Casi tres años después del mayor desastre ambiental en el país, el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado de la compañía minera Buenavista del Cobre, de Grupo México, al río Sonora, el número de habitantes a los que se detectó desechos tóxicos, en sangre y orina, se incrementó de 360 a 381.
– Lázaro Eduardo Ávila, responsable de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (Uveas), informó que las 381 personas afectadas en su salud son atendidas y monitoreadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) mediante la realización de análisis de sangre y orina cada cuatro meses.
Explicó que se les brinda atención en una vivienda habilitada como clínica, en tanto se concluya la construcción de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora, sin embargo los trabajos permanecen detenidos.
Según un estudio a cargo del Grupo Microanálisis, laboratorio que realiza trabajos especiales para la Uveas, dependiente de la Cofepris, los pobladores de los municipios aledaños al río Sonora continúan consumiendo agua con altos niveles de plomo, arsénico y hierro.
Grupo México incumple promesa
Grupo México, de Germán Larrea, prometió instalar 27 plantas potabilizadoras, pero en abril pasado ordenó reducir a nueve las que se edificarían para abastecer a 25 mil habitantes de los ocho municipios ribereños afectados, pero a la fecha ninguna se ha entregado.
En entrevista con La Jornada, Ávila rechazó que los resultados de los análisis más recientes realizados por la Cofepris, que detectó residuos de plomo superior a la Norma Oficial Mexicana, se deba a la contaminación provocada por la mina de Grupo México ubicada en Cananea.
«Esos niveles son muy bajos para atribuírselos a la mina, podría ser que en ese municipio (Banámichi) la causa sea la toma de red municipal, tanto por un daño en la tubería o por que están muy antiguas», afirmó.
Dijo que la Cofepris, en conjunto con la Uveas, trabaja para identificar el origen del problema que afecta la salud de los habitantes de la región del río Sonora. Por ello, afirmó, cada cuatro meses se realizan análisis del agua de los pozos y de las tomas de agua en los hogares.
A la fecha, la Uveas ha brindado mil 250 consultas médicas familiares, 200 pediátricas, 300 dermatológicas y 250 de medicina interna; además, se han tomado mil muestras de orina y sangre para detectar la presencia de minerales.
Subrayó que de los 2 mil millones del Fideicomiso Río Sonora destinados por Grupo México para solventar la perforación de 18 pozos, la construcción de 37 plantas potabilizadoras, de tres represas, la clínica de Uveas y la limpieza de sedimentos, se ha gastado más de la mitad y ninguno de los compromisos se ha cumplido.
Los principales problemas de salud de los afectados por los tóxicos derramados por Buenavista del Cobre son dermatológicos, gastrointestinales, oftalmológicos y neurológicos en los municipios de Ures, Aconchi, Baviácora, Arizpe, Banámichi, Huépac y San Felipe.
Según los planes más recientes anunciados por directivos de Grupo México, habrá siete plantas potabilizadoras fijas y dos móviles. Las primeras se construirán en los municipios que determine la Comisión Nacional del Agua luego de un estudio para definir las necesidades de la población afectada con el derrame de tóxicos del 6 de agosto de 2014.
Texto y foto de Cristina Gómez Lima, Corresponsal, Periódico La Jornada
Hermosillo, Sonora
http://www.jornada.unam.mx/2017/07/02/estados/018n1est
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