Por Adán Salgado Andrade
El capitalismo salvaje ha impuesto que es más importante sobreproducir, es decir, fabricar más, que lo que la sociedad puede consumir. Eso, para mantener “saludable” la tasa de ganancia.
Esa tendencia ha llevado a incrementar la contaminación del aire, aguas y tierras a niveles cada vez más peligrosos para medio ambiente, incluyendo plantas y animales, y para la salud humana.
Eso sucede en China, por ejemplo, en donde en varias ciudades el aire es casi irrespirable (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/06/la-creciente-y-letal-contaminacion-china.html).
Y eso está sucediendo también en India, en donde tantos millones de habitantes (1,408 billones, que ya superan a China), anárquica industrialización, laxas leyes que no protegen su medio ambiente, fiestas religiosas en donde se queman cientos de miles de cohetes, estufas de leña… han llevado a altísimos niveles de contaminación del aire.
Y, para remediar ese grave problema, las personas que tengan recursos, compran purificadores de aire, como expone el artículo del portal Wired, titulado “El alarmante negocio hindú de pagar para respirar”, firmado por Akanksha Singh, quien comienza diciendo que “mientras las soluciones estatales para combatir la contaminación fallan, la necesidad de adquirir caros purificadores de aire, crece, lo que está generando una nueva desigualdad” (ver: https://www.wired.com/story/breathing-is-a-luxury-in-indias-air-crisis/).
Una foto de Nueva Delhi, muestra el grave problema que enfrentan la mayoría de las ciudades hindúes. Una especie de neblina de humo, cubre todo, y la visibilidad es escasa, de unos cuantos metros. La gente camina entre contaminantes autos y motos, cubierto el rostro con pañoletas o cubrebocas, no ya por la pandemia, sino para protegerse de tanto humo.
Menciona Singh a la pulmonóloga Revathy K (en la India, aclara Singh, mucha gente usa una sola letra como apellido), ha tenido mucho trabajo “por gente que llega con un silbido en el pecho, debido a congestión pulmonar. Todo, por tanto polvo de construcciones, humo de autos y otros contaminantes”.
Han subido las toses crónicas y otras enfermedades respiratorias en Nueva Delhi, por ejemplo, “que ya es consideradas la ciudad más contaminada del mundo” (ver: https://www.indiatoday.in/cities/delhi/story/delhi-tops-list-world-most-polluted-cities-1989359-2022-08-18).
Un reporte de la OMS (Organización Mundial de la Salud), informó que 1.6 millones de hindúes murieron en el 2019, por la contaminación del aire.
Por ello, los hindúes más pudientes están comprando purificadores de aire, “siendo un negocio que, se prevé, crecerá a unos $597 millones de dólares para el 2027. Pero en un país en donde el 63 por ciento de la gente costea de su bolsillo los servicios médicos y en donde sólo el 10 por ciento, posee el 77 por ciento de la riqueza, pagar por aire limpio, no es opción para la mayoría”, dice Singh.
Cita al profesor Suryakant Waghmore, que enseña sociología en el Instituto de Tecnología de Bombay, quien dice que “en India, se ha normalizado el no valorar derechos fundamentales como agua potable o aire limpio. Así que los purificadores de aire, sólo son para los privilegiados”.
¡Pues miren hasta dónde han llegado allí, a que paguen, si quieren respirar o muéranse! Un futuro que se antojaría distópico, pero que ya está en ese país.
Menciona Singh el caso de Timothy Dmello, quien pasea a perros y está en la calle doce horas diarias para sostenerse. “A mi esposa, la están dializando, porque ya no le funcionan sus riñones. Yo hago esto, porque es flexible el horario, pero a veces, me cuesta trabajo respirar, con tanta contaminación. He pensado en comprar un purificador pero los más baratos están en 6,000 rupias (72 dólares), mucho dinero, señorita”, le dice a Singh.
Y menciona Singh que casi el sesenta por ciento de los hindúes viven con menos de $3.10 dólares por día (unos 62 pesos) y de ellos, “un 18 por ciento, trabajan en la intemperie”.
Son los que más han de sufrir tanta letal contaminación.
Es un problema estar en la intemperie. Conozco a gente que trabaja en la calle, como Pedro, un buen amigo aseador de calzado, que con tantos años de trabajar en la calle, ya tiene problemas de salud, como neuropatías y asma. Pero tiene que seguir trabajando o no come, dice.
Las partículas más peligrosas, continúa Singh, son las PM 2.5 (medidas en micrómetros), que invaden los pulmones. “Las muertes ocasionadas por esas partículas, fueron de 979,900 en el 2019. Y de acuerdo con el Reporte Mundial de la Calidad del Aire, la polución del aire, le cuesta a India unos $150,000 millones de dólares anuales”.
O sea, sale caro tanta contaminación, no se da gratuitamente. Pero como dice el profesor Waghmore, es algo que la mafia en el poder desdeña, si los pobres no tienen para pagar médicos o medicinas, allá ellos.
Y es así en todo el mundo, pues los pobres, son los que más enferman y más mueren, muchas veces, por males tratables, siempre y cuando, se cuente con un buen servicio público de salud o con dinero.
Las “autoridades” hindúes han tratado de resolver el problema, colocando grandes purificadores en algunas ciudades, pero no son suficientes, “pues se debe de estar dentro de su rango de influencia para obtener aire purificado”.
Por ello, la gente que puede comprarlos, platica cotidianamente de cuál es mejor, cuál purifica más y así.
“Y la publicidad de los aparatos alimenta la ansiedad, con anuncios como “La calidad de Delhi es muy mala: cinco purificadores en su hogar, mejorarían el aire’ o ‘¿Está planeando adquirir un purificador de aire? Conozca las características de este’, y así”.
Pues es como si vendieran refrigeradores, podría pensarse.
Pero, por lo que expone Singh, ya serían artículos de primera necesidad, ”pero sólo los pudientes, los pueden adquirir, lo que refuerza el sistema de castas que siempre ha existido en la India”.
Y es tanto el negocio, que han surgido purificadores “patito”, que sólo remueven dos contaminantes, de los cientos que hay, como le dijo Deekshith Vara Prasad a Singh, fundador y CEO de la empresa AirOK, que hace purificadores para oficinas y hospitales, “que cumplen con todos los requisitos”.
Y esos baratos, quizá sean los que compren los de menos ingresos, creyendo que les purificarán el aire, pero no será así.
Dice K, la pulmonóloga, que “si este país no puede ni siquiera ofrecer aire fresco, ¿para qué vivir aquí?”
Pero así como vamos, con creciente contaminación mundial, no duden que otros países seguirán la tendencia y esos purificadores, se irán convirtiendo en artículos de primera necesidad, que sólo la gente con recursos, podrá adquirir, así, como una casa, digamos.
Un ejemplo más de cómo vamos haciendo cada día más y más inhabitable a este pobre planeta.
Es su venganza, porque no hemos sabido respetarlo y cuidarlo.
Contacto: studillac@hotmail.com