El histórico dirigente social kawésqar Carlos Edén Maidel falleció a comienzo de marzo en Nueva York, a los 79 años de edad. Vivía en esa ciudad desde 1978, cuando arribó en calidad de exiliado, tras sufrir prisión y tortura como prisionero político, resultantes de una comprometida vida política que inició muy joven.
Acostumbrado a los rigores de una vida difícil, como sus ancestros canoeros, Carlos fue un hombre que nunca ambicionó atesorar bienes materiales, llevando una vida modesta pero intensa, marcada por un honesto compromiso con la justicia social, y en pro del reconocimiento de su cultura ancestral, que vive los efectos finales de un secular abandono, equivalente a un verdadero genocidio perpetrado por intereses privados al amparo de los Estados de Chile y Argentina.
Carlos Edén, en forma consecuente proyectó también sus esfuerzos hacia la lucha antidictatorial del pueblo chileno, como parte esencial de su amplio compromiso con los Derechos Humanos.