DANIEL LABBÉ YÁÑEZ
La Voz de los Que Sobran. ABRIL 13, 2021
“Lo único que pido es justicia, que se sepa que a mi pareja lo están condenando a casi 15 años por este supuesto homicidio frustrado cuando no hay pruebas”, dice Tania Parada en esta crónica en donde profundizamos en un cuestionado proceso judicial que ha golpeado duramente la vida de una familia sanantonina. “Jordano siempre me dijo que era un montaje de la PDI”, sostiene Tania.
“A mí se me cayó el mundo. Cuando supe en la audiencia de formalización que Jordano quedaba preso a mí el mundo se me detuvo. Uno vive por vivir, porque tienes que seguir levantándote y seguir andando. A mí se me acabó la vida, yo he tratado de aliviar un poco, de sostener la cárcel, de mandarle su encomienda y lo importante era que a él no le faltara nada, esa ha sido mi primera prioridad”, dice en conversación con La voz de los que sobran Tania Parada (37), pareja de Jordano Santander.
Jordano Jesús Santander Riquelme, de 35 años, es el único preso del “estallido social” aún en prisión preventiva en la cárcel de esa ciudad, luego de que su compañero de unidad, Claudio Bravo, lograra tras un año y un mes de encierro el cambio de medida cautelar por la de arresto domiciliario.
El pasado 8 de abril Jordano fue condenado como autor del supuesto delito de homicidio frustrado en contra de un integrante de la Policía de Investigaciones (PDI) al que habría tratado de atropellar, según el único relato de los propios funcionarios que participaron del cinematográfico operativo en el que se detuvo a los cuatro sanantoninos. Este martes 13 de abril se conoce la sentencia en la que Santander está arriesgando pasar al menos 15 años de su vida tras las rejas.
“Me partieron el alma en mil pedazos. Nunca esperé que Jordano fuera condenado por homicidio frustrado. Nunca, jamás lo imaginé. Siempre tuve la fe y la certeza de que el juicio se ganaba. Siempre que hablé con abogados me dijeron que era el delito que menos se sustentaba, y que para comprobar su inocencia teníamos que irnos a un juicio oral”, narra Tania respecto a lo que experimentó tras conocer la dura condena contra su pareja.
La vida antes del 3 de marzo
Cuando Jordano Santander fue arrestado el 3 de marzo de 2020 estaba con licencia médica por un problema en su espalda. Trabajaba como chofer y repartidor en una distribuidora de gas ubicada en el sector de Alto Mirador en San Antonio, VEROGAS. Su puesto sigue esperando por él. “Hasta el día de hoy la señora Vero no ha sido capaz de echarlo porque siempre me ha dicho que ella va a esperar a Jordano porque el Jordano es un hombre intachable, de los mejores trabajadores que ha tenido”, destaca Tania.
“De las cosas que yo más admiro de Jordano es que es un hombre muy trabajador. Cuando yo quedé embarazada, trabajó en la Pullman durante 5 años, era auxiliar. Llegaba a su casa a las 11 de la noche y se levantaba todos los días a las 4 o 5 de la mañana”, recuerda Tania. Tras el nacimiento de su hijo Tomás, hoy de 12 años, su compañero era el encargado de cuidarlo y llevarlo al colegio mientras ella trabajaba en el Persa de San Antonio. A veces iban ambos, otras él solo.
Tania, Jordano y Tomás viven en la Villa Las Loicas, en el sector de Bellavista. Villa Las Loicas es una toma. “El Jordano con sus esfuerzos construyó una casa y la paró, la levantó. Hubo muchas cosas que le faltaron terminar porque cayó detenido, pero durante todo el año que estuvo con licencia él se dedicó a construirla”, resalta con emoción su compañera.
La detención y la acusación de tortura
“¿En qué condiciones está?”, preguntó ese 3 de marzo Tania cuando pasadas las 6 de la tarde llegó al cuartel de la Policía de Investigaciones tras ser informada en un llamado de la misma institución de que Santander estaba detenido. “Está súper bien, se le ha entregado alimento, abrigos”, recuerda que le respondió uno de los funcionarios. “Claramente ellos taparon, no me iban a decir, pero ahí los chiquillos ya habían sido golpeados”, apunta Parada.
Tania se refiere a las torturas que aseguran haber recibido Claudio Bravo (29), Jorge Hernández (28), Patricio Alvarado (25) y Jordano por parte de miembros de la PDI aquella jornada, tras ser acusados de haber supuestamente atacado los edificios de esa policía y el de la Fiscalía, y de haber intentado atropellar a uno de los funcionarios durante el arresto. “Yo me enteré que los chiquillos fueron golpeados cuando pasaron a la audiencia de formalización. Jordano iba con una cara muy deforme, estaban bastante malheridos, yo supuse algo, y el día 5 con los familiares le pedimos permiso al alcaide si nos podía dejar verlos y nos dio la autorización para entrar, y ahí yo vi al Jordano con un ojo moreteado, le pregunté qué le había pasado y me dijo que le habían pegado”, relata.
Tras la visita, al salir de la cárcel Tania pudo hablar con activistas de Derechos Humanos. “La abogada Belén Bravo me dijo que los chiquillos fueron brutalmente torturados. Me dijo que estaba bastante choqueada por la magnitud en la que estaban los chiquillos. Yo pregunté cómo había sido, y no me quisieron decir”, señala la pareja de Jordano, dando cuenta de lo delicado que habría sido para quienes conversaron con ellos, el relato que entregaron sobre lo ocurrido.
Respecto de esta acusación ya hay dos querellas presentadas, las cuales fueron admitidas por la Justicia y hoy se encuentran en proceso de investigación.
El “despertar” de Jordano
Patricio Alvarado y Jordano Santander se conocieron hace años participando en las tradicionales murgas de San Antonio en representación del llamado “Barrio Chino”, donde Tania y su pareja vivieron antes de irse a la Villa Las Loicas. Patricio ayudaba en la confección de la indumentaria, Jordano tocaba el bombo.
A Jorge Hernández y Claudio Bravo, Jordano los conoció durante las movilizaciones del “estallido social”, haciéndose muy cercanos, principalmente de Bravo. Empapados del espíritu del proceso de transformación que por entonces experimentaba Chile, juntos comenzaron a realizar actividades sociales, como la limpieza de la playa y una once comunitaria, entre otras acciones solidarias.
“Jordano tuvo un despertar social. Antes del ‘estallido’ veía que todo le costaba mucho, que se gastaba casi toda la plata en pagar el arriendo, pero no tenía relación con el ámbito político, ni siquiera militaba en algún partido; entonces el proceso del ‘estallido’ fue un despertar para él, de lucha, de ver que no le alcanzaba la plata para sobrellevar una familia y que la única manera que tenía para poder sacar adelante a su hijo era salir a manifestarse como toda la gente, estaba cansado de vivir como estaba viviendo”, explica Parada.
También la enfermedad que padece Tania, una fibrosis quística, trastorno potencialmente mortal que daña los pulmones y el sistema digestivo, fue otro de los impulsos que llevaron a Santander a manifestarse. “El Jordano muchas veces me decía que él salía a la calle por eso, para tener una mejor salud, para que yo no me esté pasando toda una noche o toda una tarde en el hospital y que me puedan atender”, destaca su pareja.
“Jordano siempre me dijo que el homicidio frustrado era mentira, que era un montaje de la PDI“
“Jordano me explicó que todo de lo que lo estaban culpando era mentira. Siempre, siempre me dijo que el homicidio frustrado era mentira; siempre me dijo que era un montaje que la PDI estaba haciendo”, enfatiza Parada. En ese sentido, agrega que por eso mismo a su pareja le costaba mucho entender por qué los jueces le negaban tantas veces un cambio de medida cautelar y “por qué lo estaban culpando de un homicidio frustrado cuando él no había hecho nada, por qué la Justicia estaba actuando así con él”.
Absolutamente convencida de que se trataba de una acusación falsa, la pareja de Santander recuerda que lo que más le pidió a la abogada María Rivera de Defensa Popular, que asumió la causa de Jordano, fue que lograran demostrar en el juicio que la acusación de homicidio frustrado era una mentira. “¡Y lo hicieron!”, enfatiza.
“Los ratis se cayeron en todas las declaraciones; ni siquiera fueron capaces de decir en qué concordaban. Los chiquillos asumieron, dijeron la verdad; a mí me daba lo mismo que no salieran absueltos, pero sí que se supiera la verdad, que se hiciera justicia, pero una de verdad, no de mentira”, añade Tania respecto al juicio llevado a cabo la semana pasada en donde Jordano recibió la condena más dura.
Consultada sobre si considera que lo que se ha resuelto en el caso de los presos políticos de San Antonio es entonces una condena política, Parada responde afirmativamente, porque sino -dice- “no hay otra explicación”. “No puede ser que los jueces, los magistrados, se queden con puras declaraciones”, agrega al respecto.
En ese sentido, advierte que “se comprobó que el funcionario Hugo Gutiérrez Herrera -quien supuestamente habría sufrido el intento de atropello por parte de Santander- no tenía daños”. Junto con ello, destaca que la Policía de Investigaciones exhibió como prueba un auto azul “todo chocado” supuestamente por su pareja, sin embargo, explica que “el auto de mi compañero no tenía nada, ni siquiera un choque, ni siquiera una raya azul, nada, se comprobó que no está chocado. Los tres magistrados avalaron esta mentira”.
“No se pudo acreditar bajo ningún punto de vista el delito de homicidio frustrado”
Al respecto, la abogada María Rivera fue categórica al señalar tras la condena a Jordano Santander que “estamos convencidos de que no se pudo acreditar bajo ningún punto de vista el delito de homicidio frustrado”.
Junto con todo lo que implica un proceso judicial de esta envergadura, Tania Parada ha debido enfrentar quizás una de las situaciones más complejas en que se traduce una acusación de la envergadura de este caso cuando se es madre: explicarle a su hijo de 12 años por qué su papá ya no está en la casa.
“Yo le dije que su papá participaba de las manifestaciones, le expliqué el contexto del ‘estallido’, por qué pasó, que no eran 30 pesos, sino que 30 años, que no teníamos salud, educación, vivienda, que la gente tampoco podían amar a las personas que ellos quieren, y que su papá había tenido un despertar y que salió a luchar por un bien para Chile, un bien común, alzó la voz, las manos, y que producto de eso cayó detenido, pero que tenía que entender que su papá no era un terrorista, un delincuente, sino que solo alzó la voz y que lo castigaron por eso”, narra la compañera de Jordano.
“Jordano es un preso político, por eso está detenido, no porque haya querido matar a alguien, sino que porque necesitan culpables para este proceso y para el Gobierno ellos son los culpables”, sostiene Tania Parada. Y concluye: “Yo lo único que pido es justicia, que se sepa que a mi pareja lo están condenando a casi 15 años por este supuesto homicidio frustrado cuando no hay pruebas”.