por Isaac Bigio
Los audios eróticos del renunciante Premier Otárola y el caso de su dimisión han servido como perfecta cortina de humo para distraer al pueblo mientras el congreso quiere trastocar los resultados del referéndum de hace 5 años.
En el plebiscito del 9/12/2018, el 86.8% votó sí a «la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios de la República» y el 90.5% no a «la reforma constitucional que establece la bicameralidad en el Congreso de la República». Pese a estos contundentes resultados, el Congreso más impopular de nuestra historia (y también el único del hemisferio con 5% de aprobación) quiere pisotear esta decisión.
Lo democrático sería volverle a consultar al electorado, pero quieren evitar ello. Por principio se oponen a cambiar la fuji-constitución de 1993 y a un referendo para que se decida sobre ello. En los hechos, al querer modificar 50 de sus artículos, están aprobando una nueva carta magna.
El Congreso viola la voluntad popular. Además, Dina Boluarte (alguien quien no ha sido escogida por el electorado para ocupar su puesto y que solo es aprobada por el 3% en las macrorregiones Sur, Centro y Oriente) ha puesto a un Primer Ministro que tal vez sea peor que el anterior.
El nuevo premier Gustavo Adrianzén fue el representante del Perú en la OEA que hizo el ridículo al acusar a los peruanos que cuestionaban a Dina ante ese organismo de que «Ellos son los violentos, ellos son los que ocasionaron las muertes, ellos son los violentos». Todos los presentes eran compatriotas residentes en EEUU que no estaban en el Perú cuando se dieron las matanzas.
Si Boluarte le ha echado la culpa de los asesinatos a los propios asesinados, su nuevo premier le echa la culpa a gente que ni siquiera estaba en nuestro continente al momento de ocurrir las matanzas.
Todo el gabinete ha sido ratificado, incluyendo José Arista, quien fue ministro del derechista PPK y quien ocupa la misma cartera de economía que ocupó durante el golpe de Manuel Merino.
Para remate, Fujimori sale bien de salud burlando la justicia, inaugurando sus redes sociales y perfilándose como posible candidato presidencial.
No se respeta a la Corte IDH ni a la voluntad popular en nada.
Isaac Bigio. Politologo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of E
