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LOS DILEMAS TÁCTICOS DE LA CONFLUENCIA….

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LOS DILEMAS TÁCTICOS DE LA CONFLUENCIA ANTIFASCISTA ANTIIMPERIALISTA DE LOS PUEBLOS DE CHILE

por Gregorio Mondaca C; Movimiento del Socialismo Allendista.
Julio de 2021 (a 40 de pasar a ser militante)
Puente Alto, territorio en lucha

Esta reflexión es personal y apunta hacia una exploración colectiva con la intención de comprender y explicar un posible curso de acción hacia el desarrollo de una movilización política popular (antineoliberal, antifascista, anti oligárquico) emancipadora, desde el contexto de la crisis del 2019-2021 y de las alternativas tácticas que se abren en el nuevo periodo de reanimación de la lucha de masas a partir de su derrota electoral en primarias en el 2021.

Una inmensa esperanza recorrió las tierras de chile por instantes: la esperanza puesta en Chile Digno -en cuanto concepto- y su precandidato y vocero Daniel Jadue. Allí donde hay esperanza, como en la caja de Pandora, también hay miedo, miedo a algo mucho peor que perder las elecciones: miedo a ganar el combate electoral y perder la batalla políticas de masas.

Lo estamos viviendo ahora mismo en el curso de la actual coyuntura 2021, cuando a pesar de todo y gracias al alzamiento de octubre 2019 y la rebelión popular en desarrollo desde agosto del 2003, el proceso de cambio,
destituyente/constituyente sigue abierto, y eso es lo que importa para acumular fuerza propia. Ahora ya no se puede simular más; ahora los militantes estamos obligados a reconocer que los votos, los diputados, cores, concejales, y alcaldes no valen casi nada por sí mismos para confrontar el poder desnudo de la oligarquía. En Recoleta, fue la primera “comuna” donde se comprende.

Reconocer esto resulta extremadamente difícil para esa mayoría social excluida cuyas conductas reposan en percepciones y emociones modeladas y en una creencia espontánea o irreflexiva en “la política es cochina”, “la democracia no me da de comer”, “todos los politicos son iguales” entendida en sentido puramente electoral y en una subjetividad cómoda, por no decir negligente, de espera puramente pasiva, como si fuera posible salir de la deprivación y precarización en que estamos sumergidos con simplemente votar.

Esta dificultad para reconocer que no basta con votar se ve agravada por el hecho de que “los partidos de la izquierda”, practican una política puramente electoral.
Esta política aborda sólo una de las dos tareas esenciales: se empeña en ganar las elecciones, y se desentiende de la otra, igualmente necesaria: hacer todo lo posible para transformar la esperanza pasiva del votante en una esperanza activa e incluso militante, de ahí el peligro JADUE y de Chile Digno….

Los liderazgos “ciudadanos” saben que una victoria electoral en modo alguno equivale a una victoria política; lo saben e incluso algunos lo dicen, y lo que dicen se ve negado por lo que hacen, por su política cretinamente electoral: VOTE POR BORIC y arrepiéntase después!!.

En vista de que hay riesgo de que una hipotética victoria electoral BORIC resulte en una derrota política –una derrota que sería devastadora que no sólo trancaría la ocasión para el cambio, sino que extinguiría la esperanza durante muchos años– dado que todavía hay tiempo para actuar; 2021 a 2023, en esta REFLEXIÓN me atrevo a proporcionar algunas claves que permiten valorar el poder para cambiar las cosas de verdad que solo una alternativa política popular emancipadora puede reunir y movilizar políticamente en el combate de masas, pues tenemos consciencia que: salvo el poder todo es una ilusión.

POLÍTICA ELECTORALISTA y POLÍTICA POPULAR EMANCIPADORA
Chile Digno, como es sabido, surgió de un acuerdo político casi al margen del levantamiento y el espontaneo estallido social, toda esa multiplicidad de luchas y energías diversas cuyo nombre es “estallido social”, una denominación que es
ante todo una declaración que explicito un modelo derrumbado, una sociedad rota, y una política inútil, parafraseando al weberiano Alberto Mayol.

Si bien el movimiento de masas confluyente carecía (y aún orgánicamente carece) de una construcción política positiva, desde el inicio de los tiempo fue un NO +, con todo la declaración en su carácter incondicional (ni mensaje ni medio) abrió una grieta en la sociedad y con ella nuevas posibilidades e incluso una nueva temporalidad – una temporalidad frágil, ávida de duración. Al hacer esto el 18 de Octubre a marzo 2020 se constituyó como posible punto de partida de la política populista (teorizada por Ernesto Laclau en La razón populista – un libro que es probablemente la referencia teórica más importante de los sectores más honestos del Frente Amplio), si bien el rumbo electoral

aparentemente imparable de éste parece ajustarse más a las trivialidades sobre enmascaramiento, simulación y comunicación, es decir, sobre empaquetar y vender mensajes con un buen vendedor de tumbas del parque del recuerdo.

Sobre ese punto de partida se erigió el aparato de comunicación para la política electoral que constituye el rasgo verdaderamente distintivo del FA al día de hoy.

He dejar claro, antes de continuar, que no defiendo ninguna posición maximalista, ni en realidad tampoco minimalista, las dos posiciones que, bajo los nombres de “práctica gradualista”, anuncian que la política electoral equivale a su política; la correlacion de votos en las primarias entre Boric y Bea Sanchez lo demostro.

Lo que Laclau pasa por alto es que, como praxis política, una lógica política popular emancipadora puede concebirse como una dialéctica entre la voluntad revolucionaria y la voluntad reformadora. Porque a decir verdad la política popular emancipadora es revolucionaria, tanto por definición como por convicción, y reformadora por táctica y por necesidad. La condición fundamental de una política popular emancipadora es una fuerte subjetivación, esto es, un compromiso con la afirmación ética de la triada fraternidad-justicia y libertad como principio (axiomático) de toda acción de CLASE.

Precisamente aquello de lo que carece, la concepción populista de Laclau y, por lo que parece, la política que realizan los dirigentes del Frente Amplio.

Por tanto debe quedar claro por lo que acabo de escribir que en modo alguno sostengo que el problema para el movimiento popular sea la política electoral en cuanto tal, sino el hecho de que se haya convertido en una finalidad en sí misma, en lugar de concebirla y usarla como un instrumento táctico subordinado a la política popular emancipadora.
A falta de esto, sin esta condición, nos vemos obligados a declarar sin la menor vacilación, con todos los que lo precedieron en esta declaración desde que Marx escribió en el 18 Brumario de Luis Bonaparte duras palabras para aquellos que se ilusionan con el juego parlamentario/electoral: «Hay que estar verdaderamente muy afectado
por esta enfermedad tan particular que desde 1848 golpea a todo el continente, es decir, el cretinismo parlamentario, que relega en un mundo imaginario a aquellos que la sufren y les quita toda inteligencia, todo recuerdo, toda comprensión del rudo mundo exterior».

Entiéndase por cretinismo la falta de yodo en la dieta (Cretinismo: forma de retraso intelectual
en los enfermos de bocio, particularmente frecuente en países montañosos.-Vocabulario de psicología, Henri Piéron, PUF, Francia, 1951-), y que hace casi 10 años aún con mayor agudeza contextual el compatriota Manuel Riesco caracterizaría en un genial debate en que interpela las expresiones, dichas por el presidente del Senado Camilo Escalona (P$) en La Tercera el 1 de septiembre 2012, y que despertaron la siguiente reflexión de Manuel Riesco: (Publicada como una carta abierta en su blog): “Ascanio Cavallo, analista político que no acostumbra hacer apreciaciones tremebundas y a veces parece más bien un poco anclado en las claves políticas de la “transición”, afirma en la misma edición de La Tercera en que aparece tu entrevista referida: “el descrédito de las instituciones, los partidos y los dirigentes políticos se acerca a los bordes de una crisis de legitimidad”. “Pilar Vergara, periodista de El Mercurio, en un reportaje del 2 de septiembre pasado, tras entrevistar a Longueira y a von Mühlenbrock, “CEO” en Chile de la empresa brasileña Gerdau Aza, escribe: “Confianzas en cortocircuito. La conclusión a la que uno llega luego de escuchar a estos dos protagonistas del problema es que el gran cambio social que vivimos y se siente, en realidad es un rebalaje del poder”. “Bernardo Larraín, Presidente de Colbún y vocero del Grupo Matte, que acaba de suspender el proyecto HidroAysén precisamente por este motivo, ha afirmado en El Mercurio del 13 de septiembre recién pasado: “Para que el resultado sea el legítimo, es necesario que la institucionalidad tenga legitimidad. Sin embargo, esto no está ocurriendo. No se están dando equilibrios entre las empresas y la ciudadanía”, Cabe subrayar que dicha falta
de legitimidad ha paralizado los dos proyectos hidroeléctricos que en conjunto cubren la mitad de la demanda de las
décadas venideras. Eike Batista, inversionista brasileño que impulsa el segundo de los mismos, declaró a El Mercurio del 31 de agosto: “Se está volviendo imposible invertir en Chile”. “Ciertamente, quien mejor lo ha expresado es el célebre editorial del diario británico Financial Times, del 24 de agosto del 2011: Diseñadas para salvaguardar el modelo económico y social heredado de Pinochet, su fosilización ha ahuecado las instituciones estatales de toda representatividad”. “Es decir, es una situación que no da para más. Resulta imperioso encontrar una salida. Sin embargo, al revés de lo que afirmas en tu entrevista, la actual institucionalidad no permite hacerlo (…) el peor error en estas situaciones, consiste en quedarse atrás del movimiento en alza; sencillamente, ello significa que este último nos pasaría por encima”. Entonces, Manuel Riesco hace hincapié en que como dijo Lenin —quién precisamente descubrió estos grandes ciclos de actividad política de las masas, como bien aprendimos en las escuelas de cuadros a las que asistimos en nuestra juventud— denominó “cretinismo parlamentario” aludiendo a los políticos que pretenden seguir actuando en los momentos de auge igual como lo hacían en los largos y exasperantes períodos de calma chicha, durante los cuales la política se ve reducida a la manida “medida de lo posible” de los consensos en los corredores parlamentarios”. Y concluye: “Si el gobierno de Bachelet no se propone actuar de este modo, corre el riesgo que le pase lo mismo que al gobierno de Kerensky en el ejemplo clásico: ser sobrepasada absolutamente por los acontecimientos. Éstos, por otra parte, seguirían un curso impredecible al no tener adelante una fuerza política experimentada, capaz de conducirlo. Su segundo gobierno sería un desastre.

Sencillamente no podría gobernar y podría terminar muy mal,..: en la impotencia total. ¡Una suerte de madrugada del 27 de febrero extendida a los cuatro años de gobierno! Estoy seguro que eso sería lo último que desearías para ella y para el país. Por este motivo, te sugiero consideres revisar tu posición respecto de la justa consigna de la Asamblea
Constituyente”…”.

Esta polémica es ociosa en Julio 2021, puesto que aparece a todas luces necesario que los que están interesados en el cambio deben echar mano a todas las posibilidades que entrega la institucionalidad vigente, incluso si ésta es espuria, excluyente y antidemocrática como en el caso de Chile. No se trata entonces de criticar el legítimo derecho de aquellos que quieren terminar con la pseudodemocracia imperante utilizando todos los medios y escenario legales a su
alcance, sino más bien de poner de relieve que la búsqueda desesperada de representación parlamentaria mediática y política -en un parlamento e institucionalidad corrupta y que es una mutación de las instituciones impuestas por Pinochet en 1980- choca con un hecho mayor admitido por “las y los CIUDADANOS del apruebo y el rechazo”: la esencia de la constitución de 1980 y la posterior reforma de Lagos, están destinadas a perpetuar la existencia de un
orden que garantiza la reproducción del modelo neoliberal y que genera asimismo los mecanismos legales necesarios para auto protegerla de toda reforma substancial, como lo es el acuerdo del 15 de Noviembre de 2019.

La reflexión existencialista seria en palabras de Sartre “Las Elecciones, una trampa para imbéciles”, pues efectivamente votar, como acto individual que tiene lugar en aislamiento y después de haber estado expuesto como espectador al patético circo mediático-electoral, que no sólo separa, sino que crea la ilusión – y la política electoral consiste esencialmente en fomentar esta ilusión – de que uno hace realmente algo para solucionar los problemas de la vida colectiva; por si fuera poco, favorece la desmovilización y contradice la subjetividad de todo movimiento popular, constituida en años de ardiente paciencia.

Nuestra reflexión realizada hace ya varios meses, pone de relieve, en primer lugar re-afirmar la vigencia de la reflexión de Miguel Enríquez respecto a que “las elecciones nunca resuelven por si mismas los problemas de las clases, sólo los
plantean” (junio de 1973), más aún en el contexto actual, relatado en el poema VAMOS, SOLO LUCHANDO AVANZAMOS (www.youtube.com/watch?v=LsCJzSETo7g), que perfectamente relata los hechos.

Nuestra lucha ancestral y popular es por una sociedad fraterna, libre y justa, en la cual estemos en reales condiciones de pensar, trabajar, crear, sin humillaciones, sobresaltos, angustias y mediatizaciones de toda especie que nos hacen en el presente sobrevivir en el malestar y el dolor, restaurando los equilibrios entre la naturaleza y la vida social.

Trabajamos precisamente para lograr una sociedad fraterna, libre y justa y no consideramos que la dedicación a la cultura y al Trabajo pueda tener ninguna otra razón de ser que la de colocar al ser humano, mujer u hombre, al ser humano vivo, tangible y sufriente, en el centro de todas las preocupaciones de la realidad, de la vida social para vivir bien. A las otras clases sociales no les debemos nada ni les estamos obligados con nada.

A los miembros de la oligarquía que subyugan a las mayorías en las tierras de Chile, a los 5000 infelices y forrados, a los satisfechos FARSANTES viejos y nuevos, a la clase dominante surgida de la “TRANSICIÓN/transacción”, no
tenemos ninguna otra cosa que plantearles sino la obligación que tienen de pagar y pagar cada vez más, en dinero y especies, por lo pronto, en tanto que llega la hora en que paguen con su superación histórica del horizonte humano; nosotros cobramos el IMPUESTO A LOS SUPER RICOS; pan, salud, trabajo, tierra, agua, educación, techo, pensiones: DIGNIDAD.

Que nadie pretenda llamarse a engaño individual o colectivo: Nosotros, luego de 30 años, desde el pacto entre el Pinochet y la Concertación, que negó la restauración de derechos, de plena democracia y de soberanía de los Pueblos:
ahora cobramos, pues. Las trancas están corridas, el alambrado de los cercos ..suelto, los perros.. ladran, los mozos ..ebrios y cada día más cleptómanos, psicópatas y delirantes. El pasto está seco, corre viento, hay enjundia y en las
familias mucho comentario…y…dolor… (y ahora COVID19) “Se había acumulado mucho daño, mucha pobreza, muchas injusticias; ya no podían más y las palabras tuvieron que pedir lo que debían”.

Durante 30 años no trabajamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos y sin contenido humano, raizal y popular, al margen de la vida y la historia. Nuestra tarea como aprendices para llegar a ser maestros es la del conocimiento militante que delibera, refuta y transforma, rebina y revoluciona la realidad social y económica, política, cultural en Chile y nuestra América.

Nuestro destino es la UNIDAD de la PATRIA GRANDE, y no la pequeñez de la parcela, de subsistencia en tierras degradas, en la convivencia mezquina y sin el agua viva que revitalice las comunidades. Infelices OLIGARCAS, NOSOTROS NO engañamos a nadie, menos a los súper ricos y sus sirvientes.

Somos una revolución…repito, SOMOS UNA REVOLUCIÓN que está en marcha bandera de minimos comunes enarbolada entre y con la mayoría social, con la cual tenemos el desafío de lograr la confluencia en donde acumulemos fuerza teórico (programática) y social, que materialice un programa de acción común desde abajo y desde adentro, popular y emancipador, materializando una línea de frente único que guie en la acción la lucha irregular y prolongada de masas para sumar PUEBLO SOBERANO y no ser sumados por la Oligarquía; potencialmente es el programa de Chile Digno y la vocería de Daniel Jadue.

Hoy Julio 2021 se han hecho patentes los nefastos resultados de las mutaciones políticas, sociales, culturales y económicas que azotan a las mayorías sociales excluidas populares y plurinacionales de las tierras de chile desde que las cúpulas de la AD y el P$ pactaran con la dictadura desde fines de los años 80 (estamos a Julio del 2021).

El movimiento popular ha empujado cercos facilitando el cuestionamiento por los distintos actores sociales, posibilitando así la aparición de al menos dos alternativas: Unas que buscan formas de adaptar y corregir el modelo de
imperante, y otras que nos empeñamos en la transformación de las instituciones y el sistema de dominación.

Como Movimiento del Socialismo Allendista, es desde esta trinchera móvil donde nos posicionamos, trabajamos en consecuencia para crear y configurar una política popular emancipadora y linea de masas, en la que seamos los propios sujetos de la acción cultural y política de masas quienes empecemos a pensar y ejecutar el significado que le queremos otorgar. Por ello, en este documento para la reflexión colectiva, presentamos una incipiente propuesta contra-hegemónica, la cual hemos denominado: política popular emancipadora.

En el Chile actual, los espacios públicos carecen de sentido para los sujetos, puesto que no consideran en su organización administrativa, financiera, epidemiológica y curricular las necesidades que afectan a las diferentes
comunidades de las mayorías en el territorio, tales como la cesantía y precarización y explotación de las actividades laborales, la violencia de género, discriminación sexual, machismo, autoritarismo y restricción de espacios para la
toma de decisiones, los problemas y vulneraciones de derechos, entre otros.

Es por esto, que proponemos la idea de configurar una política-masas emancipatoria que responda a las necesidades de los actores/sujetos sociales y en la que éstos sean protagonistas de su proceso no desde la espontaneidad de la lucha de masas, de carácter defensivo, sino desde su acción y reflexión constituyente como Pueblo Soberano, porque es algo que nuestro contexto social, político, económico y cultural nos reclama con urgencia, dada la marcha de los
acontecimientos desde octubre del 2019.

Los argumentos de una política popular emancipatoria, que crecen germinalmente en la experiencia de múltiples y diferentes comunidades asociadas a la acción cultural, la educación y a las pedagogías contra-hegemónicas en el campo popular y sindical de base clasista, se sostienen en dos principios: El primero de ellos, es dotar de sentido la acción reivindicativa, la acción cultural, la educación y a las pedagogías contra-hegemónicas para las comunidades, en
función de las necesidades de éstas, lo que implica que los actores reconozcan su identidad y cultura raizal, matriz fundamental que les permitirá situarse como sujetos sociales. De este modo se posibilita la articulación de los conflictos, dolores y problemas de la comunidad con el espacio/territorio comunidades, lo que provoca/moviliza que las masas se constituyan en sujetos que despiertan y se reconozcan en él, haciéndolo un espacio propio e inclusivo, evitando su exclusión de la vida civil o lo que denominan “marginalidad”.

El segundo principio apunta a los objetivos de esta política popular emancipadora de masas: que los sujetos sociales sean el motor de las transformaciones que permitan construir una sociedad fraterna, justa e igualitaria. En síntesis, la política debe articular inclusión y transformación.

Tratamos entonces de una acción de dos conjuntos de fenómenos. Por un lado estudiamos las causas específicas de la crisis y su actual resolución. Para ello presentamos de modo sistemático los componentes que determinan el fondo estructural y el campo de combate concreto. Por otra, exponemos la trayectoria estratégica y las alternativas futuras de la izquierda chilena en la actual etapa histórica y en la marcha de los acontecimientos en el actual periodo de la lucha
de clase que transitamos.

El conflicto social en el contexto de la crisis de legitimidad en desarrollo y la disputa por la hegemonía del proceso destituyente/constituyente en curso es intensa, configurando condiciones objetivas para que el Pueblo entre en combate.

Las experiencias impulsadas en algunas comunas, como Recoleta y Valparaíso, han evidenciado en la conciencia de amplias masas el rol del poder comunal. Ya hace 100 años, Luis Emilio Recabarren, sentó bases en la relación que existe
entre lucha de clases y lucha comunal, en una perspectiva de disputa por el poder del Estado desde las mancomunales.

La lucha social reivindicativa territorial de masas sostenida, la manifestación cultural contraria al lucro, al abuso, a la impunidad, la protesta social desde las necesidades sentidas ha dado frutos importantes y ha generado condiciones para una ruptura que imprime a la disputa de la iniciativa política un carácter emancipador por parte de las comunidades y pueblos de Chile.

El resultado del plebiscito del 25 de octubre 2020, y la serie de combates electotrales posteriores, incluidas las primarias que perdimos junto nuestro compatriota Daniel Jadue, se reafirma y consolida las expectativas de un sujeto popular por un cambio en la sociedad chilena, reflejan un salto en conciencia social de las mayorias, y que cuantificamos en no más de 700 votantes mapuche y chilenos que optaron por Daniel Jadue y el programa de Chile Digno en primarias; el desafío es transitar de la voluntad votante a la conducta militante.

A parejas fue instalada la convención constitucional, de la cual emanara una nueva constitución, desde la propia institucionalidad en crisis, y que como ya se evidencia será el resultado de las disputas entre el pueblo, y la clase dominante, y su bloque social y cultural cuya deflagración los fascistiza aún más. Vivimos tiempos en que la acción política popular, pasa por la lucha ideológica – de masas, es imperativo mejorar nuestra comunicación política y pedagogía política de masas; elevar la calidad de los recursos logísticos y medios en todos los niveles; incrementar nuestra acción cultural, y despliegue en redes sociales y en los sistemas telemáticos con contenidos que modelen percepción y emociones desde el dolor imperante transitando hacia la resistencia con el sujeto interlocutor.
Necesitamos avanzar hacia un sistema de medios que considere las tecnologías y sus potencialidades en manos del sujeto popular. Del mismo modo, elevar la capacidad de la militancia en el variado y amplio campo de la agitación y
propaganda del siglo XXI. Cuya base esta en la capacidad debatir, argumentar y persuadir; generar nuevos campos culturales, contenidos que estan en los niveles de conciencia real y conciencia posible de las masas, tales son acciones culturales de primer orden en el trabajo político entre las masas.

El neoliberalismo, en cuanto ideología, tiene un gran poder en el sistema de medios hegemónico, y también los restauradores del capitalismo, en nuestro país, se mueven con inmensos recursos económicos, ideológicos y comunicacionales

Surge con fuerza el poder contra hegemónico del sujeto popular en las redes sociales; en los territorios; en las protestas; desde los sindicatos, en fin, hay condiciones para transitar y avanzar en el periodo de reanimación de la lucha de masas que hemos abierto, pasando de la resistencia pasiva a la resistencia activa en curso de la actual etapa histórica de la lucha irregular y prolongada de masas en nuestra América.

Estos imperativos en el trabajo político entre las masas, en el marco del sujeto popular en desarrollo, y fuerza principal de la correlación de fuerzas reales en lucha, nos deben llevar desde el desarrollo de la lucha social-territorial de masas.
Es necesario en nuestro quehacer contar con la pluralidad social que se expresa en los territorios, poblaciones y comunidades que están organizadas a nivel comunal y que realizan actividades y formas de participación con organizaciones existentes, así como las organizaciones que han surgido en medio de la crisis.

Todas aquellas tienen una incidencia y poder de decisión que hoy está en disputa, por lo cual es necesario fortalecer el trabajo político entre las masas en lo orgánico y el trabajo de autodefensa de masas en las comunas.

Aquí, el método y la política se identifica con el proyecto social emancipador de las mayorías sociales populares y plurinacionales.

Contribuyendo a la investigación acción militante desde nuestro interés personal y nuestra praxis social y política en el movimiento político de resistencia,

Movimiento del Socialismo Allendista. IA que es continente de las epistemologías del sur, un sur epistémico y no geográfico que se empeña en validar procesos de conocimiento nacidos en la lucha en contra del capitalismo y el patriarcado, los cuales muchas veces no son conocimientos “científicos”, sino que saber popular.

En el campo de las ciencias humanas estamos en la disputa que da cuenta de que hay otros saberes también en la sociedad de clases realmente existente.

No empeñamos desde abajo y desde adentro en un proceso para contribuir a empoderar y validar, los saberes de los movimientos populares en rebeldía, es la insurgencia del saber.

Por eso son importantes estas viejas/nuevas formas de lucha. La izquierda, sus cúpulas dejaron de dialogar con estos grupos sociales de derechos, dejaron de hablar con las comunidades de las periferias de las ciudades; quienes hablan con las poblaciones, en el lenguaje de las poblaciones de las periferias, son, por ejemplo, los una franja de predicadores evangélicos, neoconservadores.

Es la estrategia imperial desde 1969 la de ofrecer una respuesta religiosa conservadora en contra de lo que era entonces la teología de la liberación, católica, que tenía monjas y curas que estaban viviendo realmente entre los pueblos, y trabajando en las fábricas y las calles.

Las cúpulas de izquierdas se acomodaron en la lucha institucional, dejaron de saber estar, hacer y ser Pueblo, en la faena, en la población, en la calle cuando hoy en día no estamos en condiciones aun de la ruptura hacia el cambio, debido a la correlación de clases y de fuerzas reales en lucha de los últimos cuarenta años, además de no confiar en las instituciones; no estamos en condiciones abandonarlas, aunque el bloque oligárquico neoliberal nos excluya, como tantos años en chile, tampoco, pues se ha demostrado que si las usamos bien son palancas para la movilización política revolucionaria de masas.

Tenemos que luchar con un pie dentro de las instituciones y otro pie fuera de ellas, en las faenas, las fabricas y talleres calle, en las plazas, en las protestas, paros, y huelgas.

Esto sin duda alguna da esperanza en el curso de condiciones objetivas transitando y avanzar en el periodo de reanimación de la lucha de masas que hemos abierto, pasando de la resistencia pasiva a la resistencia activa en curso
de la actual etapa histórica de la lucha irregular y prolongada de masas en nuestra América.

Cuya contradiccion principal esta en la Continuidad de la Dominación del bloque oligarquico neoliberal o la ruptura hacia el cambio emancipador popular y plurinacional hacia los derechos, la plena democracia y soberania de los Pueblos.

¡ El LUCRO es Ley, la rebelión es JUSTICIA !;
¡ El ABUSO es Ley, la rebelión es JUSTICIA !;
¡ La IMPUNIDAD es Ley, la rebelión es JUSTICIA !

Gregorio Mondaca C
MOVIMIENTO DEL SOCIALISMO ALLENDISTA

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