«.Y si el hombre es flecha, porque lo vigilan, porque le mutilan su carrera loca..»
Eduardo Peralta
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1.- En algunos programas de gobierno para las elecciones de noviembre de 2021, se habla de una jornada de 40 horas de trabajo a la semana. Sin embargo se habla poco o derechamente se omite la existencia de un proyecto de ley que, malito y todo, ya fue aprobado en la Cámara y solo hay que darle velocidad en el Senado, además de un nuevo proyecto presentado hace unos meses, también para rebajar la jornada a 40 horas.
Bastaría que los candidatos se comprometan a dar suma urgencia a esta discusión si es que son electos presidente y se avanzaría en la concreción de la demanda. Lo que falta es voluntad.Pero hay una solución mucho más rápida que la anterior y que no ha sido ni siquiera mencionada por los promotores de disminuir la jornada de trabajo ¿Cuál sería esta se preguntaran?.
Ratificar el Convenio 47 de la OIT, que data de 1935 y que en su esencia dice:
«Artículo 1 Todo Miembro de la Organización Internacional del Trabajo que ratifique el presente Convenio se declara en favor: (a) del principio de la semana de cuarenta horas, aplicado en forma tal que no implique una disminución del nivel de vida de los trabajadores; (b) de la adopción o del fomento de las medidas que se consideren apropiadas para lograr esta finalidad, y se obliga a aplicar este principio a las diversas clases de empleos, de conformidad con las disposiciones de detalle que prescriban otros convenios ratificados por dicho Miembro». ¿Cómo se ratifica un Convenio OIT? El presidente de la república debe enviar un mensaje al parlamento demandando la ratificación del Convenio, lo que obliga a la Cámara de diputadas y diputados y al Senado a votar la propuesta. Y tendríamos jornada de 40 horas.
2.- Llámenme obsoleto o desfasado e incluso retrógrado, el caso es que no logro entender porque el Ministerio de Educación no tiene responsabilidad directa sobre la educación pública. Me cuesta entender que solo se entreguen recursos económicos y estos no sean suficientes o bien utilizados para permitir que todos quienes lo requieran tengan acceso asegurado a la educación. La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, sostuvo el 19 de julio una reunión con el ministro de Educación, Raúl Figueroa, en la que denunció una «crisis educacional» en la comuna, acusando que distintos establecimientos no cuentan con las condiciones necesarias para el retorno a clases presenciales. La edil denunció que de los 44 colegios que hay en la comuna, 19 «no cuentan con las condiciones necesarias para la realización de clases presenciales», apuntando a distintos tipos de falencias, como la falta de libros o internet. «Además, hay varios servicios en distintos establecimientos que no han sido pagados».
¿Cuántos municipios estarán en la misma situación que Santiago?, ¿Sólo se trata de abrir a como dé lugar los colegios para demostrar que se está superando la pandemia, pero las condiciones en que estos colegios funcionan no le importa a nadie ? De vez en cuando los medios de comunicación dan cuenta de colegios en estado deplorable, otros donde los niños no tienen acceso a internet, y sin embargo en el balance final todo sigue igual e incluso peor. Quién sanciona a aquellos que están desviando a otro lado los recursos para educación ¿Cómo va a ser posible que un niño solo pueda recibir educación de nivel y con recursos si sus padres pagan por eso? Ya es hora que de verdad todos los padres y apoderados desarrollen organización y la pongan al servicio de la causa de una mejor educación para sus hijos.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
MANUEL AHUMADA LILLO
Secretario C.G.T. CHILE