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Finalmente, cambio en el gabinete

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Patricio Guzmán S.

Finalmente, mientras continúa la caída de popularidad y aumenta el rechazo del gobierno de Sebastian Piñera, se ha producido el largamente anunciado cambio de gabinete. Con ello Piñera intenta que sean los fusibles quemados los que paguen los platos rotos de la situación económica que se deteriora con un crecimiento a la baja, el empleo difícil y precario, la ola de cierres de empresas y conflictos sociales al alza. Los trabajadores de Chuquicamata han votado la huelga, los profesores continúan su movilización nacional, los portuarios en Valparaíso han anunciado que vuelven a la movilización por incumplimiento de los acuerdos de los que el gobierno es garante. La promesa de que «Vienen los tiempos mejores» es una promesa claramente incumplida.

Cuando ha transcurrido un año y tres meses de gobierno, ya es el segundo cambio de ministros. Podría decirse incluso el tercer ajuste si se considera que Marcelo Rojas solo alcanzó a permanecer 90 horas en el cargo de cultura y debió ser reemplazado incluso antes de asumir efectivamente, tras el amplio rechazo a su nombramiento por sus anteriores dichos públicos contra el Museo de la Memoria, al que calificó de montaje y otras lindezas similares.

Sin embargo, el actual ha sido un cambio de gabinete limitado y de profundidad insuficiente, nada augura un giro de timón a políticas económicas y sociales fracasadas respecto a las promesas con que la derecha llego al gobierno. Es difícil entender que Piñera haya mantenido a Marcela Cubillos, ministra de educación que ha enfrentado muy mal el masivo paro y movilización docente, que ni siquiera se presentó a la comisión de educación de la Cámara de Diputados a la audiencia en la que debía comparecer junto con los dirigentes de Colegio de Profesores, y que como planes de su cartera anunció el fin de las asignaturas de Historia y Educación Física para Tercero y Cuarto Medio, reformas ampliamente rechazadas por profesores, académicos y especialistas en curriculum y salud, tampoco se entiende la permanencia del ministro Chadwick, el primo del presidente, que con sus declaraciones prestó cobertura al asesinato por Carabineros del joven Camilo Catrillanca, y que claramente ya no tiene el piso político para ejercer su función de Ministro del Interior.


La salida de Emilio Santelices de la cartera de Salud era esperada, además de polémicas por declaraciones poco afortunadas pagó el costo de una mala gestión, y de problemas que se arrastran por años de falta de infraestructura hospitalaria y consultorios, y el impacto de recursos millonarios que se destinan a la privatización encubierta, con el envío de pacientes que deberían ser atendidos en el sistema público al privado, agravando la limitación de recursos del sistema de salud, después de la crisis de legitimidad del sistema de AFP en pensiones se avisoran grandes protestas por el estado de la Salud Pública.

Otro cuya salida se rumoreaba era Roberto Ampuero de Relaciones Exteriores, a pesar de ser una apuesta personal de Piñera, el ex ministro con su gestión ideológica, alineado con EEUU más papista que el Papa contra Venezuela, mientras que poco después de la performance de Sebastian Piñera en Cúcuta, en el intento de desestabilizar al gobierno de Nicolas Maduro, esto se contradijo con los encuentros posteriores de Sebastian Piñera con los representante de China, así con una política exterior errática y contraria a la unidad latinoamericana por parte del gobierno, Ampuero estaba claramente desgastado.

Otro que salió es José Ramón Valente de la cartera de Economía, lo que era esperable por el mal comportamiento de la Economía chilena y su empecinamiento comunicacional en augurar tasas de crecimiento en las que a esta altura nadie creía y sin impulsar politicas contra cíclicas para estimular un crecimiento que estába en el centro del relato con el que Chile Vamos llegó al gobierno, y que está completamente al debe.

Salió del Ministerio de Desarrollo Social el ministro Moreno, pero como en las sillas musicales fue designado en cartera de Obras Púbicas. La consulta indígena impulsada por Alfredo Moreno ha sido un fracaso, el intento de modificar la Ley Indígena (Ley 19.253), para facilitar la penetración del gran capital en el territorio de los pueblos originarios ha sido rechazado por la mayor parte de la comunidades de las distintas etnias. De la misma manera el Plan Araucanía terminó en nada, saboteado además desde dentro de la coalición de gobierno por aquellos que ven al mapuche como un enemigo interno, un potencial terrorista al que hay que aplicar solo mano dura, este sabotaje tomó forma con la represión a las comunidades y el asesinato del joven Camilo Catrillanca, después de este asesinato el ministro era un pato cojo.

Susana Jimenez salió del ministerio de Energía, se vincula su caída con el mal desempeño en la crisis energética que dejó en mayo a 200 mil hogares de Santiago sin energía eléctrica, y el fiasco del llamado «medidor inteligente»

Pero ni la salida de los ex ministros anteriores, ni el llamado como ministros a algunos que lo fueron en el primer gobierno de Sebastian Piñera, parece mucho más que cambios de rostros desgastados, sin tocar el fondo de una política de gestión fracasada,

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