Semanario SurAndino
Neoliberalismo expandiendo sus viejas bases
Extractivismo y dominio del capital financiero
Si alguien pensó en un gran cambio se equivoca, los empresarios han vuelto a imponer sus condiciones, claro que en un marco defensivo
porque su gran problema es la expansión y para ello se necesitan ciertos prerrequisitos políticos que no existen y, lo que parece más complejo, no hay posibilidad en el corto plazo de que se puedan constituir.
Pero, no significa que el país no camine de acuerdo a cómo lo ha hecho durante las últimas cinco décadas, bajo la hegemonía de los grupos financieros y extractivistas, en el marco de un régimen excluyente y una obscena desigualdad estructural.
¿Qué viene por delante? La inexistencia de una fuerza de izquierda, deja a las actuales agrupaciones socialdemócratas y liberales con licencia para inventar el país que quieran, pero no logran ponerse de acuerdo, ya que mantienen diferencias en cuanto al modelo económico, un elemento crucial a la hora de construir el nuevo orden que el país necesita. Las actuales condiciones son una bomba de tiempo y la forma en cómo esta se desactiva es en donde se concentran las discrepancias. La Derecha insiste en el chorreo después de un fuerte crecimiento de las utilidades de las empresas, mientras que las fuerzas gobiernistas plantean que se necesita introducir dosis de equidad al capitalismo chileno, a través de acuerdos, y utilizando solo el camino institucional, no teniendo condiciones propicias para un avance, aplazando toda iniciativa política.
Pero el modelo avanza y aunque no lo hace en términos expansivos ideales para los empresarios, continúa extendiéndose sobre la base de principios que todos conocen.
Extractivismo y capital financiero
La expansión limitada del modelo se nota en las actividades ligadas el extractivismo, minero, forestal, inmobiliario, salmonero y otros, en el que tenderán a irrumpir ciertos aires de capitalismo de Estado tanto en el litio, cobalto y otros minerales críticos.
Por su parte, el capital financiero seguirá expandiéndose, a pesar de algunos traspiés como el ocurrido en el factoring y el temor de las AFP a que el 6% de aumento de las cuotas previsionales no les sea asignado en su totalidad. Pero al margen de aquellos casos, BlakRock sigue expandiéndose en el país y fondos locales se asocian con sus símiles del extranjero, sobre todo de Brasil, consolidando su incremento. Así, tanto la industria extractivista como los fondos de inversión y demás activos financieros, continúan como eje del modelo económico neoliberal chileno y no existe alternativa viable en el horizonte, de esta manera, no tiene resistencia a su expansión, aunque tal como se expresó anteriormente, limitada por la crisis social y política del país.
En este sentido, la gran tarea para la muy dispersa izquierda chilena es precisamente rearticularse al calor de la lucha por los derechos del pueblo, que es la única forma de resistencia viable y productiva al modelo, pero construyendo en dicho contexto, el proyecto de sociedad alternativa.
La oposición al extractivismo debe hacerse desde diferentes dimensiones, ya sea desde la ecológica hasta la economicista, pero todas ellas serán de corto aliento si no se inscriben tras la perspectiva de construir una sociedad alternativa.
A pesar de la crisis el modelo continúa expandiéndose y lo hace acorde con el diseño estructural impuesto hace 50 años. Así, explotar en forma intensiva y sin objeción los recursos naturales permite que el país “crezca” en modo veloz y seguro.
La explotación indiscriminada de los recursos naturales y la especulación financiera, son los principales ejes sobre los cuales el modelo se desarrolla.