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Chile y mundo. Del optimismo post-pandémico al estancamiento secular

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Kaos en la Red 14 de diciembre de 2022 

Por Sole SF

El panorama global, la salida en falso.

Es fin de año y el momento preciso para realizar balances y perspectivas, que en líneas generales se visualizan sombrías. Con respecto a la crisis sanitaria hay una recuperación inestable, dado que la pandemia no se ha superado del todo y podrían surgir nuevas amenazas o variantes más letales, como el peligroso brote de gripe aviar H5N1 en Arica. Si analizamos las cifras de vacunación, en América Latina y el Caribe ya han sido vacunadas contra el COVID-19 un 63% de población, mientras que 14 países y territorios han vacunado al 70% de su población; el mismo número no ha logrado alcanzar ni siquiera el 40%. Por otro lado, la pandemia generó un aumento de deuda externa en países atrasados, llegando a USD $10,6 billones (más del doble del nivel de deuda del 2009, que fue de USD $4,4 billones); claramente existe un efecto desigual que afectó negativamente a los países más pobres, mientras que otros países en desarrollo han sufrido constantes ciclos inflacionarios y lento crecimiento económico, que de alguna u otra manera se han visto afectados también por los escenarios de conflicto tanto económicos como bélicos.

Ahora, para medir la evolución de la actividad económica privada global, podemos revisar las cifras del PMI (índice de gestores de compra). En la eurozona este indicador cayó por debajo del 50% llegando a un 47,3% en octubre y un 47,8% en noviembre (Ver N.º 1), cifras que reflejan una reducción de demanda de bienes y servicios; a su vez el FMI, estima que se terminará el año con un crecimiento de un 3,1% del PIB; pero con un crecimiento de sólo un 0,5% en 2023 y con un IPC al alza en el conjunto de la Unión Europea de un 11,5%. Con respecto a las economías más influyentes, el caso de EEUU es doblemente preocupante; su PMI descendió a niveles similares a los del año 2009, llegando a un 47,7% en noviembre respecto del 50,4% de octubre; situación que es contraria a lo pronosticado luego del fin del estancamiento en las cadenas de suministros ocurridas durante el 2021 (Ver N.° 2); a su vez, la inflación acumulada a noviembre de 2022 fue de un 7.7% respecto de un 8,2% en octubre (si bien experimentó una baja, las tasas siguen siendo altas). Cabe señalar que EEUU entró al año 2022 aumentando el techo de deuda fiscal (USD $2,5 billones hasta 2023) para evitar el default financiero que hubiera causado la imposibilidad del pago de sueldos de trabajadores federales, los beneficios de Medicare, los salarios militares, los reembolsos de impuestos, los cheques del Seguro Social y los pagos a los contratistas federales, etc.; situación que se salvó sólo gracias a emisión de deuda y expansión monetaria artificial —imprimir más dólares-. Sobre la economía en Asia, podemos recordar la espiral de inflación en Sri Lanka y las estimaciones del freno de la economía china, luego de 30 años de crecimiento y que ahora enfrenta inflación creciente, hipertrofia económica y una deuda en vertiginoso crecimiento producto de la ruptura de la burbuja inmobiliaria de Evergrande (Ver N.º 3).

En Latinoamérica, el escenario de desaceleración y estancamiento económico es grave; según datos de la CEPAL (ver N.º 4) se estima al cierre de 2022 un crecimiento del PIB de un 3,2%; pero se proyecta para el 2023 un crecimiento de sólo un 1,4%. Si analizamos el PMI de noviembre se presentan a la baja en Brasil (44,3% de 50,8%), Colombia (47,3% de 50%), Puerto Rico (48,8% de 57,5%) y una única alza leve en México (50,6% de 50,3%) (ver N.º 5); a su vez, el FMI pronostica que las tasas de inflación en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú rondarán el 7,8% para fin del 2022 y se mantendrían elevadas (cercanas a un 4,9%), aun por encima de las bandas de tolerancia de los bancos centrales para fines del próximo año; sin mencionar los países con inflación crónica como Argentina, que pronostica una inflación del 100% al cierre del 2022 y Venezuela con un 195,7% de inflación anual.

Respecto de Chile, la auspiciosa baja del IPC de octubre (12,8%) se desvaneció, cerrando noviembre con un 13,3% acumulado a 12 meses, manteniendo así la tendencia al alza que el BC espera controlar, manteniendo la TPM alta (11,25%) y el FMI prevé una caída del 1% del PIB durante el 2023. A su vez, el IMACEC de octubre cayó un 1,2% con respecto a octubre 2021, impactando con un alza del desempleo en agosto-octubre con un 8% (respecto de un 7,9% julio-agosto) y el poder adquisitivo descendió un 2,6% (Ver N.º 6); con respecto a la deuda externa, esta aumento de un 81,3% en 2021 a un 84,0% en 2022 (Ver N.º 7), implicando que aunque el PIB suba, parte de este se destinará a pagar deuda por un lapso no menor. En general, podemos decir que se ralentiza el crecimiento y existe un IPC al alza, en clara sintonía con la tendencia global a la primera fase de una recesión.

Analizando el preludio de la catástrofe

Antes de hablar de crisis propiamente tal, se aclara que una recesión implica que el PIB de un país experimenta un crecimiento negativo durante dos trimestres consecutivos; a su vez, un estancamiento del PIB y un IPC al alza, configura un escenario de estanflación, preludio del ingreso a una recesión (etapa previa). Conjuntamente, es necesaria una revisión de los hechos económicos que han configurado la situación actual. Si bien en 1975 el 40% de las economías mundiales entraron en recesión, su carácter fue diferente (estancamiento de la demanda por hiperproducción). La crisis de la burbuja financiera de las hipotecas Subprime en el 2008-2009 fue la primera crisis mundial evidenciando la globalización del capital financiero y la dependencia a este de las economías nacionales. 

¿Por qué ocurrió la burbuja financiera del 2008? Toca partir desde las bases del funcionamiento del capitalismo, considerando la evolución de las formas de intercambio económico básicas a las que implicaron sistemas monetarios. En esta evolución entra en juego el “valor” de las mercancías en una economía. Marx define el valor en una relación valor-trabajo; a su vez, las “mercancías” tienen un “valor” producto del trabajo empleado en su creación y que se expresa en un “precio”, precio que es representado monetariamente en “dinero”. El dinero evolucionó desde dinero metálico puro (oro), moneda metálica subsidiaria y papel moneda de curso obligatorio. El primero tenía un valor propio intrínseco, el segunda en donde el metal —plata o cobre— representa una fracción del oro en equilibrio (Valor representativo); no obstante, el último tiene una particularidad de no expresar su propio valor, sino el valor del oro —el denominado patrón oro—. Podemos decir que el valor de las mercancías depende del trabajo y los precios determinan la cantidad de dinero circulante –una cantidad circulante finita-; pero frente a la posibilidad de imprimir muchos más billetes sobrepasando su respaldo en oro, se provocaría también un incremento del nivel general de precios. En este sentido, la inflación expresaría un desequilibrio fundamental entre la producción y la circulación del dinero, un aparente divorcio entre los valores y los precios. Este desequilibrio circulatorio del capital, se agudizó producto de la dolarización de la economía global moderna y el auge de la industria norteamericana de posguerra. Desde 1944 el dólar se regía a la convertibilidad del patrón oro (Acuerdos de Bretton Woods), cuya finalidad era la estabilidad monetaria para la restauración económica y además, proveer una contención natural producto de la limitada cantidad del metal precioso. No obstante, a partir de 1971 la salida política a los déficits experimentados en EEUU fue emitir dinero sin respaldo en oro, las constantes expansiones capital fueron significativas: De 1960 a 1970 expandieron un 51%, de 1970 a 2000 expandieron un 688% y del 2000 a 2010 expandieron un 231%. En resumen, de 1960 a 2020 se acumuló una expansión de 50.000 millones de dólares a más de 5 billones. Tras la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se acordó la comercialización exclusiva del petróleo en dólares; este sistema de petróleo por dólares generó una gran demanda artificial de dólares en todo el mundo y a medida que la demanda de petróleo aumentaba, también lo hacía la demanda de dólares. EEUU recibió el beneficio de ser el dueño exclusivo de este nuevo patrón monetario y ello le permitió ejercer un gran dominio sobre la economía mundial. No obstante, la transición del valor del dólar de un patrón estable (oro) a un patrón inestable basado en commodities (principalmente hidrocarburos), sumó a la divisa una extrema volatilidad y variación del tipo de cambio, producto de la especulación artificial e impacto de los cambios medioambientales en el mercado energético, 

Teniendo claro los componentes “inmateriales” del dólar y las políticas expansivas que inyectaron más capital circulante sin respaldo estable de su “valor”; se reconoce que por cada expansión de capital se inició un nuevo ciclo de acumulación capitalista, permitiendo que a partir de los años 70 se generara una hiperacumulación de capital, recursos que a su vez se estancaron sin poder generar más valor en función productiva porque los mercados estaban saturados, causando una caída brusca de rentabilidad. En esta etapa el “capital financiero” trató de dar una salida a la sobre acumulación a través del mercado bursátil y banca, con una falsa idea que el “dinero” (inmaterial, obviamente) puede generar más valor y de reproducirse a sí mismo (rompiendo la relación “capital-trabajo” y creando una nueva relación ficticia de “capital-capital”). Entonces, para enfrentar la caída de la rentabilidad capitalista, se promovió el endeudamiento de las empresas, los particulares y el propio Estado; gestándose una inmensa burbuja de deuda y un crecimiento desmedido del sector financiero (la llamada economía de especulación); esto fraguó el quiebre financiero de la banca norteamericana y mundial (la denominada Crisis Subprime) en los años 2007 y 2008. 

La tendencia natural del capital a la tasa decreciente de ganancia se ve acelerada con el auge del capital ficticio. A raíz de que el capitalista es presionado a producir y producir, va desarrollando en el proceso al máximo las fuerzas productivas como salida a esa sobre acumulación de capital que necesita ser puesta en circulación. Considerando que el “valor” sólo es producido por el trabajo humano, si se invierte en más desarrollo tecnológico (aumento de la composición orgánica del capital), el abaratamiento del costo de producción respecto del aumento del valor de la maquinaria, los márgenes de ganancia son menores y se abarata la mano de obra. La diferencia entre el valor producido por la fuerza de trabajo y el valor por el cual es remunerada —salario— es la “plusvalía”, la cual se apropia el capitalista. La plusvalía como relación del total del capital invertido -el que produce y el que no produce plusvalía- es la denominada “tasa de ganancia”. Al contraerse la actividad económica, las tasas de ganancia bajan y para mantener los niveles de ganancias adecuados desde el mercado, se aumenta la tasa de explotación (bajos sueldos, largas jornadas de trabajo, intensificación del trabajo, informalidad, etc.), siendo este fenómeno un círculo vicioso letal.

Es importante señalar que no todo el crédito es malo. Marx lo separa en dos categorías, el crédito comercial, que se da entre capitalistas y que se orienta a la producción; mientras el segundo, el crédito bancario, que es una promesa de pago, su emisor instruye a otra persona, el deudor, a pagar al vencimiento y en el lugar establecido la suma de dinero. Entonces lo que podemos concluir en este punto es que la gran crisis del 2008 fue a causa del auge del capital ficticio y que produjo flujos de dinero ocioso a través de crédito bancario para ampliar el mercado, en espera de un flujo constante de pagos de deuda que no tuvieron ninguna relación con el flujo de consumo real de esas mercancías en el mercado, causando una enorme burbuja financiera. Una vez que explotó la crisis, esta fue absorbida a través de expansión de capital (impresión de moneda), deuda y por salvatajes financieros estatales. Cabe concluir que desde el 2008 no se han desarrollado las fuerzas productivas y lo que ha crecido es la deuda, por consiguiente y como continuidad surge una nueva burbuja caracterizada por la acumulación de deuda fiscal, escenario que podemos evidenciar empíricamente con la nula tendencia al crecimiento económico reflejado en las PMI con tendencia a la baja o lento crecimiento. Peligrosamente en Wall Street en vez de moderar la masa de capital en instrumentos derivados (instrumentos de inversión sobre deuda), que en el 2008 representaban 13 veces el tamaño de la economía de EEUU (USD $183 billones), esa cifra asciende hoy a USD $248 billones. No es menor el hecho de que variados especialistas hablen de una crisis de proporciones. En el libro “El mayor crash de todos los tiempos”, los economistas Marc Friedrich y Mathias Weik, prevén un 2023 con más expansión monetaria y estancamiento del consumo; que desencadenaría una caída en cascada de la economía global, donde las empresas que fueron rescatadas financieramente el 2008 se han vuelto empresas zombis con deudas crecientes e impagables (Ver N.º 8). En resumen la economía de EEUU se ha vuelto deudora y no creadora de riquezas —la simple emisión no genera riqueza-, acumulando deudas y resolviendo sus coyunturas emitiendo más dólares a una razón sin precedentes. En el 2020 incrementó la base monetaria en 2 billones de dólares adicionales, de esta cifra solamente el 15 % —$330,000 millones— se han adicionado al circulante en poder de la gente, mientras que el 85 % restante ha ido a engrosar las reservas bancarias —$1.8 billones—.

El escenario nacional previo al apocalipsis

El escenario nacional es poco auspicioso. Desde un punto de vista socioeconómico, el rechazo de la nueva constitución frenó aspectos que podrían haber regulado en algo la economía —considerando el hecho que no se incluyó la nacionalización de la gran industria minera-; por otro lado, se notó la nula resistencia ante las presiones internacionales para aprobar el TPP-11 y el Acuerdo de Modernización del Tratado Chile/Unión Europea, ambos como necesidades para asegurar la continuidad del flujo de capitales a las economías mundiales con énfasis en las europeas y materias primas necesarias para afrontar la crisis —sobre todo energética— con un gran suministro de litio y de hidrógeno verde (Ver N.° 9); al mismo tiempo, una vez entrados en vigencia estos acuerdos podrían implicar la intervención de eurodiputados en los futuros debates constituyentes en protección de intereses puestos en nuestro país (la UE es el principal inversor en Chile, con un 33% del monto total de inversiones extranjeras) (Ver N.º.- 10); sin contar con el sombrío futuro de la Reforma Tributaria, que pretende financiar el Sistema de Protección Social (salud, viviendas sociales, educación y pensiones), pero que podría tener un revés en la votación parlamentaria similar a los resultados negativos en otras iniciativas del oficialismo (como en la elección del fiscal nacional, o en las propuestas sobre el mecanismo del nuevo proceso constituyente). Desde un punto de vista social, la tendencia a la neutralización que el capitalismo realiza sobre todas las tendencias políticas, deja a la clase trabajadora a merced de una izquierda con un sabor a un capitalismo “con rostro humano”, en vez de ser crisol de cambio social y superación del modelo de explotación. El paradigma central de lucha se desdibujó en contenido y fondo; las consignas “antineoliberales” y “anticapitalistas” que el actual oficialismo promovió durante el 18 de octubre hoy son letra muerta, populismo orientado a captar votos por el ansia de poder de una casta heredera de la Concertación.

En este momento es cuando aparecen las consignas populistas de “gobierno obrero”, “comunitarismo”, “vida buena”, etc. Hay que ser criterioso y analizar fríamente que ninguna de estas perspectivas ponen al carácter arraigado de la financiarización. Este carácter no es el resultado de ciertas políticas implantadas o de falta de regulación financiera, ni una tendencia que pueda tratarse únicamente a través del cambio regulatorio. La crisis de 2007 y sus secuelas indican que la financiarización es algo persistente y es reflejo de una etapa madura en la evolución histórica del capitalismo, por ende una evolución histórica no puede ser mejorada con simples políticas públicas. O sea, no se puede hacer frente al capitalismo sin restablecer la supremacía ideológica de lo colectivo sobre lo individual y de lo público sobre lo privado, como un proceso continuo y sin retroceso de transición del actual sistema a uno nuevo; ni tampoco aplicando paquetes de medidas sobre un sistema que es intrínsecamente imperfecto y tiende al colapso, proceso de cambio que al menos en Chile por el momento no tiene señales de existir y que se agudiza aún más con la pérdida de control público sobre la economía (por ejemplo, con la tendencia a mantener la independencia de los Bancos Centrales), dejando a los Estados como salvavidas para restaurar la solvencia de bancos con el objeto de devolverlos a la propiedad privada.

En conclusión, la próxima crisis va a tomar a la clase trabajadora mundial y en especial a la chilena sin las herramientas de lucha necesarias para revertir la situación; esto no quiere decir que la esencia misma de la crisis sea a su vez un acelerador de la lucha de clases y una vía para la reorganización futura, en ello todos tenemos la esperanza.

Referencias:

1.-https://www.diarioestrategia.cl/texto-diario/mostrar/4097803/actividad-privada-eurozona-cumple-cinco-meses-caida-acerca-recesion-segun-pmi

2.-https://www.bolsamania.com/noticias/pulsos-usa/el-sector-manufacturero-de-eeuu-muestra-un-nuevo-deterioro-en-noviembre–11575334.html

3.-https://www.df.cl/internacional/economia/crisis-de-deuda-china-provocada-por-evergrande-se-extiende-a

4.-https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-espera-desaceleracion-crecimiento-america-latina-caribe-2023-expansion-proyectada

5.- https://es.tradingeconomics.com/country-list/manufacturing-pmi?continent=america

6.-https://www.biobiochile.cl/noticias/economia/actualidad-economica/2022/10/06/11-meses-a-la-baja-inflacion-sigue-golpeando-las-remuneraciones-y-vuelven-a-caer-2-puntos.shtml

7.- https://www.bcentral.cl/web/banco-central/areas/estadisticas/deuda-externa

8.- https://www.abc.es/economia/abci-mundo-llegara-2023-201911300159_noticia.html

9.- https://olca.cl/articulo/nota.php?id=109789

10.-https://www.ciperchile.cl/2021/02/04/acuerdo-comercial-con-europa-pone-en-jaque-las-demandas-constituyentes/

*  Imagen: Fotografía aérea de ciudad. Alisha Lubben. Licencia Pexels 

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