por Felipe Portales
Más allá de si el gran Patricio Bañados se murió naturalmente o se suicidó, no hay duda de que la televisión chilena desechó hace muchos años al más culto, imaginativo y excelente animador, locutor y entrevistador que ha tenido Chile. Su espíritu crítico no podía ser aceptado por una televisión adocenada y supeditada a nuestros poderes fácticos. Tanto la dictadura como la post-dictadura impidieron que llegara a la opinión pública chilena. Al final sólo lo tenían para programas sobre ovnis…
Es decir, para la generalidad de los chilenos la televisión chilena «lo mató» hace muchos años, más allá de que finalmente se haya suicidado o no, lo cual no le quitaría ninguno de sus grandes méritos. Más todavía cuando su salud le permitió hasta el día de su muerte trabajar con todo vigor en la Radio Beethoven. Por lo anterior, todos los homenajes que pueda hacerle la televisión chilena tienen un evidente carácter hipócrita.No están mal en todo caso porque como bien dice el aserto «la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud».