Entrevista con Francis K. Wiese
«Todavía podemos evitar la catástrofe del Ártico»
Revista IHU On-Line, 4-8-2021
Traducción de Florencia Escobar Risatti
El Ártico está desapareciendo debido a los cambios climáticos. Esto no es una opinión. Es un hecho que cada vez más su fisonomía es la de un área subártica. Es un hecho que los cambios de temperatura hacen que especies de plantas y animales perfectamente adaptadas al clima polar apenas pueden sobrevivir. Es un hecho que el deshielo estival y la pérdida del hielo antiguo están poniendo en serio peligro todo el ecosistema.
Es un hecho que ese proceso, que también repercute en el modo de vida y la cultura de sus habitantes, hace que el tiempo y el clima en el resto del mundo sufran variaciones alarmantes que se pueden ver, sin ir más lejos, en las recientes lluvias torrenciales caídas en Alemania y China.
Esta situación forma parte del trabajo de científicos como el suizo Francis K. Wiese, director técnico para las ciencias marinas de Stantec, que estudia los ambientes costeros y los usos sustentables del mar monitoreando el efecto de las actividades humanas en dichos ecosistemas.
Reflexiona sobre esos temas en diferentes publicaciones. La más reciente fue su participación en Whither the Arctic Ocean? (¿Hacia dónde se dirige el Ártico?), volumen publicado por la Fundación BBVA que fue coordinado por el ecólogo marino Paul Wassmann y que incluye artículos de treinta destacados especialistas en diversas áreas para analizar la situación de esta región del planeta.
En su artículo, Por qué el Ártico no ha colapsado?, Wiese viaja al año 2050 donde en un documentado ejercicio de imaginación, casi de ciencia ficción, describe a partir de esa década porque la región ártica no fue completamente destruida debido a las medidas que la humanidad tomó a tiempo para impedirlo… Una utopía, si se quiere, didáctica e instructiva.
La entrevista es de Javier López Rejas, publicada por El Cultural, 3-8-2021.
– Considera que ya hemos superado el punto de no retorno, con respecto a la supervivencia del Ártico?
Es muy difícil de saber. Normalmente, nos damos cuenta después de superarlo. Parece que con todos los gases que ya emitimos en la atmósfera, acabaremos con veranos sin hielo, entre 2035 y 2050.
Mas si hiciéramos algo ahora para combatir los cambios climáticos y transformar nuestra sociedad de manera sustentable, dependiendo de energía renovable en vez de basarnos en combustibles fósiles, el hielo del mar puede retornar en el verano, y con ello el hielo más antiguo y denso. Soy optimista. Nuestra necesidad de actuar aún puede evitar un futuro catastrófico.
– Usted diría que hay intereses para que el proceso de deterioro del Ártico continúe?
No lo creo. Aunque es evidente que el deshielo ártico trae consigo ciertas ventajas económicas, como el transporte marino más económico por ser la ruta más corta entre Europa y Asia, o nuevos recursos que no podíamos acceder anteriormente. El precio para el mundo entero desde el punto de vista climático es muy grande.
Mientras que el ártico se deteriora, ocurre también con el resto del mundo, provocando más desastres naturales (secas, inundaciones), desalojo de millones de personas, refugiados climáticos, desestabilizando la sociedad global. Ninguna ventaja económica o política que el deshielo del ártico traiga vale la pena a ese precio.
Las consecuencias económicas y geopolíticas ya son una realidad, incluido el transporte marino y la explotación de recursos naturales hasta ahora inaccesibles. La apertura del Ártico también significa que necesitaremos de una nueva forma de colaboración internacional.
– Que consecuencias o efectos podría sufrir el resto del planeta?
No es que «puedan», llevan tiempo sufriendo. El tipo de consecuencia depende de la geografía sobre la cual estamos hablando. En ciertas regiones, se traduce en más lluvias. En otras, más secas, aumento del nivel del mar, tempestades más fuertes, raros fenómenos (como la gran nevada que ocurrió recientemente en Madrid), días de calor extremo…
– Como los cambios climáticos influyen en su deterioro?
Es el agente principal. El aumento de concentración de gases de efecto invernadero en el mundo hace que las temperaturas en el Ártico están aumentando en 40 centígrados y eso provoca una catarata de eventos que fueron transformando todo el ecosistema.
– Cómo se están viendo amenazadas las diferentes especies? Concretamente alguna está en peligro?
Con esas transformaciones también vienen cambios en la distribución y eso llevó a la proliferación de especies invasivas, que pueden provocar mucho daño a la fauna y a la flora nativas (y con eso desencadenar también impacto sobre las personas y su seguridad en los alimentos).
Estamos preocupados con las que dependen del hielo del mar, como focas, morsas y un sinnúmero de peces e invertebrados. Ellos son dependientes para ciertas etapas de sus vidas (para la reproducción y alimentación por ejemplo) y con el deshielo su supervivencia está claramente amenazada.
-La pregunta parece ser obligatoria: para dónde va el Ártico, frente a esta situación?
En el caso de que las cosas no cambien, estaremos delante de un sistema que no vimos antes. Ciertamente, habrá muchas especies que conseguirán vivir muy bien, pero el ecosistema será fundamentalmente transformado. Ocurrirá una mezcla de especies y hábitats árticos que conseguirán adaptarse y subárticos que ahora están más al sur.
Recientemente publiqué junto a mi equipo un artículo en la Naturaleza que profundiza esa transformación. Es difícil prever dónde será el fin, pero no queda duda que perderemos algo muy precioso por el camino.
– Que regiones del Ártico están peor por su situación?
Todas están afectadas. Es un ecosistema integrado y controlado por la temperatura y la presencia del hielo marino. Con cambios tan drásticos en ciertas áreas, todo el sistema fue modificado.