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Brasil – Temer acusado de corrupción

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Se cierra el cerco

Gracias a la inmunidad presidencial, el hombre que tomó el lugar de la destituida Dilma Rousseff había logrado mantenerse al margen de los escándalos de corrupción que entierran a cada vez más figuras de la cúpula política brasileña. Pero tras la revelación de unas grabaciones, Michel Temer es acusado de buscar comprar el silencio del ex diputado Eduardo Cunha.

Agnese Marra, desde San Pablo

Brecha, 19-5-2017

http://brecha.com.uy/

“Nadie lo podía imaginar”, le decía la noche del miércoles a Brecha un periodista político de Brasilia. Los escándalos de corrupción que la operación Lava Jato ha sacado a la luz en los últimos dos años cada vez tocaban más de cerca al presidente Michel Temer (Pmdb), pero ninguno de ellos tenía la base jurídica necesaria para poder apartarlo de la presidencia.

El miércoles al final de la tarde todo cambió. Eran las 19.30 cuando el telediario Jornal Nacional dio la noticia que puede terminar definitivamente con el gobierno de Temer. Una exclusiva del periodista de Globo Lauro Jardim daba a conocer el contenido de unas conversaciones entre Michel Temer y los dueños de Jbs, la mayor empresa cárnica de Brasil (y del mundo), en la que el mandatario daba su autorización al pago de sobornos para comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cu­nha, preso por corrupción en el marco de la operación Lava Jato.

En el diálogo, Joesly Batista (uno de los dueños de Jbs, también investigado en Lava Jato) le decía a Temer que le estaba pagando al ex diputado Cunha para mantenerlo callado, a lo que el presidente de Brasil respondía: “Hay que mantenerlo así, ¿ok?”. En las grabaciones también se vería a Temer indicar el nombre del diputado oficialista Rodrigo Rocha Loures para llevar los negocios con Jbs, y en la siguiente escena aparecía el parlamentario Rocha Loures recibiendo una maleta con 180 mil dólares, entregada por el propio Batista.

La empresa Jbs no es sólo la mayor productora de carnes del mundo, también ocupa el primer puesto como donadora de dinero en campañas electorales. Desde hace dos años es investigada en el marco de la operación Lava Jato, y esta semana sus dueños, los hermanos Joesly y Wesly Batista, iban a ser detenidos por delitos de corrupción. Los Batista prefirieron adelantarse a la detención y accedieron a grabar diversos encuentros con miembros clave del Ejecutivo a cambio de escapar a la prisión.

Las grabaciones que entregaron al juez Edson Fachin, encargado de la Lava Jato en el Tribunal Supremo Federal (Stf), se hicieron el pasado mes de marzo. Por ello es la primera vez que el presidente de Brasil sería inculpado por un delito cometido durante su mandato presidencial, y no podría optar por la inmunidad presidencial que otorga la Constitución brasileña para delitos anteriores a su gobierno.

En la mañana del jueves el Stf homologó las conversaciones y las consideró pruebas válidas. El juez Fachin también dio luz verde al pedido de la Procuraduría General de la Unión para investigar formalmente al mandatario en la operación Lava Jato. El contenido de las cintas indica que el presidente Temer habría cometido el delito de obstrucción de la justicia, lo cual sería suficiente para acusarlo de un crimen de responsabilidad, lo necesario para solicitar un impeachment.

“No renunciaré”

A primera hora del jueves el gabinete de Temer dijo que el mandatario no se pronunciaría hasta saber el contenido de las grabaciones. Luego el presidente trasmitió a algunos senadores aliados que estaba siendo “víctima de una conspiración” y que se sentía “firme” en su cargo: “No voy a caer”. Pero a primera hora de la tarde, poco antes de que comenzaran las manifestaciones convocadas para pedir su salida del gobierno, Temer hizo su primera aparición pública tras el escándalo y volvió a ser firme: “No renunciaré”, insistió tres veces.

El presidente salió a hablar con un gesto malhumorado y se mostró indignado ante las acusaciones. Reconoció la reunión con los empresarios y dijo que uno de ellos “auxiliaba a la familia” de Eduardo Cunha porque eran “amigos”. Pero afirmó que él “nunca” pidió que se pagara a nadie para silenciar a ningún político, “por la sencilla razón” de que no tendría “nada que ocultar”. Temer aceptó ser investigado por el Stf e insistió que no abandonaría el cargo, ya que las aclaraciones oportunas se verían a lo largo del proceso jurídico: “Si han sido tan rápidos para usar unas grabaciones ilegales también lo serán para resolver esta investigación”, dijo en un tono airado.

Cayó Neves

El que no tuvo opción de renunciar sino que cayó por su propio peso fue el presidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (Psdb), Aécio Neves (véase recuadro). En la mañana del jueves el juez Edson Fachin determinó el desafuero como senador del ex candidato presidencial, y fue sustituido en la presidencia de su partido. En las conversaciones presentadas por los dueños de Jbs también se escuchaba a Neves pidiendo alrededor de 700 mil dólares a la empresa cárnica para poder pagar su defensa en la operación Lava Jato, que investiga la enorme trama de sobornos en la estatal Petrobras.

En el video el ahora ex senador daba indicaciones para que se entregara el dinero a su primo, Frederico Pacheco de Medeiros, uno de los coordinadores de la campaña de Neves en las elecciones de 2014. En la mañana del jueves la Policía Federal detuvo a Andrea Neves (hermana del ex senador) y a su primo. El procurador general de la unión, Rodrigo Janot, pidió también la prisión del propio Neves. El juez Fachin negó esta petición pero sí exigió a Aécio que entregara su pasaporte para evitar una posible huida del país.

Futuro incierto

El primer líder de la oposición a reaccionar ante la noticia bomba del miércoles fue el diputado federal por Rio de Janeiro del partido Rede, la sigla que representa a la ex candidata presidencial Marina Silva. El diputado Alessandro Molon esperó apenas una hora y media para presentar un pedido de impeach­ment contra el presidente.

El jueves por la mañana fue el senador Randolfe Rodrigues (también de Rede) quien inició formalmente otro pedido de impeachment: “Es un momento difícil para el país y el Senado también tiene que exigir explicaciones”, señaló Rodrigues. Hasta el cierre de esta edición el Partido de los Trabajadores (PT) no ha emitido ningún comunicado. Fuentes de Brasilia indican que las grabaciones hechas por los dueños de Jbs también podrían afectar a pesos pesados del PT, y el partido estaría discutiendo su estrategia.

Brasil pasa por su momento de mayor fragilidad política desde la redemocratización del país. La incertidumbre se ha apoderado de la capital y de un Ejecutivo y Legislativo desbordados por escándalos de corrupción. Según Esther Solano, profesora de relaciones internacionales de la Universidad Federal de San Pablo (Unifesp), Michel Temer no tendría salida: “Con estas informaciones las únicas posibilidades son que renuncie o que se enfrente a un proceso de destitución”. La tercera vía para la salida de Temer sería que el mandatario fuera condenado en el proceso que está en curso en el Tribunal Superior Electoral que juzga la destitución de la fórmula Dilma-Temer por uso de dinero negro en su campaña electoral para las presidenciales de 2014. El próximo 6 de junio llegaría el fallo en esta causa, y según Solano ésta sería “la forma más limpia y rápida de eliminar a Temer”.

Candidatos a sustitutos

Independientemente de la manera en que Michel Temer salga del gobierno, las dudas sobre su sustituto tienen al país en vilo. El sillón de vicepresidente está vacío desde que tuvo lugar el impeachment contra Dilma Rousseff. El siguiente en la línea sucesoria sería el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, que tiene tres denuncias abiertas por corrupción y en cualquier momento puede convertirse en reo de la operación Lava Jato. El segundo en la línea sería el presidente del Senado, Eunice Oliveira, también investigado por corrupción, y la tercera opción sería la presidenta del Tribunal Supremo Federal, Carmen Lúcia.

El presidente de la Cámara de Diputados es el único que podría admitir el pedido de impeachment contra Temer, y la duración del proceso dependería más de criterios políticos que de aspectos burocráticos, ya que el de la presidenta Dilma Rousseff demoró diez meses y el de Fernando Collor apenas tres. En lo que sí hay unanimidad es que sería la salida más lenta.

Además del asunto del futuro mandatario la siguiente cuestión que se plantea en el Legislativo es qué ocurrirá con las reformas del trabajo y de las jubilaciones que estaban a punto de ser aprobadas en el Congreso y que marcaban un profundo retroceso para los derechos sociales de los trabajadores brasileños.

A pesar de que desde Brasilia se reitere que no tendría por qué haber cambios, ante un vacío de poder en el Ejecutivo y la incertidumbre sobre quién ocupará el nuevo puesto, los parlamentarios podrían modificar su posición mientras las votaciones sigan pendientes y no sean suspendidas.

Directas o indirectas

}En el caso de que Michel Temer fuera apartado, el siguiente en la línea sucesoria tomaría el poder y sería el responsable de convocar elecciones en un plazo de 30 días. A partir de entonces se debatirían dos nuevas cuestiones. La primera tiene que ver con el tipo de elecciones (indirectas o directas) que serían convocadas, y la segunda plantearía quiénes podrían ser los nuevos candidatos.

A pesar de que es una situación a la que nunca se ha enfrentado el país, la Constitución brasileña prevé unas elecciones indirectas en el caso de que haya una doble vacante en la presidencia y en la vicepresidencia. En estos comicios serían los 513 diputados y los 81 senadores quienes a través de un voto abierto elegirían al nuevo presidente, cuyo mandato se extendería hasta el 31 de diciembre de 2018 (cuando acabe el actual mandato presidencial). Sin embargo, la Carta Magna brasileña no es clara en relación con qué candidatos podrían presentarse en unos comicios indirectos, y los rumores sobre la posibilidad de que un juez (como Carmen Lúcia) fuera presidenciable ya están sobre la mesa (véase recuadro).

Tanto el ministro de Cultura del gobierno de Temer, Roberto Freire (Pps), como el ministro de Ciudades, Bruno Araujo (Psdb), abandonaron sus cargos en la tarde del jueves. El Partido de la Socialdemocracia Brasileña (Psdb), principal socio de Temer hasta el momento, anunció su separación del gobierno. Con la caída de Aécio Neves el partido tuvo que anunciar a Carlos Sampaio como nuevo presidente de la sigla. El ex mandatario Fernando Henrique Cardoso, principal rostro del partido, declaró que tanto Temer como Aécio “deberían renunciar”, y señaló que el Psdb apostaba por elecciones indirectas.

Los partidos de la oposición, como el Socialismo y Libertad (Psol) y el Democrático de los Trabajadores (Pdt), se unieron a diversas iniciativas populares que exigen que el presidente sea elegido directamente por el pueblo (véase recuadro). La falta de legitimidad de un Congreso inmerso en la corrupción es el argumento fundamental para sostener que no sea éste el responsable de elegir a un nuevo mandatario.

En la tarde del jueves tuvieron lugar diversas manifestaciones en las principales ciudades del país a favor de la salida de Temer y por las “directas ya”. Movimientos de izquierda como Frente Brasil Popular, y de derecha, como Movimiento Brasil Libre (Mbl), se unieron por primera vez en dos años con el mismo objetivo: los comicios directos.

En principio parece que la balanza se inclinaría hacia el cumplimiento de las normas y la convocatoria de unas elecciones indirectas. En caso contrario debería haber una modificación de la Constitución, que tendría que ser aprobada por el Congreso para permitir las “directas ya”. La incertidumbre está sobre la mesa, con lo cual el poder vuelve de nuevo a las calles y a su capacidad de presión sobre el Congreso. Mientras, los posibles candidatos para 2018, como Lula da Silva, Marina Silva o el ultraderechista Jair Bolsonaro, esperan en silencio nuevas informaciones. En Brasil ya se sabe que en apenas 24 horas todo puede cambiar.

En las calles de Brasil

“¡Elecciones directas ya!”

Marcelo Aguilar, desde San Pablo

Cuando el diario O Globo publicó la noticia de que Michel Temer habría sido grabado mientras daba su aval para comprar el silencio del ex diputado Eduardo Cunha, nadie dejó de seguir las noticias, mucha gente salió a la calle, la noche se hizo larga, los informativos extendieron sus ediciones y las redes sociales no hablaban de otra cosa. La noticia generó manifestaciones espontáneas: apenas se dio a conocer la noticia, el miércoles, se reunieron manifestantes a protestar frente al Palacio del Planalto, en Brasilia, rodeado por el ejército, y ciudadanos salieron a las calles en San Pablo. El jueves se realizaron protestas en más de 17 estados del país, desde Río Grande del Sur, pasando por San Pablo, Rio de Janeiro y Brasilia, hasta el norte del país, en estados como Amapá, Alagoas, Ceará, Maranhão y Pará. Y se fijaron nuevos actos en todo el país para el domingo.

Los movimientos sociales se han alineado detrás de dos consignas fundamentales: “Fuera Temer” y “Elecciones directas ya”. Una novedad: parte de la derecha y de los movimientos que defendieron el impeachment de la ex presidenta Dilma Rousseff, como el Movimiento Brasil Libre (Mbl), están pidiendo la renuncia de Temer. “Estos movimientos se ven obligados a defender el Fora Temer porque ellos encabezaron las movilizaciones con un discurso anticorrupción, y si ahora no apoyaran el Fora Temer serían barridos del mapa político brasileño. Para ellos es una cuestión de supervivencia”, comentó a Brecha Raimundo Bonfim, coordinador general de la Central de Movimientos Populares (Cmp), que nuclea varios movimientos de izquierda.

André Takahashi, activista, participó de la marcha espontánea en San Pablo el miércoles y comentó a Brecha respecto de estos movimientos de derecha que hoy piden la renuncia de Temer: “En pocas horas la derecha dio un giro, pasó de defender al gobierno de Temer a pedir el Fuera Temer y elecciones generales. Eso es sorprendente. Porque siempre fue evidente que Temer era descartable; mientras se mostrase capaz de efectivizar las reformas lo mantendrían, a medida que se mostrase incapaz, como es el caso ahora, lo desecharían”, comentó en referencia a las reformas laboral y jubilatoria (rechazadas por una amplia mayoría de la población), que todavía no han sido totalmente aprobadas y que generaron históricas movilizaciones populares.

Al tiempo que el rechazo al presidente Temer une a los brasileños en las calles, la protesta también se puede convertir en un espacio de disputa: “Para diferenciarnos de la derecha en la calle tenemos que profundizar en la demanda de elecciones directas ya, y avanzar en pedir la anulación de todas las medidas aprobadas durante este gobierno”, insiste Takahashi.

Para Danilo Dara, de Madres de Mayo, un movimiento de madres que perdieron a sus hijos por la violencia policial, la situación política actual representa “una nueva pérdida de control, en un tablero complejo en el que todos los poderes históricos quieren intervenir, pero ninguna parte consigue dominar todas las piezas”. “Todas las fuerzas políticas tradicionales están desacreditadas, y la disputa se abrió nuevamente en la calle, que será un territorio fundamental para ver quién consigue impulsar con más fuerza sus reivindicaciones”, comentó Dara a Brecha. Hay un lado positivo en todo esto, dice, y es que “la era de los falsos profetas –tanto de la llamada izquierda como de los candidatos a héroes de la derecha– se puede estar acabando”.

Interrogantes de unas revelaciones explosivas

Una jueza, un gigante mediático y dos culpables en libertad

Mário Augusto Jakobskind

El diario Valor Econômico divulgó información según la cual la presidenta del Supremo Tribunal Federal (Stf), Carmen Lúcia, se reunió en Brasilia con 11 empresarios para discutir, entre otros temas, las dos impopulares reformas que impulsa el gobierno: la laboral y la de jubilaciones. Una fuente creíble que pidió reserva de su nombre dijo a Brecha que en el encuentro, que tuvo lugar el lunes 15, estuvo también presente Carlos Henrique Schroeder, el director de la Red Globo (el mismo medio que reveló la noticia sobre la ahora famosa grabación del presidente Michel Temer), lo que le valió a la ministra Lúcia gran espacio en ese multimedios fundamentalmente en TV Globo.

En los últimos días, antes del tsunami político que desató la noticia de la conversación entre el presidente y los dueños del frigorífico Jbs, el nombre de Carmen Lúcia había sido citado entre los posibles sustitutos de Michel Temer en caso de que el Tribunal Superior Electoral (Tse) decida anular la elección de la fórmula Rousseff-Temer de las últimas presidenciales. Este escenario tiene un antecedente: en 1945, el entonces presidente del Stf, José Linhares, asumió durante unos meses la presidencia de Brasil, hasta que fue electo Eurico Gaspar.

Ahora, tras el escándalo que desató la publicación de Globo, el remplazo de Temer por Lúcia parece cada vez más posible. En el caso de que Lúcia herede la presidencia tendrá que hacer frente a un pueblo que ha perdido la fe en el poder político. En ese contexto, la atención mediática que ha recibido durante los últimos días podría resultarle favorable a la jueza.

Hay otros detalles del escándalo político de esta semana que despiertan dudas a numerosos analistas. Uno de ellos es por qué las grabaciones de las conversaciones que entregaron los dos hermanos Batista, dueños del frigorífico gigante Jbs, fueron difundidas recién ahora, casi dos meses después de haber sido realizadas (el 24 de marzo, en San Pablo). Otro es por qué uno de los dos hermanos, Joesley fue autorizado a viajar a Estados Unidos, en principio tras haber recibido amenazas de muerte en Brasil. Tanto él como Wesley han sido liberados y ni siquiera pasaron por una breve prisión domiciliaria.

 

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