Patricio López | DIARIO UNIVERSIDAD DE CHILE Viernes 7 de junio 2019
Los profesores tienen razón, como la han tenido otras veces en que se han movilizado. Su lucha histórica por la centralidad de la labor docente en la sociedad chilena debería ser abrazada masivamente, puesto que ese lugar estaría, necesariamente, más allá de la lógica reduccionista de las pruebas de medición y los pondría, entre otras, en la tarea necesaria de articular los procesos de construcción de identidad y formación de comunidad.
A pesar de la reducción del actual modelo, muchos profesores y profesoras son impulsados por la vocación y de todas maneras intentan un ejercicio más integral de su labor, sacrificando para ello tiempos libres y dejando para el fin de semana el cerro de pruebas que se van acumulando.
Estar con los profesores es estar en contra de la reducción de nuestros hijos, sobrinos, hermanos o nietos a ser meros engranajes del sistema. Es estar en contra de la eliminación de asignaturas como Educación Cívica, Filosofía, Historia o Educación Física.
Estar con los profesores es estar con la exigencia de respeto y fortalecimiento de la educación pública, en especial porque buena parte de los docentes movilizados pertenece a ese tipo de establecimientos. Es tener la convicción de que la educación no puede ser un bien de consumo y que su rol debe desarrollarse en el espacio del bien común y no del beneficio privado.
Estar con los profesores es reconocerles el derecho a ocupar el espacio público por una razón que hará a esta sociedad un poco mejor que lo que es hoy. No es gente que reclama por todo, no son grupos que producen caos vial, son personas que unidas constituyen un sujeto social que nos pide que veamos lo que no hemos podido o querido ver: colegios sin ventanas, con plagas de ratones, con problemas para contar con los recursos básicos, en contraste con los colegios de las familias que sí pueden pagar todas las comodidades, estableciendo desde la edad temprano la odiosa segregación que atraviesa y lacera a la sociedad chilena.
Estar con los profesores es discrepar, señalar y denunciar el burdo recurso mediático, usado una y otra vez, que esta mañana ha vuelto a poner en las portadas de los diarios fotos de encapuchados y fuego para acompañar la noticia de los actores movilizados. Es señalar la operación comunicacional de invisibilizar la gran convocatoria de ayer y las decenas de buses que llegaron a Santiago desde distintas partes del país para marchar, a cara descubierta, con convicción política, pacíficamente, para que las actuales autoridades gubernamentales modifiquen su posición.
Estar con los profesores es denunciar otra operación política-mediática que busca poner a los maestros en contra de los apoderados y, eventualmente, de los niños. Es resistir el quiebre de la unidad de propósitos de la comunidad educativa y la instalación de la desconfianza que después genera las condiciones para legitimar.
Estar con los profesores es darles voz, algo que no están haciendo la mayoría de los medios de comunicación. Estar con los profesores es decir, como con esta columna, que ellas y ellos tienen la razón.