por Pepe Gutiérrez Álvarez, España
NO OLVIDAR EL FRANQUISMO…El entramado franquista llegó ser arrinconado contras cuerdas, aunque siempre le quedaron varias balas en la recámara. En particular el aparato represivo, por no hablar del entramado judicial y de buena parte del funcionario “enchufado”. Se mantuvo con la amenaza de que sí la calle desbordaba sus límites, sacarían sus Pinochet, aquellos que siguieron haciendo “ruidos de sables” hasta la mitad de los años ochenta.
Para la derecha “civilizada” (Fraga, Martín Villa, el propio Suárez), se trataba de mantener dicho aparato como una garantía de orden “legal”: de una legalidad conquistada a sangre y fuego. Lo que se vino a llamar “la España nacional” subsistió con tanta influencia porque los pactos de la II Restauración aparecieron como una garantía frente ante una República en la que la (aunque trágicamente dividido) el movimiento obrero y popular consiguió una potencial «inaceptable» para la oligarquía y sus aliados en Europa (Churchil) y USA (Kissinger)…
Recordemos una vez más que la transición se hizo mediante una ruptura…pero con la República y para ello fue necesario doblegar el movimiento obrero.
Fue cuando la izquierda mayoritaria proclamó que ya habíamos llegado, que no existía otro lugar donde ir. Curiosamente, existen repúblicas en Portugal, Francia e Italia y no pasa nada. Sin embargo aquí se celebra a nuestro Hitler (Mussolini no fue tan mortífero aunque no fue por falta de escrúpulos) y hablar de República es tomado poco menos que como subversivo.
Estas cosas no se improvisan, responde a una estrategia de la tensión. Contribuyen a reforzar el espíritu de los «ganadores» que es lo que define a la base sol de la derecha, porque eso es lo que les importa, ganar. No sin más o menos correctos y honorables. La única forma de cambiarlos es hacer que paguen las consecuencia y eso hasta ahora…Hemos llegado semejante tesitura previa destrucción del movimiento obrero clásico (con la ayuda inapreciable de las élites de la antigua izquierda), por lo tanto el problema radica en saber hasta qué punto la existen de nueva clase trabajadora estudiaba permitirá una resiliencia acelerada de los movimientos o no. el camino abierto por el 15M y IU apuntan que si es posible. Y que por lo tanto no podrán barajar sus hipótesis sin tener en cuenta cómo va responder un pueblo que ahora sí sabe lo que tiene que perder…
De ahí la paradoja de que en los inicios de la transición hubo mucho más libertad que ahora, era la que había conquistado la gente y los propios trabajadores de la casa…Los debates de «La Clave» eran a veces a tumba abierta. En uno de los presentes, acusó a Martín Villa de ser un asesino. Lo tendrá usted que demostrar, respondió este. Eugenio le respondió: “He dicho que usted es un asesino no que es tonto…” Cierto que de mucha gente de izquierdas que pasó por aquel “plató” acabó olvidando principios a la hora de convertirse en un bien reenumerado alto cargo. Quizás la primera batalla que se perdió fue la de la prensa aunque los Pactos de la Moncloa traducía el programa secreto de Carrillo: gestionar la «paz social» a cambio de ciertas libertades, la mayor parte de ellas ya se vivían en las calles…
La herencia franquista sigue ahí. De otra manera no se justifica el 23-F ni el reinado de Juan Carlos I con todas sus secuelas. La más importante la de la polarización de las clases: los ricos más poderosos, los trabajadores cada vez más indefensos. La izquierda, ¿qué izquierda?