Uno de los primeros en llegar a manifestar el lamento junto a la controversial estatua del General Baquedano fue Cristián Labbé, uno de los bastiones intocables de la dictadura. Otra figura pública que se arriesgó a opinar fue Tomás Mosciatti desde una perspectiva populista e ideológica propia de quienes ven la historia como el relato de los vencedores. Es decir, de una concepción de la historia criticada por una tradición de nuestros grandes historiadores contemporáneos, me refiero a aquellos que se han ocupado en relevar la importancia histórica de los invisibilizados y vencidos por el poder, entre los cuales ocupa un lugar destacado Sergio Grez.
El tono de Mosciatti, es similar al de Piñera y de tantos otros que frente a las reivindicaciones ciudadanas prefieren observar la manifestación de la “violencia” apoyándose en débiles argumentos que recurren a una supuesta similitud, en esta caso aludiendo a los cobardes ataques del Museo Violeta Parra o de las Iglesias de Carabineros o esa otra con pasado ligado a detenciones ilegales y torturas. Nada nos dice de los ya sabido infiltrados sospechosos de operar en maniobras para deslegitimar las movilizaciones de los movimientos sociales y justificar la represión que atenta contra los Derechos Humanos.
La diferencia entre Mosciatti, Piñera y tantos otros, está en que se empeña en mostrar una mirada ilustrada, tal vez enciclopédica. Sin embargo, además de la debilidad de sus argumentos, intenta confundir a la opinión pública ocupando su prestigiosa tribuna con sus pretenciosos juicios de conciencia moral de la nación, similar a la de otros opinólogos criticados por sus juicios de conciencia moral republicana.
El reclamo que presenta el conocido periodista es desproporcionado, sobre todo esa apelación a los artistas y la gente de la cultura por no salir a defender “la obra”. Clara queda también su visión conservadora en lo estético, pero es peor su actitud de reproche al mundo de la cultura frente al cual pretende instalar su visión particular. El poder puede hacer mal y llevar a los sujetos a creerse “patrones de fundo”, peligrosa es esta actitud en personas que tienen el privilegio de direccionar la opinión pública desde las instituciones
La herida de la estatua del General Baquedano es la herida de ese régimen social económico que se vio en desgracia en octubre 2019. La bestia herida es peligrosa y su violencia se puede manifestar de distintas maneras, tampoco es novedad que los medios de comunicación suelen estar a favor del poder esto por la complicidad de sus dueños.
Las sentencias finales de esta opinión de Mosciatti representan la defensa de esa historia que busca instalar en la memoria la visión de los vencedores. Es por eso que tanto le molestan las afirmaciones de Sergio Grez que interpelan a la resignificación del espacio público por la fuerza constituyente de la ciudadanía.