Isaac Bigio
Martin Trudeau, quien ha ido primer ministro del Canadá desde el 2015, anunció que va a dejar el liderazgo de su partido y, por consiguientemente, dejará el poder cuando sus camaradas liberales voten por un nuevo jefe. Su decisión se da cuando su nivel de aprobación en las encuestas llegó al 16% y el de su partido liberal al 20%. En cambio, Dina Boluarte apenas goza del 3% de respaldo en varias encuestas, mientras que un 95% la rechaza. Este es el peor índice de repudio a un gobernante en la historia peruana y también a escala de todo Occidente (y probablemente en cualquier democracia multipartidaria del planeta). Además, a diferencia de Trudeau, ella carece de partido o bancada, y donde va es objeto de burlas y protestas.
Perú y Canadá comparten el tener una bandera de 3 franjas (dos rojas a los costados y una blanca al medio), pero sus sistemas políticos son muy diferentes. Pese a que el mayor país de las Américas nunca ha sido una república y sigue teniendo a la corona británica como su jefatura formal de Estado, la nación del norte es mucho más democrática y menos corrupta que la nuestra. Canadá permite la autonomía a sus territorios que hablan en otra lengua y concede a sus 70,000 nativos inuit (esquimales) uno que es casi el doble que la superficie peruana para que puedan ejercer su autogobierno y decidir que empresas puedan entrar o no a su suelo y que regalías deben darles.
En Canadá seria inadmisible tener un o una estadista tan impopular y sin partido y bancada. Además, no ha de permitir tantos abusos contra las naciones originarias.
De hecho, en ninguna potencia que se reclame democrática es posible que haya un Ejecutivo y un Legislativo que solo sean aprobados por el 3% del electorado. Esto es algo que merma la confianza de la población y de los inversionistas y que genera enormes distorsiones políticas, económicas y sociales.
Cuando Dina vaya a Suiza va a convertirse en la única personalidad que gobierna con tanto nivel de repudio, descredito y deslegitimación.
Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics & Political Sciences.
