Imagen: Jecar Neghme, dirigente y vocero público del MIR asesinado el 4 de septiembre de 1989
por Franco Machiavelo
¡Saludo a quienes nunca se arrodillaron!
En un país donde la historia oficial fue escrita por los vencedores y repetida por los sumisos, aún late la memoria insurrecta. No es la nostalgia lo que nos convoca, sino la certeza de que la dignidad no se negocia, que la libertad no se implora y que la justicia no es limosna del patrón ni concesión del Estado burgués.
Hoy, en el aniversario del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, saludamos a quienes levantaron banderas cuando otros se conformaban con migajas. Saludamos a quienes comprendieron que el poder no se “gestiona” desde la alfombra del palacio, sino que se arranca de raíz a la maquinaria que lo sostiene.
Las trincheras cambian, pero no la esencia de la lucha. Ayer fue contra la dictadura militar y el saqueo neoliberal; hoy es contra sus herederos disfrazados de demócratas, que administran el mismo modelo con palabras suaves y manos ensangrentadas por la desigualdad.
Este saludo no es un acto de museo: es una chispa para encender la conciencia. Porque mientras existan bosques entregados a corporaciones, pueblos originarios perseguidos y trabajadores reducidos a piezas desechables, seguirá siendo urgente la organización, la rebelión y la revolución.
Que este aniversario sea recordatorio y desafío: no basta con resistir, hay que construir un mañana donde el pan y la palabra sean de todos, donde la vida valga más que el mercado y donde, finalmente, el pueblo sea el dueño de su destino.
¡Honor a quienes luchan, ayer y hoy!