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Intervención por histeria: cuando EEUU cazó un fantasma comunista en la República Dominicana

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Imagen: Soldados estadounidenses en la República Dominicana, 1965

SPUTNIK

Por Denis Lukyanov

La historia de las intervenciones estadounidenses es larga. EEUU dedicó una parte considerable de su existencia a injerencias en los asuntos de países extranjeros. El principal objeto de interés siempre ha sido su ‘patio trasero’: América Latina y el Caribe. El 28 de abril de 1965 el foco de atención se centró en la República Dominicana.

Las causas de la intervención estadounidense en la República Dominicana pueden parecer banales. A Washington no le gustó la revuelta de los rebeldes constitucionalistas liderada por el coronel Francisco Caamaño. Los rebeldes reinstauraron la Constitución de 1963 y exigieron el regreso del expresidente Juan Bosch que había sido derrocado en 1963 por un golpe de Estado militar. Entretanto, Caamaño fue proclamado presidente interino.

 
No obstante, una parte del Ejército dominicano, que estaba en desacuerdo con las acciones de los rebeldes constitucionalistas, resistió. En el norte del país se formó una nueva junta militar y así arrancó la guerra civil. El entonces presidente de EEUU, Lyndon Johnson, bajo el pretexto de la necesidad de evacuar a sus ciudadanos, envió tropas a la República Dominicana dando inicio a la Operación Power Pack.

Inicialmente se habló del envío de unos 500 efectivos de la Infantería de Marina, sin embargo, para el 1 de mayo la cantidad de soldados norteamericanos en la república alcanzaba 12.000. El Gobierno de la URSS exigió convocar una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU. Entretanto, el presidente Lyndon Johnson declaró abiertamente que su país logró impedir la llegada de los comunistas al poder en la República Dominicana.

Sputnik cuenta los pormenores de aquella intervención estadounidense que se cobró más de un millar de vidas. 

La motivación estadounidense

La intervención en la República Dominicana es un ejemplo emblemático de la injerencia estadounidense en los asuntos internos de un país soberano en la época de la Guerra Fría. En ese caso, la política intervencionista de Estados Unidos no solo se manifestó en el envío de las unidades militares, sino también en la campaña propagandística y la involucración directa de la inteligencia estadounidense.

La intervención estadounidense en la República Dominicana de 1965 no fue la primera en la historia de este país caribeño. En 1916 Estados Unidos ya realizó una campaña militar en la parte este de La Española. La ocupación que siguió a la intervención duró ocho años y allanó el camino al ascenso al poder de Rafael Trujillo quien tuvo las riendas del país durante décadas. Trujillo se caracterizó por su anticomunismo por lo cual su Administración convenía a los intereses de Estados Unidos. 

Cuando asesinaron a ese dictador en 1961, el país por primera vez en muchos años tuvo la oportunidad de elegir su propio destino y en 1962 se celebraron elecciones democráticas en las que ganó el demócrata de la izquierda Juan Bosch. El nuevo líder prometió redistribuir las tierras entre la población del país, luchar contra la corrupción y nacionalizar ciertas compañías, lo que evidentemente no le convenía a Washington.

Bosch esperaba que Estados Unidos no permitiría que lo derrocasen, pero se equivocó y en septiembre de 1963 se produjo un golpe de Estado encabezado por el general dominicano Elías Wessin y Wessin, y Washington no movió ni un dedo para impedir el derrocamiento del presidente democráticamente elegido. El nuevo Gobierno del país no se preocupó por las reformas ni por la corrupción.

Entonces, cuando un grupo de jóvenes oficiales liderado por Francisco Caamaño llamó el 24 de abril de 1965 a reinstituir a Juan Bosch, la población en su mayoría lo apoyó.

Esta rebelión fue bastante inusual para América Latina porque los rebeldes simplemente pedían restaurar el orden constitucional que estuvo en efecto antes del golpe de 1963. Los constitucionalistas tomaron la capital del país, Santo Domingo, al día siguiente.

Wessin y sus militares partidarios trataron de retomar el control sobre la ciudad con los tanques, pero se enfrentaron a una dura resistencia no solo de los militares partidarios de Juan Bosch, sino también de los miles de civiles armados. 

Así comenzó la guerra civil en la República Dominicana. Los primeros días de los combates demostraron que los constitucionalistas tuvieron una ventaja estratégica y que ellos con toda probabilidad iban a ganar lo que preocupó muchísimo a Estados Unidos que no pudo permitirse perder la influencia sobre el país que estuvo dentro de su esfera de interés. 

La injerencia y su desenlace

La embajada norteamericana en Santo Domingo diariamente enviaba informes sobre la rebelión poniendo de relieve que estaba encabezada por los comunistas y partidarios de la Revolución cubana lo que condujo al envío de las tropas por parte de Estados Unidos a este país caribeño el 28 de abril de 1965. Pero Washington tuvo que actuar rápidamente porque los eventos se desarrollaban de manera rauda y de hecho tomaron desprevenida a la gestión militar de EEUU.

Pero el hecho de que EEUU tachara de comunistas a los líderes de la rebelión constitucionalista no significaba que ellos de verdad lo fueran. En realidad, los comunistas dominicanos también fueron sorprendidos por la revuelta y al mismo tiempo no apoyaron a Juan Bosch porque creían que él era proestadounidense. Pero el presidente Lyndon Johnson y su Administración creían que él simpatizaba con los comunistas y por eso no pudo permitir que los constitucionalistas triunfaran.

La meta oficial del envío de las tropas fue evacuar a los ciudadanos estadounidenses del país caribeño y EEUU no tuvo ningún problema en cumplir este objetivo, no obstante, una vez hecho el trabajo, Washington tuvo que buscar otro pretexto para dejar sus tropas en la República Dominicana. El 2 de mayo de 1965 se dirigió a la nación y dijo que los Estados americanos no permitirían la instalación de otro Gobierno comunista en el hemisferio occidental. 

La invasión en la República Dominicana no fue una simple intervención militar. EEUU empleó todos los recursos disponibles para operar efectivamente en el país. Incluso la CIA llevó a cabo varias operaciones en su territorio con tal de debilitar a los rebeldes. Pronto EEUU presionó a la Organización de los Estados Americanos para formar una fuerza militar y enviarla al país.

Para mediados de mayo de 1965 la cantidad de efectivos estadounidenses en la República Dominicana y cerca de sus costas alcanzaba las 24.000 personas. Sin embargo, los constitucionalistas todavía no se rendían. En los meses siguientes hubo varios intentos de negociaciones, pero la mayoría de ellos fracasó. También hubo intentos de lanzar ofensivas contra los constitucionalistas, pero tampoco tuvieron éxito.

En agosto, diferentes bandos del conflicto alcanzaron una tregua. El 1 de junio de 1966, durante la ocupación militar estadounidense, se celebraron las elecciones en las que ganó Joaquín Balaguer, que gobernó la República Dominicana en los periodos 1960-1962, 1966-1978 y 1986-1996. Su llegada al poder marcó el regreso del país caribeño al autoritarismo patrocinado por Estados Unidos.

Luego, Lyndon Johnson admitió que sus temores en cuanto a la amenaza comunista en la República Dominicana fueron exagerados. Años después, en junio de 2016, la Organización de los Estados Americanos votó a favor de una declaración de «desagravio», en la que pedían perdón a la República Dominicana por la agresión estadounidense de 1965.
 

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