por Lucía Tolosa
Marta Sanz (Madrid, 1967) asegura que sus palabras no son políticamente incorrectas, sino incorrectamente políticas. La escritora que hoy me abre las puertas de su casa es una mujer elegante, lúcida y humilde a partes iguales. Sanz, que prefiere navegar entre dudas y preguntas antes que hacerlo con una maleta de ideas dogmáticas, es una persona despierta. Reivindica el humor porque comprende su poder: por eso cultiva la ironía y nos regala textos ácidos y punzantes. Ahora, Sanz vuelve al ruedo con Monstruas y Centauras. El ensayo, publicado por Anagrama, reflexiona en torno a los principales acontecimientos que han marcado la agenda feminista de los últimos meses.