Marco González Pizarro
En los últimos meses hemos visto cómo se agudizan las contradicciones en la burguesía nacional chilena y en el imperialismo burgués.
En el plano internacional, especialmente relevantes son las fricciones imperialistas con China, que muestran cuan aterrorizados están los dueños del capital, al ver con impotencia que no pueden doblegar al gigante asiático, siendo sobrepasados por una economía de base comunista.
En efecto, China es potencia mundial a partir de la instauración del colectivismo socialista, desde 1949, con la Revolución lograda por Mao Tse Tung, donde la alianza con la URSS fue fundamental en el surgimiento de esta nación, toda vez que gracias también a la base colectiva soviética de producción, luego de la II Guerra Mundial, la URSS llegó a constituirse en potencia nuclear, la que de inmediato compartió con China transformándola en inexpugnable para el capitalismo.
No obstante, ambas potencias a la larga cedieron notables espacios a la economía capitalista, debido a no contar con una estrategia de desarrollo hacia el socialismo mundial.
Por porfiado que parezca, esto requiere ser estudiado en el sentido auténtico del socialismo, en cuanto a cómo se gestó esta desviación y sus consecuencias, partiendo de la base que no obstante, como administración de las conquistas de Octubre, la colectivización fue un hecho en la ex URSS hasta su término, y es aún la norma de una base estructural industrializada de China.
Debemos hablar en esencia, que sobre la base de las conquistas de Octubre, socialistas y soviéticas, Stalin renunció a luchar contra la crisis capitalista en los años 30, pactando con la burguesía imperial alemana, de Hitler y la Italia de Mussolini, principales amenazas capitalistas para la paz de Europa, que en definitiva terminó en la guerra más extensa y cruenta de la Humanidad.
En definitiva la tercera internacional, fundada por Lenin para superar la socialdemocracia francesa y alemana que apoyaron a sus burguesías en la 1ra guerra mundial, pactó a su turno con estas burguesías, renunciando a luchar junto a la clase obrera europea, para evitar la segunda guerra mundial.
Trotsky evidenciando este error, fundó la Cuarta Internacional, para continuar luchando por el socialismo en el mundo, profetizando la caída de la Rusia soviética debido a la desviación nacionalista estalinista.
En el fondo, Stalin no se planteó que se trataba nada más de vencer a unas burguesías destrozadas por la primera guerra mundial y la subsecuente crisis de 1930. Mas la debilidad de la dirección revolucionaria de la ex URSS, tomó el camino del socialismo en un solo país, apoyando, como en Chile el 36, Frentes Populares en alianza con lo que se denominó burguesías progresistas, para crear condiciones objetivas supuestamente inexistentes en los países “atrasados” para la Revolución Socialista.
La referencia histórica es necesaria para no cometer nuevamente errores. Dos veces, la Internacional socialista primero, y comunista después, pactaron con el enemigo que por cierto, apenas pudo, traicionó su palabra.
Hoy, como en estas dos mega conflagraciones, con millones de muertos, la guerra es una urgente necesidad del capitalismo actual. Y tras el crack de 2008, busca una salida, que no llega.
Tras diez años de ralentización ex post a la crisis, la tendencia a la depresión económica, como el 29 es una realidad. La tasa de ganancia descrita por Marx es efectivamente finita y se presenta como el más agudo problema basal sin solución del capitalismo.
La necesidad de crisis permanentes para generar espacios de competencia, como línea natural de la competencia, tiende también a agotarse en si misma, creando fricciones cada vez más fuertes, que hacen chocar a las fuerzas productivas con gran destrucción.
En este horizaonte, el imperio se gragea guerras desde la segunda guerra, para anestesiar sus dolores. Corea en los 50, Cuba en los sesenta, Vietnam en los sesenta e inicios de los 70. Nicaragua el 89, Irak dos veces, en 1991 y en 2003. Siria fue un gran experimento con Francia e Israel, que antes derrocaron al líder libio Gadhaffi.
Las guerras resultan por tanto esenciales al imperialismo para conquistar nuevos mercados y volver a generar espacios de apropiación privada.
Lo relevante para los socialistas, es que al revisar la Historia, todas estas crisis del capitalismo, han devenido en crisis sociales. Y en conquistas de poder.
Y tras esas luchas, las conquistas revolucionarias, como en Octubre del 17 y en la China de Mao, que resultan esenciales para contener la voracidad capitalista. Son esas conquistas las que friccionan y tensionan del todo al capitalismo. El choque con lo esencial de las conquistas proletarias del S XX, pone en total peligro al capitalismo, que por ello, se encuentra herido de muerte.
El poderío militar de Rusia, principal y más claro oponente a Usa, es heredado de la colectivización soviética. Conforme esta poderosa matriz, Stalin, una vez adentro del más alto desarrollo socialista, genera el enorme poderío militar soviético, superando a Usa. Una vez que Mao funda el Estado comunista Chino, compartió de inmediato su tecnología nuclear con China, cerrando la entrada de Usa a la revolución maoista.
Los sucesivos choques extremos del capitalismo, tienen hoy una expresión de guerra comercial con China, mientras amenaza Venezuela e Irán, economías igualmente socialistas, ricas en petróleo. Plantea además un eje nuclear en Corea del Norte, y en Venezuela, Rusia puso dos bombarderos nucleares a Maduro.
La guerra atómica es la última línea de la burguesía industrial de Occidente, y fuerza un debate de un sentido claramente fuera de lugar como solución de los problemas del mundo.
Los problemas del mundo no se solucionan con guerras, sino con paz.
La paz es esencial para no dañar el planeta.
Para terminar estas amenazas, debemos levantarnos como alternativa frente al colapso capitalista. Y nuestra primer tarea de propaganda debe ser luchar por la transformación total del modo de producción capitalista, tomando el Estado para colectivizar la producción y posibilitar el acceso de todos los ciudadanos a mejores condiciones de vida.
Es preciso señalar que USA junto a Israel y Francia, hoy constituyen una peligrosa triada, que ha hecho alianza en varios frentes, el último, Siria. Los ataques israelíes a Siria y la escalada de Trump en el Golfo de Irán, los hacen temibles. Pero nada más es una estrategia del capital para safar de la crisis capitalista mundial. La amenaza de guerra de mayor envergadura está puesta en la mesa según el propio Trump ha dicho.
La Revolución frente a estos verdugos de la Humanidad está en desarrollo. El desafío que tenemos por delante entonces es tal vez la más crucial que como civilización hayamos desarrollado, es la organización del planeta en base a un código de creación y desarrollo pleno y socialista. La propiedad capitalista está derruida en un bolsón de mentiras y falsas realidades. No pueden avanzar.
En nuestra región, Piñera, Bolsonaro y Macri, un tridente de oro para la derecha, han resultado ser la mejor antesala para lograr el control social de la producción. La burguesía va en picada con el modelo de Piñera, cae ya hace rato con Macri, y tuvo su primer campanazo con Bolsonaro.
Es nada más el reflejo del modelo depredador neoliberal que funciona en base al imperialismo. A su turno los bloques social demócratas y demo cristianos, tampoco son dique para el sistema, mientras por la ultraderecha buscan espacios salidas de corte fascista, sin encontrarla.
Este vacío de expectativas será total luego de que estos gobiernos llenos de eslogans y falsas promesas, toquen fondo. En ese momento es cuando debemos mostrar una coherencia genuina de ideas socialistas para enfrentar la crisis.
Para lograrlo, la actual vanguardia socialista debe consolidarse. Los bloques derechizados de la centro izquierda, repugnan y la asfixia en el sistema es aguda. Las masas ya no respiran tranquilas el ambiente de sobre explotación, menos sin expectativas reales de mejorar su calidad de vida.
Mientras la derecha se vuelve hacia un desastre, la izquierda debe volver a su raíz originaria. Enseñar con el ejemplo vivo de Bolivia, la colectivización de riquezas en el Estado, como elemento esencial de desarrollo.
En este plano, Bolivia se alza como aliado estratégico, esencial desde luego para que las masas comprendan el sentido de un desarrollo socialista. Desde la experiencia del pueblo boliviano, Chile debe avanzar, para desde allí intentar la reconstrucción socialista de Chile.
En pensiones, todo el ex bloque socialista incluido Rusia dejó el modelo privado de pensiones, quedando tan solo 12 países en sistema privado, y 180 en reparto.
En Chile la superestructura capitalista tambalea quizás más que en ninguna parte. Su principal debilidad es el entramado ideológico capitalista extremo.
Por ello, especialmente sensible a las fuertes tensiones. Chile representa el 0,53% del PIB de Usa. Es una economía dependiente en extremo. Puede ser sencillamente fatal para el Chile capitalista una crisis con una nueva fuga de capitales en fondos de pensiones. Y el paso que necesitamos para tomar el control de los medios de producción en Chile.
Los hechos desencadenantes están sobre la mesa en el contexto de polarización que otorga Donald Trump, donde el caos es la lógica, replicada por los títeres de Usa, Macri, Bolsonaro y Piñera. Todos cooperando con su granito de arena a la mega debacle de la principal economía mundial que está en marcha.
En un escenario de esta magnitud, los trabajadores debemos estar atentos y organizados, para planificar estadios de control de esta crisis al parecer terminal del capitalismo. Por ello, esta vez, la amenaza de destrucción planetaria es tanto más peligrosa, y obliga a organizarnos también para impedirla a como de lugar.
La radiación nuclear controlada es una quimera en manos de personeros ajenos a la realidad de las masas del mundo entero. No podemos permitir la eclosión que vivimos, menos la solución a través de una guerra nuclear.
Tampoco podemos aceptar ningún tipo de movimiento bélico, como el reciente despliegue directo contra Irán, o las amenazas a Venezuela.
Nuestras más genuinas raíces lucharon por la paz en 1917, y luego se ha usado la energía nuclear para autodefensa.
Es hora de que la amenaza capitalista cese sobre la humanidad. La paz es un objetivo estratégico, y la forma de enfrentar la eclosión social, es con un uso colectivo de la riqueza, desde el Estado Socialista.
Por lo pronto, hay una mega crisis del capitalismo en marcha, y no se presenta más que la guerra para crear un espacio relevante de crecimiento global. Antes bien, China resulta irreductible, y junto a Rusia ex socialista, plantean una influencia en dos tercios del orbe. El capitalismo occidental también tiene fuertes fricciones, entre Europa y Usa la tensión es alta, por lo que el bloque hegemónico Usa-UK, clásico anglosajón, lejos de tener salida, tiene los días contados.
UK está en ingobernabilidad por el Brexit. La realidad le pasa la cuenta de suyo a los lores ingleses, y se desmorona el Imperio frente a Europa. Los comunes obligan a la porfiada clase dominante británica, lo que será también un fuerte golpe al neoliberalismo. Trump ha llegado a UK ante una dimitida primer ministro conservadora, y trata desesperadamente reponer la necesidad de romper con Europa.
En suma, las salidas con uso de la fuerza, le están vedadas a Usa, y la derrota comercial es evidente. El efecto será una crisis interna en el país de George Washington que deberán resolver nuestras fuerzas socialistas, donde nuevamente Bernie Sanders suena para reforzar la idea de los EEUU socialistas.
Es necesario entonces, volver desde las raíces, a la tradición bolchevique, que está anidada en el mundo entero, y entender que sin perjuicio de las conquistas socialistas, la estrategia de la tercera internacional, terminaron por ceder ex ante a la segunda guerra mundial, momento en que se erige nuestra internacional, para que los trabajadores del mundo tuvieran una herramienta que enfrente al capitalismo. Hoy, en apoyo irrestricto a China y Rusia, condenamos al imperio capitalista y sus alianzas neoliberal con UK, y nuclear capitalista con Israel y Francia.
Pero también proclamamos la necesidad del socialismo mundial, y nos preparamos para que la crisis del capitalismo permita la emergencia de Estados socialistas para avanzar a una federación mundial socialista.
POR UNA SALIDA SOCIALISTA A LA CRISIS MUNDIAL
NO A LA GUERRA IMPERIALISTA
CONDENAMOS TODO USO DE LA FUERZA MILITAR CONVENCIONAL Y NUCLEAR
EN CHILE, FUERA LOS ESPECULADORES CON FONDOS DE PENSIONES
POR UN ESTADO SOCIAL DE DERECHOS
Marco González Pizarro, junio de 2019.