo central de USA en su guerra última contra China por la hegemonía del mundo.
Se suma a este conflicto la guerra Rusia – Ucrania que también tiene en el trasfondo los recursos energéticos.
Biden y la Unión Europea, están decididos a frenar a Rusia en su lucha contra Ucrania. El papel que ha jugado Estados Unidos en esta guerra, impulsando medidas restrictivas contra el gobierno de Putin imponiendo sanciones al comercio con Rusia ha significado para Europa un descalabro económico al no contar con el gas ruso de bajo costo, sustituyendo su abastecimiento, comprando a USA el gas a un costo mucho mayor.
Como podemos ver, la guerra contra Xi Jinping por parte de Biden, la pagan los trabajadores y campesinos europeos y la situación solo empeorará con la decisión de los miembros de la comunidad europea de destinar el 2% del PIB para gasto militar de la OTAN preparándose para una futura guerra contra Rusia.
El fantasma de la recesión sobrevuela Europa y en esto el Imperialismo norteamericano lleva la voz cantante en su afán por mantener su poder por sobre todas las naciones.
El capitalismo está en una crisis letal, que amenaza llevarnos a la hecatombe mundial enfrentando a potencias con poder nuclear, donde por una parte está el bloque de los BRICS y por el otro USA, la OTAN e Israel.
La clase trabajadora del mundo entero, tiene una gran tarea por realizar para asegurar la mantención de la humanidad sobre la fas de la tierra. No existe otro sector en la sociedad que pueda llevar adelante la lucha contra el capitalismo y su fábrica de guerras y hambre.
