Por: María del Mar Parra El Desconcierto 05.11.2022
Declaran zona de prohibición para nuevas extracciones, mientras la operación de la minera Cerro Colorado en el sector se enfrenta a proceso judicial.
La Dirección General de Aguas (DGA) prohibió nuevas explotaciones de agua subterránea en el sector de Lagunillas, en la cuenca del Salar de Huasco. Esto se da luego de casi 30 años de explotación por parte de la minera Cerro Colorado, filial de una de las empresas mineras del mundo; la anglo-australiana BHP Billiton. Ya en el 2002 las comunidades Aymaras de la zona denunciaban que se estaban secando las lagunas aledañas, por lo que la medida llega “demasiado tarde” según ambientalistas que se manifestaron al respecto.
Una de ellas es la científica de Antofagasta y ex convencional, Cristina Dorador, quien ha difundido estudios sobre el daño a la biodiversidad del humedal, el que califica como “irreparable”. “Aplicando el principio precautorio no se hubiese aprobado la extracción de agua a la minera Cerro Colorado. Medidas cosméticas en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto, como el riego de bofedales, son una muestra de la falta de visión y entendimiento de las dinámicas ecosistémicas de los salares”, afirmó Dorador en sus redes.
Ya en febrero de este año, el Primer Tribunal Ambiental decretó un régimen cautelar de uso mínimo de agua para la empresa, como parte del proceso judicial surgido de una demanda por daño ambiental contra la minera. Desde la compañía aseguran que las medidas tomadas por ellos están logrando una recuperación del ecosistema.
Un estudio del 2017 revelaba cómo la extracción de agua del sector y la reducción de los niveles de agua subterránea habían generado un cambio climático local, aumentando la temperatura de la superficie del suelo y del aire. Además se puede ver el deterioro de la vegetación en los bofedales del sector (humedales de altura), que incluso el Tribunal Ambiental de Antofagasta constató en terreno como parte de la demanda, declarando la “concurrencia de un efecto adverso significativo generado por el proyecto”.
Salares, litio y cambio climático
Este caso se suma al de otros conflictos socioambientales generados por la explotación minera en los salares del norte de Chile, que hoy están en la mira para la producción de litio, tan codiciado para la producción de baterías, por ejemplo, para autos eléctricos. Uno de los lugares más explotados es el Salar de Atacama, donde también se ha verificado la pérdida de humedad, vegetación y aumento de la temperatura del suelo producto de la extracción de salmuera para la explotación del litio.
Otro caso es el del Salar de Maricunga, donde científicos y comunidades Aymara se han sumado para difundir los efectos de la explotación minera en los estilos de vida tradicionales, en los ecosistemas y en las fuentes de agua.
Así, la situación de los salares levanta un cuestionamiento sobre el rol de Latinoamérica en el desarrollo global, ya que son Chile, Argentina y Bolivia los países que concentran la gran mayoría de las reservas mundiales de litio en el mundo. “Con el litio, América Latina está en riesgo de repetir la película del extractivismo de sus minerales a cambio de unas pocas monedas”, declaraba ante la BBC Ernesto Picco; investigador argentino y autor del libro «Crónicas del litio: Sudamérica en disputa por el futuro de la energía global».