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Las luchas populares en el siglo XX en América Latina

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2016CADESYC   

Julio A. Louis

El tema encomendado “las luchas populares en el siglo XX en América Latina” exige tres precisiones:

(1) ¿Qué se entiende por siglo XX? En sentido cronológico abarca desde 1901 a 2000 incluido. Sin embargo, la Historia (con mayúscula) ciencia de construcción humana, opta por definir el siglo por acontecimientos significativos, y no por la cronología. Y los historiadores de la época contemporánea asignan a 1914 (inicio de la Primera Guerra Mundial) (PGM) el valor de línea de separación de los siglos XIX y XX. Tal conflicto transforma la economía, la sociedad, los regímenes políticos, impulsa nuevas ideologías y costumbres y forja un período nuevo. A su vez, la desintegración de la URSS (1991) provoca efectos similares, por lo que se conceptúa al siglo XX como el lapso comprendido entre 1914 y 1991. Así procederé para estudiar las luchas populares en América Latina (AL).

(2) La denominación de AL es de origen francés, funcional a su intento imperial en México en el siglo XIX, tanto como a su presencia en el continente en la Guayana y varias islas del Caribe. Cierto es que con una idea de integración lo habían propuesto intelectuales como Francisco Bilbao (1823-1864, chileno). Brasil opta por el concepto América del Sur –su región de predominio- mientras Argentina, por recelo ante Brasil, opta por AL.

  3) Entre los innumerables acontecimientos diarios, individuales o colectivos en diversas países y regiones, el enfoque ideológico del historiador condiciona la elección. En una exposición breve, es imposible referirse a todas las luchas, por lo cual escojo solo a algunas.  

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Períodos. Para facilitar la comprensión, divido este “siglo corto” en dos períodos: a) el de inter-guerras (1914-1945), prolongado hasta la Revolución Cubana (1959), b) desde ésta hasta la caída de la URSS. Apenas bosquejaré el período 1991-2016.

  1. Antecedentes a la Primera Guerra Mundial

   Por las décadas del 60 y del 70, el colonialismo se transforma en imperialismo. La diferencia está en que las metrópolis pasan de exportar manufacturas en el colonialismo, a exportar principalmente capitales en el imperialismo. La crisis de 1873 marca el ocaso del capitalismo de libre competencia: los monopolios sustituyen a las medianas y pequeñas empresas, se fusiona el capital industrial con el bancario y como capital financiero penetra en todos los rincones del orbe. El imperialismo británico es hegemónico en América del Sur, mientras que el norteamericano lo es en América Central y el Caribe, antes de la PGM (1914-1918). Con la incesante exportación de capitales las riquezas nacionales comienzan a quedar en manos de extranjeros: la industria frigorífica en el Río de la Plata, el salitre chileno, el estaño boliviano, el petróleo venezolano. “Los países latinoamericanos se convirtieron en semicolonias, al pasar las principales riquezas nacionales a manos del capital monopólico extranjero” [1]

   La pugna entre el imperialismo yanqui y el europeo se decide a favor del primero a fines de la década del 20. Una de las excepciones es Guatemala donde el capitalismo alemán logra controlar la producción y comercialización del café. Este proceso de desnacionalización suscita como contrapartida un poderoso movimiento nacional de masas, expresado en manifestaciones, luchas armadas y el surgimiento de un pensamiento antiimperialista, que en algunas organizaciones e individuos se hace también anticapitalista. La dependencia se expresa también en el plano político. Estados Unidos (EUA) convoca la Primera Conferencia Panamericana en Washington (1889), en el espíritu de la Doctrina Monroe (1823). Y encuentra resistencias, en particular de Argentina. Ese proceso culmina en los Pactos Militares (TIAR) y en la OEA a fines de los 40 del siglo XX. 

El salto cualitativo de la dependencia al despuntar el siglo XX.

El carácter de la dependencia cambió cualitativamente con la penetración imperialista. En el siglo pasado, AL pudo conservar sus riquezas en manos de la burguesía criolla […] Salvo escasas excepciones, las metrópolis no colocaron capital productivo en AL. El modo preferente de penetración fue a través de empréstitos, control del transporte marítimo, exportación de maquinarias para la explotación agropecuaria y minera, introducción del ferrocarril y del telégrafo, además de la venta de productos manufacturados que hacían cada vez más dependientes a nuestros países.” [2]

   Las respuestas son variadas: de tipo reformista avanzado (José Batlle y Ordóñez), antiimperialistas (Martí y la Guerra de Independencia de Cuba), o de contenido anticapitalista (huelgas en Chile, de 1904 a 1907).

(B) El período de inter-guerras (1914-1939) prolongado hasta la Revolución Cubana (1959)

   Apreciaciones generales Se caracteriza por la sucesión de crisis de sobreproducción: 1920-1921, 1929-1933 y 1937-1938, conducentes a la Segunda Guerra Mundial (SGM) (1939-1945), crisis que se deben a la recuperación de la industria europea a niveles pre bélicos. La década del 30 es de profunda penuria económica y movimientos de resistencia, no solo del proletariado industrial, sino de sectores de las burguesías autóctonas, que siempre terminan pactando con la burguesía imperialista. Jamás son consecuentes en pos de un “capitalismo nacional”. Las burguesías no habían acumulado con los altos precios recibidos por sus materias primas por su inclinación al lujo y despilfarro, ni gravado a las ganancias de los monopolios extranjeros. El endeudamiento es constante, tanto como los envíos de capitales al exterior. La situación cambia al deteriorarse los términos de intercambio, aunque las realidades nacionales son diferentes. Crecen por la coyuntura las industrias que sustituyen importaciones (1914-1929), sobre todo en Brasil y Argentina, al disminuir esas importaciones.

   El gran colapso bursátil de 1929, repercute en AL: cae la producción industrial, los capitales y las inversiones extranjeras; las exportaciones se reducen en dos tercios, golpeando al pueblo.

  En Bolivia, Perú y Ecuador las repercusiones son menores. Pero en naciones de grandes empresas exportadoras, la contracción del comercio exterior lleva al paro y afecta al nivel de vida. Las burguesías agro-mineras exportadoras estrechan la alianza con el imperialismo y no se transforman las estructuras económicas. La miseria obliga a los más pobres a tomar la iniciativa. Y en algunos países, grupos burgueses industriales y pequeño-burgueses se lanzan a tomar el poder para construir capitalismos autónomos en base a un nacionalismo progresista que defiende al mercado interno. 

   Lenin diferencia el nacionalismo de una gran nación y el de una pequeña. En “El marxismo y el problema nacional y colonial” expone que la fuerza del movimiento nacional se determina por el grado en que participan extensas capas del proletariado y de los campesinos. A propósito, en medio de la PGM se produce la Revolución Rusa (RR), que, según Lenin, era el “prólogo y el nexo” entre la Revolución Proletaria de Occidente (Europa) y las regiones atrasadas de Oriente. Esa RR tiene repercusión mundial y en AL. La influencia se expresa en pensadores, organizaciones políticas y luchas populares.

   La Tercera Internacional   nace (1919), culmina la escisión del movimiento socialista en la primera mitad de los años 20, pero desde el liderazgo de Stalin los Partidos Comunistas (PC) –orientados a construir Frentes Populares con las burguesías- frenan las iniciativas revolucionarias. Deciden que la defensa de la URSS contra la Alemania nazi es la base de su programa; por ejemplo, en la huelga frigorífica de Uruguay (1943), los comunistas acusan a los obreros de servir al Eje, por enfrentar a las patronales anglo-norteamericanas, países aliados de la URSS.

   Después de la SGM se inicia Guerra Fría (1947) entre dos bloques de naciones, liderados por EUA y la URSS. La reacción responsabiliza a los comunistas por todas las movilizaciones obreras y populares. A su vez, los comunistas se empeñan en defender las alianzas con las “burguesías nacionales”, y a partir del 20º. Congreso del PC de la URSS (PCUS) (1956) la línea de la coexistencia, la emulación y el tránsito pacíficos, y, por lo tanto, enfrentan toda radicalización, acusando a sus promotores de “provocadores”.     

   AL vive un ciclo revolucionario extenso (1910-1933), de contenidos programáticos y métodos de acción muy variados. Una Revolución es una transformación total de las estructuras, generalmente realizada por métodos violentos. México es escenario de una potente revolución campesina. En Nicaragua y El Salvador el movimiento antiimperialista se apoya en el campesinado, pero en El Salvador hay una dirección proletaria y contenido anticapitalista (lidera Farabundo Martí, 1932, al frente de un PC). En Chile la efímera “República Socialista” (1932) -golpe de militares- cuenta con el respaldo del proletariado y de las capas medias radicalizadas. En Brasil y Ecuador la conducción es de los militares; en Ecuador, la Revolución Juliana (1925) es de tipo reformista. La gesta de Sandino en Nicaragua es la movilización antiimperialista más grande de AL, precedida de la resistencia haitiana de los “cacos” (Charlemagne Péralte, 1915) y de los “gavilleros” dominicanos (Ramón Natera, 1917) contra la ocupación norteamericana. La revolución cubana de 1933 (de trabajadores y estudiantes) es antiimperialista, y es ahogada en sangre.  Además, se multiplican las huelgas petroleras y bananeras en Colombia, crece la resistencia venezolana a la tiranía de Juan Vicente Gómez, son múltiples las huelgas en Argentina (1902-1907), en la Patagonia termina con la Semana Trágica (1919) y conmueve el Grito de Córdoba (1919) en pos de la Reforma Universitaria. Todas estas luchas son derrotadas.

   Pasemos a analizar algunos países.

México

   Antecedentes al siglo XX

La Revolución Mexicana de la independencia (1810-1821) tiene la especificidad de estar lejos de los centros revolucionarios sudamericanos, y su lucha queda aislada en medio de la violenta polarización político-social, debido a que en el Virreinato de Nueva España (México), la metrópoli tiene más que perder que en las otras colonias y también a que la Revolución comienza como una violenta protesta “desde abajo”,del bajo clero, los criollos, los mestizos, apoyados por los trabajadores de las ciudades, campos y minas. La mexicana es la revolución que adquiere contornos más nítidamente sociales. Pero si es una revolución de los miserables –en los dos primeros procesos comandados por los curas Miguel Hidalgo (1810-1811) y José María Morelos (1812-1815)- también lo es de la clase-estamento [3] dominante criolla, que ha fortalecido sus posiciones, para quien la estructura discriminatoria colonial se vuelve intolerable, y que finalmente conduce a la independencia con el máximo grado de conservadurismo social posible, con Agustín Iturbide, contrarrevolucionario, cruel representante de los criollos (1821).

   Después hay innumerables luchas. Y se entabla disputa entre Gran Bretaña (GB) y EUA por su riqueza. En 1823 se formula la Doctrina Monroe (“América para los americanos”) –en verdad, “América para los norteamericanos”- y EUA anexa de México, Texas (1845), California y Nuevo México (1853). 

   Cada vez que las rebeliones populares interrumpen el flujo de las divisas hay una intervención militar extranjera de españoles, estadounidenses o franceses; estos últimos imponen al Emperador Maximiliano de Austria (1862-1867), que es vencido y fusilado gracias a la resistencia. Después el Gral. Porfirio Díaz implanta una dictadura (1876-1911) y moderniza al país estimulando el ingreso de capitales ingleses y norteamericanos, favoreciendo a la élite mexicana y a los extranjeros y deteriorando el nivel de vida de las clases populares. Procura equilibrar los intereses de diversas potencias, y eso es mal visto por EUA, que apoya su caída. Hay revueltas anarquistas en 1906 y 1908 y en 1906 los yanquis intervienen para aplastar las huelgas.

   Pero entre 1910-1920, se produce la “Revolución Mexicana”, (un siglo después de la de independencia); se considera que la presidencia de Lázaro Cárdenas (1934-1940) es una prolongación pacífica de ella. En realidad, son varias revoluciones que coexisten en el espacio geográfico y en el tiempo, unas nacionales, otras comarcanas, unas en el Norte y otras en el Sur. Aparece en escena el joven proletariado (195.000 obreros y 500.000 artesanos en 1910). Los campesinos son el 70% de la población. La lucha es encarnizada en el estado sureño de Morelos, donde las comunidades campesinas ofrecen feroz resistencia. En 1910 confluyen diversos intereses contra la dictadura de Porfirio Díaz, liderando Francisco Madero. Se desata una sublevación armada en diversas regiones, entre los que se destacan Pancho Villa en el norte y Emiliano Zapata en el sur. Y cae la dictadura (1911). Madero convoca y gana las elecciones, con un planteo moderado, pero chocan los reaccionarios y los que reclaman tierras, salarios, justicia (Pancho Villa y Zapata). Madero recupera tierras, pero no satisface a quienes reclaman una reforma agraria profunda y sus reformas sociales son consideradas insuficientes. Un plan opositor desconoce a Madero y exige la nacionalización de tierras, montes y aguas, advirtiéndose la influencia anarquista. Se llega al enfrentamiento armado. Pero también se levantan la reacción porfirista.  Apoya a Madero el Gral. Huerta, que luego lo traiciona y Madero es asesinado (1913). Papel importante desempeña EUA, apoyando a Huerta.

   Pero pronto Huerta hace frente a una costosa guerra civil contra Venustiano Carranza y Pancho Villa (en el norte) y Emiliano Zapata (en el sur). El de Zapata es un ejército campesino, que no trasciende del Estado de Morelos, con una visión estrechamente agrarista. Pancho Villa, es visto como bandolero, sanguinario y vengador de los pobres, y enemigo de los norteamericanos. Sus bases sociales son los jornaleros o mineros. Su ejército es casi mercenario, porque se les paga a los soldados. Expropia sin indemnización, pero la tierra la deja bajo el control del gobierno, para con sus ingresos mantener la revolución.  Huerta agotado abandona el poder (1914). EUA se decide por Carranza –partidario de la devolución de las haciendas a sus dueños- y los dos grandes ejércitos populares deben replegarse (1915-1919). Zapata y Villa mueren en combate. Ellos pierden porque la que lideran es una revolución eminentemente campesina, sin coordinación con los obreros ni apoyo en las ciudades.

   En 1917 se aprueba una nueva Constitución reformista, no revolucionaria. Y asume Carranza, que tres años después es asesinado. La Revolución se  congela, sin reformas de estructuras. La Gran Depresión (1929) golpea con dureza. Recién en la Presidencia de Lázaro Cárdenas coinciden obreros y campesinos en verdadero salto cualitativo. El Capitalismo de Estado se desarrolla: se nacionalizan las compañías petroleras de EUA, se realizan inversiones estatales, etc., se impulsa una verdadera reforma agraria, se institucionaliza la participación de los obreros y campesinos, pero Cárdenas los mantiene divididos, en pro de un desarrollo capitalista más estable. Es un conciliador, apoya a huelguistas y rompe huelgas, etc. Lo apoyan la burguesía nacional y la pequeña burguesía urbana y forja nuevas alianzas con el proletariado: libera a los comunistas encarcelados, permite su periódico, mejora la situación obrera y se reunifica la Central de Trabajadores Mexicanos. Además, busca la alianza con el campesinado, ampliando la Reforma Agraria, que vuelve a radicalizarse (1936) y organiza la Confederación Nacional Campesina. Y en la cima del proceso revolucionario apoya a la República Española, protesta ante actitudes de Hitler y Mussolini, reestructura el Partido de la Revolución Mexicana (1938) bajo el liderazgo de los industriales. Después gobierna el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que se “dice” heredero de la Revolución, pero que reprime a obreros y campesinos. La influencia de EUA no cesa de acrecentarse al poseer México dos recursos en abundancia: petróleo y mano de obra barata.

NICARAGUA

   De las revoluciones de América Central la principal es la de Nicaragua. También importa –no la desarrollamos- la revolución salvadoreña de 1932 encabezada por Farabundo Martí.

    En Nicaragua desde 1837 hay luchas entre GB y EUA. William Walker (aventurero de Tennessee) partidario de la esclavitud, que había invadido la Baja California (1853), invade Nicaragua (1856). Se autoproclama presidente “electo”, decreta que el inglés sea la lengua oficial, instituye la esclavitud, pero es derrotado por una invasión sostenida por los británicos. Las intervenciones se suceden.

   En 1895 nace César Augusto Sandino, hijo de un campesino acomodado y una jornalera agrícola. Viaja y trabaja como peón rural y obrero en Honduras, Guatemala y México. Tiene experiencia obrera que lo forma políticamente y sirve a sus dotes de organizador. Recluta a obreros, campesinos e indígenas; éstos forman una eficiente marina de guerra fluvial.

   Los yanquis ocupan desde 1909. Sandino se interna en las montañas con escasas fuerzas, el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. En 1927 ataca la ciudad de Ocotal (en Nueva Segovia) y actúa con guerrillas, emboscadas, que desorientan al enemigo, acostumbrado a la guerra convencional. Los campesinos se incorporan al “pequeño ejército Loco” y hacen de correos, y militan también niños huérfanos. En su esplendor (1931-1932) cuenta entre 2000 y 6000 soldados, con amplia participación femenina. Ponen en ridículo a los “marines” norteamericanos y de ellos mueren 500. La Iglesia Católica bendice a los “marines”.

   Forman parte de las fuerzas de Sandino las Brigadas Internacionales. Sandino denuncia que el proyecto de construir un canal inter oceánico que atraviese Nicaragua, aislaría a las repúblicas indo-hispanas y que, de veintiuna repúblicas seis han perdido su soberanía (Panamá, Puerto Rico, Cuba, Haití, R. Dominicana y Nicaragua). Expone: “Somos 90 millones de hispanoamericanos y solo debemos pensar en nuestra unificación”.[4] Propone formar un Frente Único y la alianza de los Estados o una Federación, y que “integren una sola nacionalidad”, “denominada Nacionalidad Latinoamericana, haciéndose de ese modo efectiva la ciudadanía latinoamericana”.[5] Llama a fortalecer la Confederación Sindical Latinoamericana.

   Le apoya la poetisa chilena Gabriela Mistral en estos términos: “Voy convenciéndome de que caminan sobre la América vertiginosamente tiempos en que ya no digo las mujeres, sino los niños también han de tener que hablar de política, porque política vendrá a ser (perversa política) la entrega de la riqueza de nuestros pueblos.” [6]

   Después de sucesivas derrotas, EUA retira a sus tropas (1933) y deja a la Guardia Nacional a la que ha preparado, la “guerra sucia”. Sandino, fiel a su palabra, juega limpio y va al Palacio de Gobierno para discutir la paz. Pero Anastasio Somoza -que pronto queda al frente de la Guardia Nacional- lo asesina (1934) y permanecen en el poder él y su familia hasta la Revolución Sandinista (1979). 

“La estrategia de Sandino para la toma del poder y la destrucción del aparato del Estado burgués no alcanzó a manifestarse claramente. Su movimiento también adoleció de una adecuada estructura orgánica a nivel político y sindical. Se basaba exclusivamente en la conducción personal y en el papel del Estado Mayor del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.” [7]

PUERTO RICO  [8]

   Puerto Rico (PR) apoya el combate libertador bolivariano. Décadas después, (1868), en el pueblo de Lares, se proclama la República de PR, la abolición de la esclavitud y la eliminación de las libretas de trabajo que convierten a los campesinos y artesanos en esclavos de sus patrones. Ramón Emeterio Betances es el inspirador de la revolución, reprimida por España a los pocos días. Luego, Betances y otros líderes ayudarán desde Nueva York a la campaña independentista cubana de Carlos Manuel de Céspedes, ligando las historias de ambas naciones. España, para frenar el proceso independentista, proclama la autonomía de PR (1898):  admite dos cámaras, reconoce libertades comerciales, pero ella controla las relaciones exteriores.

   Las tropas de EUA desembarcan en Cuba y en PR (1898). Los estadounidenses se lanzan a dominar la economía, controlan el 76% de la producción industrial, arrebatan las tierras a los campesinos, se adueñan de la industria azucarera. Durante setenta años de opresión política, económica y militar, sumen al pueblo en el hambre y la miseria. Al entrar EUA en la PGM (1917), impone la ciudadanía norteamericana a los boricuas, obligando a 200.000 jóvenes a servir como soldados.

   Por los años 30 Pedro Albizu Campos comienza la organización patriótica y es encarcelado. En 1950, en Jayuya se proclama otra vez la República de PR, y nuevamente Campos está al frente; la rebelión es sofocada. En 1952 se monta la farsa del “Estado Libre Asociado” apoyándose en una elite. Un Estado que no es independiente y que no está en igualdad con los otros de EUA, que tiene “doble ciudadanía”, pero las relaciones exteriores están en manos de EUA. El territorio se cubre de bases militares. Pero la rebelión no ha muerto. Son cientos los encarcelados en EUA. Oscar López Rivera (nacido en 1943) está detenido desde 1981 y es el preso más antiguo del continente, aunque le restan 35 años más, por adherir a la independencia.

América del Sur

Analizamos los casos de Brasil y Argentina (vecinos y principales naciones de América del Sur) y Colombia, incluida a solicitud de los organizadores. Se trata de un análisis parcial que requiere complementación. 

Conceptos generales 

  Tanto el varguismo (de Getulio Vargas) como el peronismo y el cardenismo “han sido denominados también nacional-populistas […] En nuestra opinión el concepto válido sería nacionalismo burgués populista, en el entendido de que se trata de un nacionalismo burgués de contenido reformista y que su tinte populista es específico de las condiciones históricas latinoamericanas.” [9]

   Poseen amplia base de masas sin una representación genuina de la clase obrera y aplican concesiones de la burguesía a esas masas, a quienes manipulan. Sus bases sociales más importantes son las capas medias urbanas y los sectores marginales (los “descamisados” del peronismo) y a veces amplios sectores obreros urbanos. En la dirección del Estado, dirige la capa burguesa industrial. La “oligarquía” -los sectores agrarios y mineros exportadores- mantiene el poder económico (solo en México es afectada por la reforma agraria) y aunque no controla el Estado, éste resguarda sus intereses.

   Estos movimientos generalmente son liderados por figuras carismáticas, que funcionan como intermediarios ante las masas para sostener al sistema. El lenguaje reformador se presenta como una tercera opción entre el capitalismo y el socialismo. Es común el eclecticismo, la incoherencia. Son tiempos en que los conflictos de intereses generan fuertes sentimientos anti yanquis.

   Las burguesías dependientes nacionales aumentan los aranceles a la importación, establecen controles de cambios, devalúan las monedas, evitan la caída del empleo, expanden las manufacturas e industrias locales. “crecen para adentro”. Por debilidad no erigen una industria pesada. Habrá un Capitalismo de Estado constituido con propiedades imperialistas nacionalizadas.

Brasil

   Desde principios de los 20 hasta 1935 se produce una situación pre-revolucionaria. [10]  La capa burguesa industrial pugna por participar en el Estado, pero la agroexportadora lo niega. Las capas medias emergentes quieren mejor distribución de la renta nacional y el nuevo proletariado (sobre todo en San Pablo y en el sur) se organiza, conducido por anarquistas y comunistas. En 1924 se sublevan militares jóvenes contra el gobierno. Luis Carlos Prestes -ante el fracaso del movimiento urbano-  forma una columna de miles de soldados y oficiales, y recorre durante tres años todo Brasil. Es la “columna Prestes”. En 1926 los sobrevivientes del cerco gubernamental se refugian en los países vecinos. Al movimiento se le conoce como el “tenentismo”. Su programa es democrático-burgués: independencia nacional, democracia, progreso y distribución de tierras.

   Getulio Vargas es derrotado en elecciones fraudulentas (1930). Incorpora a sus filas a sectores terratenientes, pero la burguesía industrial juega el rol hegemónico, sin liquidar los privilegios de los agroexportadores. Es el Estado Novo, paternalista, que concede previsión social y derecho a sindicalizarse, pero no nacionaliza las empresas extranjeras ni realiza la reforma agraria.

   Prestes (1931) se incorpora al PC. Reinicia el combate respaldado por la Alianza Nacional Libertadora y la Confederación Unitaria de Brasil, los sindicatos controlados por el PC. Acusa a Vargas de haber traicionado el movimiento. En Natal alcanza a tomar el poder, pero es aplastado, sin suficiente apoyo armado de las masas obreras y campesinas. Es detenido (1935-1945).

ARGENTINA.

   Ubiquemos los antecedentes al período estudiado. “La Argentina era la más europea de las regiones latinoamericanas […] Concluida la unidad del Estado en 1880 y federalizada Buenos Aires por un ejército de provincianos dirigido por Roca [coincide] con la expansión de la ganadería y la agricultura en un ininterrumpido proceso hasta 1930. ´Dios es argentino’ era el vanidoso aforismo de la oligarquía ganadera […] Argentina gozaba de una renta diferencial que hacía de sus pampas las más lucrativas praderas del mundo. La tradicional indiferencia de la oligarquía porteña por América Latina se convirtió en una norma de oro de su diplomacia. El país entero se inclinó hacia Europa. Era un valor entendido […] la alianza con GB […] El régimen en su conjunto funcionó sin grandes sobresaltos desde 1880 hasta 1930. Se fundaba en el reparto desigual de la renta agraria […] El yrigoyenismo [11] fue el primer movimiento nacional de este siglo que canalizó políticamente a las clases sociales postergadas del sistema agrario, aunque no cuestionó el sistema mismo.[…] A diferencia del proceso que engendró en el Brasil, donde un movimiento nacional encabezado por Vargas dirigió la evolución económica hacia una deliberada industrialización, la caída de Yrigoyen disolvió el movimiento nacional hacia nuevos rumbos. Tomó el gobierno la oligarquía ganadera, desplazada del poder en 1916 por Yrigoyen, y que solo atinó a envilecerse ante el Imperio británico.” [12]

   Elgolpe del Gral. Uriburu (1930) inicia la irrupción de las Fuerzas Armadas y una sucesión de elecciones fraudulentas. También –como en otros países dependientes- se impulsa la industrialización al aflojarse la presión imperialista, durante las guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945) y la gran crisis (1929-1930). Pero se limita a la industria liviana, destinada al consumo interno en sustitución de las importaciones, sin que se expandiera la industria pesada o de bienes de producción. Las pequeñas fábricas y talleres empiezan a bordear a Buenos Aires, llenando el vacío de la provisión de manufacturas y herramientas de los países industriales, principalmente de GB. Son fábricas que atraen a miles de familias del interior marginado, y también a chilenos, bolivianos, paraguayos. Es el nuevo proletariado de los “cabecitas negras”, lapoblación mestiza. La Capital Federal recibe a 600.000 inmigrantes (1935-1943), proceso continuado después en Buenos Aires y en los centros urbanos del litoral como Rosario. Ese litoral es rico y europeizado, en tanto que las provincias del norte, las mediterráneas y la Patagonia están en el atraso y la miseria, sufriendo la doble succión de los monopolios foráneos y de las burguesías litoraleñas. “Con ellos venía la tradición nacional, un nacionalismo elemental que Buenos Aires no había conocido jamás” [13] Ese nuevo proletariado está desvinculado de los partidos de derecha o de izquierda (socialistas y comunistas). De modo que hay un proletariado de doble condición: el viejo y minoritario, proveniente de la inmigración, encasillado en ideas europeas, raquíticos sindicatos, formulaciones anarquistas e internacionalistas abstractas, y sus “partidos obreros” de la socialdemocracia y del estalinismo; y el nuevo, compuesto de descendientes de los criollos y gauchos montoneros, obligados a vivir en las villas miserias, carentes de sindicatos y partidos representativos. Ese proletariado mayoritario de los años 40, se organiza y reclama: crecen los sindicalizados: 440.000 (1941), 530.000 (1945), un millón (1947) y tres millones (1951). Su entrada en el escenario político se manifiesta el 17 de octubre de 1945.

   Además, nace una capa burguesa industrial, carente de firmeza ideológica, de prensa, de partidos, dispuesta a transar con el imperialismo en pos de ganancias. En esa coyuntura, el Ejército cumple un rol protagónico –más ligado que las otras armas a las tradiciones nacionales, y cuya oficialidad procede de capas medias- y es quien asume el nacionalismo popular. Cumple un papel digno, posible cuando las Fuerzas Armadas no caen bajo la égida imperialista y se convierten en enemigas de sus pueblos, como en las dictaduras de la “Seguridad Nacional”. El Ejército actúa más por rechazo que por claridad de objetivos.

   Se destaca el Coronel Juan D. Perón. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión elabora una nueva legislación laboral favorable para los trabajadores y alienta la sindicalización. La mayoritaria CGT lo apoya, mientras Perón acumula poderes en el gobierno, lo que alarma a camaradas de armas, a las clases medias, y a la oligarquía. Y con el apoyo del embajador de EUA (Braden) hay otro golpe de Estado. Perón es encarcelado y enviado a la isla Martín García. La movilización del 17 de octubre de 1945 le devuelve todos los poderes. En ella cumple un papel protagónico Eva Duarte, quien será después su mujer, de origen humilde, y verdadera lideresa de los descamisados, que se pondrá al frente de la obra social del régimen hasta su temprana muerte. El proletariado entra en escena. Organiza su Partido Laborista (parecido al británico), que llena el vacío de los “partidos obreros”, aliados en la Unión Democrática a los de la oligarquía. Ese partido es fundamental en el triunfo electoral de 1946, famoso por la consigna “Perón o Braden”. Sin embargo, Perón disuelve los partidos políticos, crea el Partido Único de la Revolución Nacional, que deriva en el Partido Justicialista. El Laborista trata de mantener su independencia, muestra disconformidad con la disolución, sin rebelarse. Sus dirigentes son difamados, detenidos, torturados.

   Perón expone: “Ellos querían ir hacia donde estaban acostumbrados a pensar que debían ir. Yo no les dije que tenían que ir adonde yo iba; me puse delante de ellos e inicié la marcha en dirección hacia donde ellos querían ir; durante el viaje, fui dando la vuelta, y los llevé adonde yo querían”. Y en otro discurso: “Buscamos suprimir la lucha de clases suplantándola por un acuerdo entre obreros y patronos al amparo de una justicia que emana del Estado.”

   La ideología burguesa y bonapartista (equilibrio entre burguesía y proletariado, más inclinada a la primera) significará a la larga su derrota: el primer paso es la eliminación de ese partido de clase.

   Al fin de la SGM (1945) EUA surge como eje del sistema capitalista y principal potencia imperialista. En América del Sur, en especial en Argentina, disminuye la influencia británica y aumenta la norteamericana. Durante la guerra, GB había aceptado la neutralidad argentina, que le servía para aprovisionarse de materias primas sin grandes riesgos. Los militares triunfantes (1943) –Perón incluido- simpatizan con el Eje (Alemania, Italia, Japón) y preservan esa neutralidad. Pero EUA exige la ruptura y la declaración de guerra, acordadas entre GB, EUA y la URSS indispensables para convertirse en miembro fundador de ONU. Mientras, Uruguay había roto relaciones con los países del Eje (1940), declara la guerra una semana antes de la rendición alemana y consigue ser uno de los 51 miembros fundadores de la ONU-  Argentina defiende su neutralidad, sufre el bloqueo, aunque termina aprobando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (1946), el Pacto de Río de Janeiro (1947), la carta de ONU y se alinea con EUA en la guerra de Corea. Inicia una etapa de independencia relativa, pues se independiza del imperialismo británico y evita la dependencia total del yanqui. Es quien mejor resiste de AL porque su economía no es complementaria de la yanqui y es diversificada, lo que le permite producir y exportar mercancías a varios países.

   La burguesía industrial apoya al peronismo al comienzo. Se beneficia de la mejoría del mercado interno, de los negocios y de los negociados que le habilita el régimen. Pero la alarma el creciente peso obrero, porque la sindicalización penetra en las empresas con formas organizativas y de lucha nuevas (comisiones internas, cuerpos de delegados, controles de las fábricas, paros), la mayor conquista obrera bajo el peronismo. Sin embargo, la democracia de base es sofocada por el aparato partidario que digita a los principales dirigentes. La oligarquía ganadera ve limitadas sus ganancias, mantiene fuerza y contragolpeará en 1955. La burguesía comercial, exportadora e importadora, ligada al capital financiero y monopolista extranjero dedicado a los negocios, la usura y la especulación, es quien más sufre. Pero el peronismo que hace concesiones a las diversas capas burguesas, disminuye la participación en la renta nacional de las capas medias (profesionales, intelectuales, docentes, empleados) volcándolas a la oposición.

   Con el peronismo las palancas económicas pasan a manos de la burguesía industrial y del capitalismo estatal. Se nacionaliza el comercio exterior (las ganancias, que quedaban para la oligarquía ganadera y los monopolios extranjeros, el Estado las dispone para la industrialización y planes sociales), el Banco Central, los depósitos bancarios, los servicios públicos, se liquida la deuda externa (drenaje de capitales hacia la banca extranjera), se fomenta el crédito para viviendas populares, se construyen obras públicas (diques, usinas, oleoductos, gasoductos) bases de la industria pesada, se fomentan las empresas estatales, se expanden las flotas mercantes, fluviales y aéreas.

El peronismo elabora una doctrina nacional, semejante a las encíclicas papales de carácter social. Propaga una falsa conciencia de “lo nacional” y de la “unidad nacional” englobando a todo lo que está en el territorio argentino, que asegura la estabilidad del sistema, integrando a las diversas clases sin destruir el Estado burgués. Sus pilares son el uso intensivo de la cadena de radios y medios de comunicación, la obra social de la Fundación Eva Perón, el control policial, la organización vertical del movimiento obrero, la estatización del sindicalismo. Mas es incapaz de liquidar los factores esenciales del dominio imperialista, la estructura terrateniente y las grandes inversiones del imperialismo. De allí que cuando cesa la óptima situación de pos-guerra, se resquebraja la colaboración de clases, porque la burguesía no está más dispuesta a otorgar concesiones al movimiento obrero. La Iglesia Católica –beneficiada por la implementación de la enseñanza religiosa en las escuelas- agrupa al frente opositor.

   El 16 de junio de 1955 aviones de la Marina ametrallan una multitud indefensa en la Plaza de Mayo. Se teme a la resistencia armada de la clase obrera. Perón concilia y renuncia. Guarecido en un barco paraguayo que lo traslada al destierro, declara interrogado acerca de sus posibilidades de resistencia: “Las probabilidades de éxito eran absolutas (pero) bastaría pensar lo que habría ocurrido si hubiera entregado armas de los arsenales a los obreros decididos a empuñarlas.” [14]

El derramamiento de sangre evitado por Perón no lo evitará la Revolución Libertadora. La conciliación paga como dividendo, la derrota. Los golpes contra Arbenz (Guatemala, 1954), Vargas (Brasil (1954) y Perón (1955), son frutos de una nueva ofensiva norteamericana en su patio trasero.

La intelectualidad de izquierda, que se equivoca al trasladar el esquema antifascista europeo para oponerse a Perón o Vargas, o se torna incondicional de Perón, sin apostar a construir un movimiento socialista poderoso que valorara lo positivo del régimen y fuera crítico implacable de lo negativo, aún no ha logrado levantar una opción fuerte de masas frente al peronismo.

COLOMBIA [15]

   La violencia entre fracciones de la clase dominante, o fruto de la lucha de clases antagónicas, es el común denominador de la historia colombiana. En el decenio de los 30 el reto al poder de la oligarquía cafetalera moldea la política, caracterizada por el enfrentamiento entre liberales y conservadores. Los socialistas y comunistas tejen diversas alianzas con los liberales. Así, el liberal Jorge Gaitán vence en las parlamentarias de 1947 y no se duda que ganaría en las elecciones presidenciales de 1950. Sin embargo, es asesinado en 1948 y estalla la guerra civil. Zonas enteras de la nación son controladas por los guerrilleros liberales-comunistas, sobre todo en el este y en el sur y ahí nacen las FARC. También las “repúblicas independientes”.

   Uno y otro caen diversos gobiernos civiles o de militares. La violencia se relaciona menos con los partidos y se vuelve de terratenientes contra campesinos, de ricos contra pobres. Hay una mezcla de grupos armados, desde bandidos hasta ejércitos guerrilleros, traficantes de drogas, paramilitares y “escuadrones de la muerte” de la derecha vinculados con elementos del gobierno.

   Desde los 60 las FF.AA. con ayuda militar de EUA, aplican la “tierra arrasada” de las zonas controladas por la guerrilla. La ayuda de EUA para “la guerra contra las drogas” es también contra la guerrilla. Vastas zonas del país son gobernadas por el ejército, con independencia de las autoridades civiles. Ya desde 1993 participan directamente soldados de EUA. Las FF.AA., la policía y los paramilitares causan las tres cuartas partes de los asesinatos y desapariciones. Es especialmente severo -entre 1977 y 1993- los asesinatos de dirigentes políticos y sindicales. Con el tiempo el gobierno negocia acuerdos políticos con diversos grupos guerrilleros, aunque muchos de esos ex guerrilleros son asesinados.

La Revolución Cubana

Antecedentes

   Cuba es colonia española desde 1510 y Estado semi-independiente desde 1898 a 1959, año de la victoria de la Revolución encabezada por Fidel Castro.

   Desde el siglo XVI la colonia exporta productos primarios: ganado en pie, cueros, azúcar, tabaco y café. Los pueblos aborígenes (caribes) no sobreviven, y la mano de obra esclava es de negros africanos. La esclavitud se mantiene hasta la década del 80 del siglo XIX.  Para EUA es vital que sus puertos no fueran usados por enemigos -especialmente por GB- y desde la apertura del Canal de Panamá (1902) la posesión de una base naval en Cuba la interesa más que nunca. Desde mediados del XIX los lazos comerciales entre Cuba y EUA son mayores que los habidos entre Cuba y España. Cuba se conmueve con una revolución independentista (1868) liderada por Carlos Manuel de Céspedes, y que vencida se restablece y prolonga hasta 1898, con Máximo, Gómez, Antonio Maceo y finalmente bajo el liderazgo de José Martí.

   Cuando todo lleva a la Independencia, los estadounidenses auto-explotan el “Maine”-barco de EUA en la bahía de La Habana- y culpan a los españoles, pretexto para intervenir en la guerra. En 1898 el Tratado de París sella la paz entre EUA y España. Puerto Rico, la isla de Guam (Océano Pacífico) y Filipinas pasan a poder de EUA. Cuba se independiza, pero EUA impone la Enmienda Platt, en virtud de la cual EUA alquila a Cuba la base en la Bahía de Guantánamo para una estación naval (por 100 años) que aún mantiene. La enmienda recién es derogada por innecesaria por el gobierno de F.D. Roosevelt por los años 30. Anteriormente, tropas norteamericanas invaden y ocupan en 1898-1902, 1906-1909, 1912 y 1917-1922 con misioneros protestantes detrás. Paralelamente los capitalistas yanquis dominan la economía, fundamentalmente a través de la producción azucarera y la construcción de ferrocarriles para su traslado a los puertos. Aseguran una mano de obra barata importante de haitianos, jamaiquinos y ´coolíes’ chinos. Esos ingenios en manos norteamericanas arruinan a los colonos y propietarios cubanos. Por su parte, el retraso de la producción industrial determina que la presencia obrera sea escasa. La pequeña burguesía urbana –que nutre al estudiantado y a la academia- siempre es sensible a las ideas revolucionarias. Paralelamente se suceden los gobiernos corruptos, unos electos, otros mediante golpes militares. Fulgencio Batista, el más recordado, gobierna desde 1952 y en su gobierno nace y se desarrolla la Revolución. 

   La Revolución

   Fidel Castro –abogado de familia terrateniente- que participa políticamente en un partido liberal, se aparta del mismo y nuclea fuerzas que asaltan el Cuartel Moncada (26 de Julio de 1953) y son vencidas. Solo se salvan pocos que son aprisionados y Fidel pronuncia ante el tribunal batistiano su célebre discurso “Condenadme, la historia me absolverá”. Ante la presión mundial, en 1955 son amnistiados y Fidel se exilia para organizar la invasión. A fines de 1956 su expedición desembarca, la mayoría de los guerrilleros son muertos y doce sobrevivientes se internan en la Sierra Maestra, foco principal de la resistencia armada. Finalmente, en medio de una huelga general, el 1º de enero de 1959, el Ejército Rebelde entra en La Habana mientras Batista huye. Después, en el proceso se agrupan tres fuerzas opositoras: el Directorio Revolucionario 13 de marzo, el Partido Socialista Popular (comunista) y el Movimiento 26 de Julio, el principal, en las O.R.I. (Organizaciones Revolucionarias Integradas), que luego se transforma en el Partido Unido de la Revolución Socialista y finalmente en el Partido Comunista Cubano.

   Durante los primeros seis meses, es presidente del gobierno revolucionario Manuel Urrutia, y un mes después Fidel es designado Primer Ministro. Por desavenencia con el curso radical que imprime Fidel, Urrutia y varios ministros abandonan el gobierno. La reforma agraria y la rebaja de los alquileres son medidas adoptadas en 1959. En 1960 la Revolución se profundiza: EUA suprime la cuota azucarera y suspende el suministro de combustible, pero la URSS adquiere el azúcar y abastece a Cuba de petróleo. En agosto, se nacionalizan las primeras 36 empresas norteamericanas, después   la banca, se estatizan 400 empresas propiedades de cubanos, mientras el Che Guevara es el primero en declararse marxista, EUA alientan sabotajes y atentados de grupos armados contrarrevolucionarios, inicia el bloqueo económico y a principios de 1961 rompe relaciones. En abril, se proclama el carácter socialista de la revolución y es derrotada una expedición contra revolucionaria en Playa Girón.  El fracaso de estos intentos induce a la invasión mercenaria de abril de 1961. Pero Playa Girón se convierte en gran victoria de la Revolución. EUA entonces considera una agresión directa. Fidel solicita y obtiene proyectiles teledirigidos de la URSS para instalar en Cuba. Kennedy declara un bloqueo para impedir la llegada de naves soviéticas. Jruschov propone retirar los proyectiles, a cambio de que EUA no intentara ninguna otra invasión a Cuba. El acuerdo se extiende a que EUA desmantelara sus bases de proyectiles teledirigidos en Turquía. Kennedy acepta. La crisis de los misiles tuvo al mundo en vilo temiendo el desencadenamiento de la III Guerra Mundial.

  Bajo el liderazgo de Fidel Castro, la otra figura sobresaliente de la Revolución es Ernesto Che Guevara. Se erige en la figura más emblemática de las luchas populares de AL y del mundo. En su breve vida -en Bolivia, muere combatiendo (1969) a los 38 años- el revolucionario argentino-cubano, se convierte en ejemplo de vida. Entre sus múltiples vale mencionar los principales. Intenta reproducir la experiencia guerrillera cubana en otras partes del mundo: en el Congo y en Bolivia, partiendo de la base que un foco armado, es capaz de desencadenar la lucha revolucionaria en un país: advierte, sin embargo, que en los países donde aún perdura un régimen democrático (Chile y Uruguay) se imponen otras tácticas. Propone que la Revolución Latinoamericana -de acuerdo a su idea de unidad de AL- debe ser continental. Proyecta la unidad de las regiones andinas: “La Cordillera de los Andes está llamada a ser la Sierra Maestra de América”[16]. Comprende –recogiendo el legado del peruano Carlos Mariátegui- que es necesario considerar la lucha de las etnias y no solo la de clases, porque en regiones donde los aborígenes pesan socialmente, aquella lucha adquiere principalidad. Destaca, entre las fuerzas motrices de la Revolución, el papel del campesinado, la importancia del protagonismo de la mujer y la necesidad de la convergencia entre marxistas y cristianos. Estima difícil la victoria en países aislados, y es crítico de tendencias proclives a la restauración capitalista en el seno de los denominados países socialistas.         

   Mucho se ha discutido de la especificidad de Cuba. El Che subraya, como una especificidad, que al imperialismo la Revolución lo toma de sorpresa y cuando reacciona, es tarde.[17] La Revolución -apuntalada por la URSS- se va definiendo y también, haciéndose dependiente de la URSS. Los dirigentes pronostican la crisis de la URSS y al producirse, su desintegración (1991), Cuba comienza su “período especial”, adoptando medidas para su supervivencia.  

 Repercusiones en América Latina    

   Otra realidad se vive después de la Revolución Cubana. Fenómeno influyente también en la izquierda mundial y continental, es la polémica entre los Partidos Comunistas de la URSS y de la República Popular China, orientada por Mao Tse tung. La influencia de los comunistas chinos se hace sentir en mayor o menor medida en todos los países, generando movimientos y partidos de mayor radicalización ideológica y política.

   La década del 60 marca el retorno de prácticas liberales en economía. Así, por ejemplo, bajo el primer gobierno del Partido Nacional del siglo XX en Uruguay, son adoptadas las recetas del FMI.  A su vez, ante el reto de la Revolución Cubana, Kennedy propone la Alianza para el Progreso, con formulaciones que contemplan a los capitales nacionales, pronto desechadas desde las mismas filas imperialistas. Tras el asesinato de Kennedy (1963) predominan orientaciones más duras, que estimulan golpes militares, expresivos de la Doctrina de la Seguridad Nacional, dominante en el Cono Sur. Son regímenes fascistas dependientes al servicio del gran capital financiero, que reprimen a las fuerzas obreras y populares y que intentan sepultar las ideologías revolucionarias, precedidos de bandas terroristas al servicio del gran capital que desatan la violencia.

   En toda AL, la lucha de clases se radicaliza. Despiertan los campesinos del nordeste de Brasil bajo la jefatura de Francisco Juliao, las movilizaciones indígenas en los países centroamericanos y andinos, surge la Teología de la Liberación en la Iglesia Católica, se dividen partidos clásicos de izquierda, el movimiento guerrillero se extiende, generalmente del tipo de guerrilla rural como sucedió en Cuba, con la principal excepción de la guerrilla urbana tupamara. La respuesta represiva es dura. Pero la resistencia popular, termina sepultando a los regímenes represivos, abriendo el camino a democracias restringidas, tuteladas por FF.AA. reaccionarias, que detentan todavía el poder de las armas.  

   En especial, se distingue Colombia, donde ha perdurado la experiencia guerrillera. El conflicto armado lleva más de 60 años, y la principal fuerza (las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) la sostiene desde 1964. También el Ejército de Liberación Nacional (ELN) combate todavía. 

   Desde 1992 hay un estado de sitio permanente y millones de colombianos se expatrían, sobre todo en Venezuela (cinco millones) y en EUA (un millón). Las principales causas estructurales de la violencia son el narcotrafico y las condiciones abyectas de vida y altas tasas de desempleo y sub empleo. Por 2001 había 500.000 desocupados (15% de la fuerza de trabajo) y el 43% de la población vivía en la más absoluta pobreza. En suma, los militares han sido árbitros de la nación y cada vez más los EUA, que poseen siete bases militares. Hoy el desarme de las FARC genera interrogantes. Ellas tienen su grupo político, Unidad Patriótica.

  Dos experiencias tardías del siglo corto: Chile y Nicaragua

Chile

   En la década del 70 sobresale la experiencia chilena, que conduce al gobierno de Salvador Allende, derrocado por el golpe militar del Gral. Augusto Pinochet (1973). Chile basa su economía principalmente en la explotación de la minería, con su principal recurso, el cobre. En la segunda mitad del siglo XIX la influencia del capitalismo británico es creciente. Un hecho relevante es la Guerra del Pacífico (1879-1883) por la cual la burguesía chilena aliada a GB, arrebata los territorios salitreros a Perú y a Bolivia, cerrando la salida al Pacífico de Bolivia. Otro hecho destacado es el fracaso del presidente Balmaceda (tras la guerra civil de 1891) que pretende nacionalizar la riqueza salitrera y sentar las bases de un desarrollo autónomo.

   La encrucijada de los siglos XIX y XX destaca las primeras organizaciones sindicales y políticas de los trabajadores, tanto como las masacres sangrientas contra el movimiento obrero. Durante la crisis de los años 20 y 30, la influencia británica es desplazada por la norteamericana y la burguesía industrial, apoyada por las capas medias y el movimiento obrero, accede al poder. Son tiempos violentos, de juventudes fascistas que usan camisas azules, y en el caos, sorprende un golpe de estado (4 de junio de 1932) respaldado por el jefe de la fuerza aérea Mármaduke Grove, apoyado por los movimientos estudiantil y obrero, que establece una “República Socialista”, que solo dura diez días, pero que origina al Partido Socialista de Chile.

   En 1938 llega a la presidencia Pedro Aguirre Cerda, candidato del Frente Popular, un conglomerado de partidos de centro y de izquierda. Abre una etapa de prolongada democracia y de expansión de las industrias de sustitución de importaciones. Son décadas de fuertes contrastes, de reformas sociales que favorecen a las clases medias y sectores obreros urbanos, mientras que en el agro persiste el latifundio y vastas masas campesinas son mantenidas en la marginalidad, muy en especial, la principal etnia aborigen, los mapuches.  El movimiento obrero gana amplio espacio legal, pero también sufre represión.

   La década del 60 y principios del 70 son de crisis de la economía de sustitución de importaciones y del régimen democrático. La izquierda es fuerte, con sólidos partidos socialista y comunista e incluso movimientos guerrilleros. Finalmente, una fisura en la clase dominante, permite al socialista Salvador Allende, candidato de la Unidad Popular, ganar las elecciones (1970) con el 36% de los votos, frente a Tomic (democracia cristiana) con el 28% y el candidato de la derecha, Alessandri (con el 35%). Apoyado en la Central Única de Trabajadores (CUT), debe enfrentar situaciones de violencia para impedir su acceso al gobierno.  “El gobierno de la Unidad Popular alcanzó importantes éxitos en el terreno económico y social: nacionalizó gran parte de la riqueza nacional (minas y bancos); entregó vastas extensiones de tierras a los campesinos; logró una más equitativa distribución del ingreso; se alcanzó un notable incremento de los niveles de empleo, de consumo y de servicios sociales.

   Esta obra de signo progresista y popular, unida al respaldo de una clase trabajadora muy madura política e ideológicamente, le permitieron a Allende volver a triunfar en las elecciones parlamentarias de 1973, donde hubo cifras aún mayores que en las anteriores, hecho sin precedentes para ningún gobierno de Chile.” [18]

   Contra Allende, se desata el 11 de setiembre de 1973 el más brutal golpe fascista del continente, encabezado por el Gral. Augusto Pinochet, obviamente apoyado por los EUA.  

 Nicaragua: la Revolución Sandinista

   La dictadura militar de Somoza se prolonga 42 años, con Tacho Somoza y dos hijos suyos. Una dictadura personalista, de represión permanente, corrupta, sin elementos derechos. Franklin D. Roosevelt, en su política del Buen Vecino, define la relación: “¡Es un hijo de puta, pero nuestro!”  

   El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se funda en Honduras (1961).  Sus principios son el anti imperialismo, la necesidad de la lucha armada, la actividad guerrillera. Paralelamente a la actividad en las montañas, hay algunas acciones espectaculares en Managua. En 1979 el FSLN lanza una ofensiva militar, acompañada de un llamamiento a la huelga general. El pueblo responde, se paraliza el país, estallan insurrecciones populares. La Guardia Nacional se rinde en diferentes lugares y EUA es impotente en su intervención directa o mediante la OEA. El 19 de julio de 1979 las columnas guerrilleras entran en Managua. El gobierno se da el nombre de Junta Provisional de Reconstrucción Nacional y se define a la revolución como popular, democrática y antiimperialista. El gobierno se compromete a “ir despacio” en los cambios. Solo se transfiere al Estado la cuarta parte de la producción agrícola e industrial, respetándose la propiedad privada, se propone una economía mixta. No obstante, nacionaliza las tierras y propiedades industriales de los Somoza (¡40% de la economía!), sustituye a la Guardia Nacional por el Ejército Popular, larga una campaña de alfabetización e inicia la reconstrucción económica. La intervención estadounidense es constante, pese lo cual el régimen convoca a elecciones y es electo presidente Daniel Ortega (1985-1990). Mientras los puertos son sembrados de minas por la CIA y los “contras” respaldados por EUA invaden el país. La huida de capitales y el embargo económico de EUA, abre paso a un período de crisis económica severa. Ortega impone un programa de austeridad al estilo del FMI frente al cual la crítica de izquierda del propio FSLN señala que el gobierno al dejar a los capitalistas con fuerza económica, les permite desestabilizar la economía y diluir las reformas sociales y que se hace necesaria una democracia más directa, basada en el control de los trabajadores. Se produce la escisión del sandinismo.

   En 1990 la derecha se une y triunfa su candidata, Violeta Barrios de Chamorro, que anula las conquistas económicas y sociales. Se suceden gobiernos liberales. Daniel Ortega vuelve a la presidencia en 2007 y estará en el cargo hasta 2017. Otro es entonces, el planteo del gobierno, distante del sandinismo revolucionario.

   Brevísima síntesis de 1991 a 2016

   La década del 90 es de ofensiva neoliberal. Chávez accede al gobierno venezolano (1998) y pronto se suceden gobiernos denominados progresistas en varios países sudamericanos, que resisten esa orientación. En Mar del Plata (2005) los cuatro países del MERCOSUR más Venezuela (aún no incorporada) rechazan el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) impulsado por el gobierno de Georges Bush. Desde entonces, EUA pierde fuerza en las Américas, ante la contraofensiva de diversos países, que terminan constituyendo nuevas instancias de integración regional, tales como el ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio entre los Pueblos), la UNASUR y la CELAC. Sin embargo, se asiste a otra potente ofensiva de EUA, tanto en los países que más se han atrevido a enfrentar las estructuras de dominación (Bolivia, Ecuador, Venezuela) como en los de gobiernos reformistas (Paraguay, Argentina, Uruguay, Brasil). La ofensiva imperialista a través de diversos Tratados de Libre Comercio que liquidan la soberanía de los Estados y de instalación de bases militares norteamericanas, plantea la necesidad de una lucha frontal de los pueblos para mantener y/o recuperar su soberanía y para avanzar por una senda anti capitalista, socialista.       

Agosto de 2016. Julio A. Louis


[1]Luis Vitale. “Los precursores de la liberación nacional y social en América Latina”. “De Martí, Ugarte y Sandino a Recabarren, Mariátegui y Mella”. Ediciones al Frente Página 11. NOTA. El “siglo pasado” para el autor citado es el XIX.

[2]Ibidem. Página 9.

[3] “En las sociedades de clase precapitalistas, las diferencias se fijan asignándose a cada clase un lugar jurídico específico en el Estado, un estamento. Recién la sociedad burguesa otorga igualdad jurídica, y, por consiguiente, las clases dejan de ser clases-estamentos.”  

Julio A. Louis. “Colonias, independencia e integración” (1ª. Parte), “La colonización europea de América”. ARCA/ensayo. Junio de 2010. Página 87.

[4]Luis Vitale. Obra citada. Página 156.

[5]Ibidem. Página 157.

[6]Ibidem. Página 161.

[7]Ibidem. Página 164. 

[8]“Granma” (periódico cubano).  “Cien años de lucha en Puerto Rico”. 29/9/1968. Síntesis del  autor.

[9]Alberto Prieto Rozos. “Apuntes para la historia económica de América Latina”. Universidad de La Habana. Facultad de Filosofía e Historia”. Ciudad de La Habana. 1986. Página 108.

[10]Lenin en “La bancarrota de la Segunda Internacional” (1915) define la situación revolucionaria por tres signos principales: “La imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su dominación […] Una agravación, superior a la habitual, de la miseria y de los sufrimientos de las clases oprimidas […] Una intensificación considerable de la actividad de las masas”.  En la situación pre revolucionaria falta el tercer componente.

[11]Hipólito Yrigoyen es presidente entre 1916 y 1922

[12]Jorge Abelardo Ramos “Historia de la Nación Latinoamericana”. Tomo 2º. “La Patria dividida”. A Peña Lillo editor. Argentina. 1968 Páginas 163,164 y 167.

[13]Ibidem. Página 168.

[14]“El Día” de Montevideo. 5 de octubre de 1955.

[15]Se toma como principal obra de referencia, la de James D. Cockcroft, “América Latina y Estados Unidos. País por país”.  Siglo Veintiuno Editores. Primera edición en español de 2001.

[16]Ernesto Guevara. “Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana” (1962)

[17]Che Guevara. “La experiencia de la Revolución Cubana”. “Monthly Review”. Selecciones en castellano. Octubre de 1963.

[18]Mariela Amejeiras y María Cristina Siniscalco: “Las revoluciones en América Latina”. No. 19 “Bases de Nuestro Tiempo”. Ediciones de “las bases”. Montevideo. 1986.

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