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La elección de vacunas por la UE y el negocio del COVID

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Sputnik

Pascual Serrano

Imagen: © REUTERS / Dado Ruvic

Los dos países con menos contagios de COVID han sido vacunados masivamente con una vacuna de investigación y producción pública. Se trata de Cuba y China. Paradójicamente son vacunas que la Unión Europea no ha aprobado. Mientras, dos vacunas estadounidenses están proporcionando a sus empresas unos beneficios de 65.000 dólares por minuto.Estamos ante una nueva ola mundial de la pandemia de COVID. Lo excepcional de esta ola es que en los países desarrollados se están incrementando los casos con una gran mayoría de la población vacunada. Incluso en algunos países europeos las cifras de contagios son ahora las mayores de toda la pandemia.

De ahí que hayan regresado las restriccionesPaíses Bajos volverá a los confinamientos, igual que sucedió en AustriaFrancia ha suspendido las celebraciones y fiestas de Nochevieja. La primera ministra danesa ha solicitado al Parlamento que clausure todas las actividades culturales y de ocio, ante el aumento de infecciones y nuevas hospitalizaciones, constatando el avance de la variante ómicron.

Cierres de fronteras

Y también vuelven los cierres de fronteras, Francia prohibirá los viajes no esenciales desde Reino Unido. Quienes quieran entrar en Francia procedentes de territorio británico deberán justificar su viaje, así como presentar una prueba de coronavirus y guardar una semana de cuarentena a su llegada.

Alemania ha añadido a Francia y a Dinamarca en su lista de países de alto riesgo por COVID. Esto supone que los viajeros procedentes de estos países, entre los que también se encuentran Noruega, Andorra y Líbano, deberán guardar cuarentena si no están vacunados.La parte positiva es que no hay ninguna duda de la efectividad de las vacunas para mejorar el pronóstico de la enfermedad: menos gravedad de los síntomas, menos posibilidad de ingreso hospitalario y de ingreso en UVI, y menos mortalidad.

Menos hospitalizaciones y menos muertes

Por ejemplo, en el caso de España, en noviembre de 2020, alrededor de 1,500 personas eran hospitalizadas cada día por COVID. Ahora, con el mismo número de casos, ese número está en 300. Y hay incluso mejores noticias si miramos el número de fallecidos. En noviembre de 2020, alrededor de 300 personas fallecían cada día por COVID. Ahora, con el mismo número de casos, ese número está en 30.Sin embargo, es evidente que los vacunados, bien porque han aparecido nuevas mutaciones o porque la vacuna ha perdido eficacia con el paso de los meses, siguen contagiándose y contagiando. De ahí que algunas autoridades sanitarias han vuelto a decretar cuarentena para los vacunados que hubieran tenido un contacto estrecho con un contagiado, algo que se había suspendido.

Vacuna de recuerdo

De nuevo ha comenzado la carrera por la vacunación, en esta ocasión por una dosis de recuerdo, que será habitualmente la tercera, tras las dos que hasta ahora se consideraban como vacunación completa.Y aquí llegamos a la primera paradoja del mercado farmacéutico: que la deficiente eficacia de la vacuna va a resultar más rentable para las empresas porque supondrá la necesidad de administrar millones de dosis más.Se da la circunstancia de que los dos países con menor incidencia de contagios en la actualidad, además de tener un alto porcentaje de población vacunada, lo son con una vacuna propia, investigada y fabricada por el Estado. Nos referimos a China y Cuba.

La primera con una incidencia de 0,09 contagiados por 100.000 habitantes en 15 días y la segunda con 8,55, a pesar de que ya ha abierto sus fronteras. Es evidente que las buenas cifras se deben a multitud de razones (medidas de prevención, rastreo, control de fronteras, etc.), no solo a la vacunación, pero nunca sería posible sin una buena vacuna.

Vacunas en la UE

Pues bien, ninguna de las vacunas chinas o cubanas (son varias) han sido aprobadas ni en Estados Unidos ni en la UE, ni siquiera son aceptadas para entrar desde esos países. Es otra de las paradojas, los europeos que viajan a Cuba y a diferentes países donde se ha vacunado con vacunas chinas, comprueban que no les contagian los vacunados con las vacunas estatales. Incluso se mueven en un entorno de menos contagios que en sus países de origen, en los cuales esas vacunas no se consideran válidas.

Las únicas vacunas aprobadas en la UE son las de Pfizer, Moderna, Janssen, Novavax y Astrazeneca. Las cuatro primeras son propiedad de multinacionales estadounidenses, y la quinta británica. En el caso de Astrazeneca, el Gobierno del Reino Unido participó activamente en la investigación a través de la Universidad de Oxford y la Comisión Europea también aportó financiación a cambio de negociar un precio módico por cada dosis, 2,9 euros. Finalmente, la empresa no cumplió las entregas y no se renovaron los contratos de compra. Los grandes beneficiados, Pfizer y Moderna, cuya vacuna subía de precio el 1 de agosto hasta los 19,50 y 21 euros, respectivamente, la dosis.

En estudio por la UE

La Unión Europea tiene todavía en proceso de revisión para aprobar la vacuna rusa Sputnik, que lleva en estudio por la Agencia Europea del Medicamento desde hace nueve meses, mientras millones de latinoamercianos (además de los rusos) se han vacunado con ella; la alemana Curevac (que la aprobó la OMS, pero la empresa decidió no producirla; la francesa Vidprevtyn, en estudio desde hace medio año y una de la empresa china Sinovac, que lleva en estudio desde mayo de 2021 a pesar de que en junio ya la había aprobado la OMS.Tampoco se plantea en la UE el uso de otras vacunas chinas e indias aprobadas por la OMS. Y, por supuesto, ningún estudio sobre las cubanas, que sí se encuentran en proceso de aprobación por la OMS, y con las que ya se ha vacunado a toda la población de su país, niños incluidos, además de ciudadanos de otros países como Venezuela, Nicaragua, Irán y Vietnam.

La última aprobada

Recientemente la EMA ha aprobado una nueva vacuna, Covovax, que si bien la elabora el Instituto Serológico de la India, es con licencia del laboratorio estadounidense Novavax, es decir el negocio siempre es para Estados Unidos. En cualquier caso, el destino de esta vacuna será preferentemente para el fondo Covax, creado por la ONU para destinar a los países empobrecidos.No había ninguna duda de que la pandemia de COVID iba a ser un negocio para unas determinadas empresas, ya en el mes de abril revelamos en Sputnik los fondos de inversión que se encontraban entre el accionariado de estas empresas. Lo que parece más insultante todavía es el mecanismo de elección de las vacunas que se aprueban y compran por parte de la UE.

Mil dólares por segundo de beneficios

Mientras que no se seleccionan vacunas elaboradas por empresas estatales o se descartan las que se aprobaron pero en entidades sin ánimo de lucro, como AstraZeneca (2,9 euros) o Johnson & Johnson (6,9 euros), las tres empresas, Pfizer, BioNTech y Moderna, que están detrás de las dos grandes vacunas elegidas por la UE están ganando 65.000 dólares por minuto gracias al COVID-19.

Según un nuevo análisis de la Alianza Popular para las Vacunas (PVA, por sus siglas en inglés) estas tres compañías (Pfizer y BioNTech colaboran de forma conjunta) obtendrán este año unos beneficios antes de impuestos de 34.000 millones de dólares, lo que equivale a más de 1.000 dólares por segundo, 65.000 dólares por minuto o 93,5 millones de dólares al día.

Se eligen las más sancionadas

Pero además se trata de empresas que tampoco tienen detrás una trayectoria muy honorable en cuanto a ética empresarial. Recientemente tres investigadores estadounidenses han publicado en la revista ‘JAMA’ un trabajo de varios años donde han recopilado todas las multas económicas impuestas a grandes empresas farmacéuticas por actividades ilegales cometidas entre 2003 y 2016, el último año del que hay datos.La información la obtuvieron del Departamento de Justicia de EE.UU., la Comisión de Bolsa y Valores, la Agencia de Protección Ambiental y las fiscalías de los Estados. Todo ello lo completaron con información solicitada a través de la Ley de Libertad de Información.Pues bien, en el número dos de empresas farmacéuticas sancionadas tenemos a Pfizer con 18 multas que ascienden a 2.910 millones por diversos motivos: soborno, ocultación de información, daño medioambiental, comisiones ilegales, publicidad engañosa, etiquetado, o relacionados con los precios.Pero es que la empresa más sancionada es GlaxoSmithKline o GSK, que está implicada en el desarrollo de otra vacuna pendiente de aprobar por la UE, la anteriormente citada Vidprevtyn, en asociación con la empresa francesa Sanofi. No la han aprobado pero ya han logrado venderle a la Comisión Europea 300 millones de dosis.Según la investigación de la revista Jama, GSK ha sido condenada en 27 ocasiones, lo que le ha supuesto más de 9.700 millones de dólares —los precios han sido ajustados por los autores a la inflación de 2016— en multas. Buena parte del total corresponde a la sanción de 3.000 millones de dólares que le impusieron en Estados Unidos en 2012, y que se convirtió en la mayor de la historia jamás pagada por un gigante farmacéutico.Como puede consultarse en la sentencia, los delitos cometidos por GSK fueron «la promoción ilegal de ciertos medicamentos recetados, su falta de reportar ciertos datos de seguridad y su responsabilidad civil por supuestas prácticas de reporte de precios falsos».

El negocio de los test

Pero el negocio del COVID no sale solo de las vacunas, también está la empresa Abbottautores del test de antígenos, que se encuentran en cuarto lugar en sanciones con 11 multas y 2.581 millones entre 2003 y 2016. Solo en el segundo trimestre del 2021, Abbott vendió alrededor de 1.100 millones en productos relacionados con la detección del COVID-19.En conclusión, una vez más se confirma que el capitalismo es ese sistema que necesita que las guerras no terminen porque se acabaría el negocio de las armas, que el crimen no pare porque se terminaría el negocio de la seguridad y que las enfermedades no se curen porque no habría ganancias para las farmacéuticas. Por eso, para esto último, hay que apartar a quienes quieran cometer el sacrilegio de curar sin hacer negocio, competencia ilícita le llaman.

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