Estimado Joaquín, el día domingo 27 de Agosto solo pude ojear la prensa y no leí tu columna en El Mercurio pues me encontraba redactando una solicitud de procesamiento a oficiales del ejército chileno que secuestraban, torturaban y mataban chilenos en el sur. Por ello “Manos sin sangre” sólo la encontré casualmente en la página “La Voz de Punta Peuco” que es la vocería oficial de los genocidas condenados por crímenes de lesa Humanidad.
La “Voz de Punta Peuco”, que en groserías, amenazas, odiosidades e incitaciones a la violencia no se diferencia con “Der Stummer” del sr Julius Streicher de triste destino en Nuremberg, se siente plenamente interpretada por tus dichos. Te han publicado de manera destacada. Le has dado un buen momento a Krasnoff Marchenko, el “Troglo”, Gladys Calderon (132 homicidios mediante inyección letal) y otros. Por primera vez alguien honorable y culto ha hablado por ellos.
Despliegas, no la noble invocación a la misericordia, sino una defensa de los violadores a los Derechos Humanos que no puedo dejar de responder y comentar.
1.- Somos abogados, Joaquín, las sentencias se dictan para cumplirse, la edad no está en las atenuantes de nuestra legislación. Un nazi de 96 años acaba de entrar a prisión, Rudolf Hess murió en ella viejito y todo. Y no está entre las aminorantes porque esto es cuestión subjetiva a mi no me conmueve que un torturador que metió ratas en la vagina de una mujer vaya a la cárcel, no me incita al perdón el viejo general Orozco que asesinó dos padres de familia simplemente porque uno era comunista y el otro socialista, a otros evidentemente si les conmueve. Joaquín, hay huérfanos con infancias terribles de por medio, el sr Orozco ni su familia pasaran hambre pues el Estado chileno les llena los bolsillos con una inmerecida jubilación, después de sus crímenes. Por vejez un miserable no deja de serlo.
Si llegaron tan viejos a ser condenados fue porque antes hicieron todo por quedar a la impunidad desde amenazar a toda la sociedad chilena con su «ejercicio de enlace» hasta mentir, cosa que han hecho en todos los procesos.
La sanción penal, luego de un debido proceso, es vindicación del pasado pero también escarmiento del porvenir. Los que quieran agredir a su propio pueblo indefenso desde el monopolio de las armas en el futuro deben saber que no habrá perdón ni olvido.
2.- Al leerte no he podido dejar de evocar esos discursos de Franco en la Plaza de Oriente donde denunciaba que la creciente oposición a su dictadura era una conjura de los marxistas/políticos/demócratas empedernidos/ masones/ judíos etc… y etc… De tu apreciación pareciera que aquí existe una conspiración malévola entre la Corte Suprema, el Servicio Médico Legal, la prensa, la Policía de Investigaciones y…los chilenos, que en un 63 % según Cadem respaldan la verdad y la justicia en Chile. No hay conspiración, es la conciencia de la humanidad civilizada que rechaza y castiga el crimen y el abuso. En ese 63% hay gente políticamente de derecha, en Chile no hay un 63% de vengativos marxistas- leninistas.
3.- Falta justicia, es poca la sanción. Tus invocaciones a indultos en favor de los violadores a los DDHH son improcedentes. Tú sabes perfectamente como terminaron los criminales nazis en Nuremberg, los residentes en el privilegiado centro de Punta Peuco deberían agradecer a nuestro dios misericordioso que cada día pueden ver aparecer el sol, que no lo merecen. Es más, reciben millonarias jubilaciones fraudulentas, por supuesto “stress” postraumático, nunca han sido degradados del ejército cuyo honor y tradición emporcaron.
Luego de la primera batalla por la toma de Lima, algunos soldados cometieron abusos sobre población civil peruana, que tuvieron cierta provocación de las víctimas; antes de 24 horas fueron fusilados por Consejos de Guerra presididos por el general Baquedano.
4.- Estimado Joaquín, te cito a la letra “Si algún día me matan, no lo hagan como con Orozco, háganlo como con Guzmán”. Debes estar tranquilo. Nadie en la izquierda está pensando en matar a nadie. No he escuchado planes para bombardear La Moneda, ni transformar buques e instalaciones fiscales en centro de torturas, el Estadio Nacional seguirá siendo un centro deportivo aunque gane Guillier, Artés o la sra Sanchez. Tú, la historia y los chilenos sabemos quienes hacen esas cosas.
Con el aprecio y respeto de siempre.
ROBERTO AVILA TOLEDO