FRANCESC FERRER I GUÀRDIA, UNA EVOCACIÓN…
Pepe Gutiérrez-Alvarez
El 13 de octubre de 1909 fue fusilado el pedagogo Francisco Ferrer Guardia.En la Barcelona de los años sesenta, todavía se escuchaba hablar de la Ferrer y de «Escuela Moderna», sobre todo entre los trabajadores veteranos que habían perdido la guerra, sin duda el anarquista catalán más conocido de su época sobre el que Albert Camus diría que “pensaba que nadie era malo voluntariamente y que todo el mal que hay en el mundo proviene de la ignorancia. Por eso los ignorantes lo asesinaron y la ignorancia criminal se perpetúa todavía hoy en día a través de nuevas e incansables inquisiciones. Sin embargo, delante de ellas algunas de sus víctimas, como Ferrer, siempre estarán vivas“.
El historiador de cine, Richard Porton vincula a Ferrer con Emma Goldman porque ambos “extendieron la indivisilidad de teoría y práctica a la política sexual, el arte de vanguardia y la pedagogía radical” (2002; 15).
Maldecido durante el franquismo –que fue especialmente brutal contra los maestros como detalla un documental tan necesario como La República de loa maestros-, Ferrer siempre fue objeto de la admiración del pueblo trabajador, eso es algo que siempre ha estado en el ambiente, hasta en los años más oscuros. No hace mucho que en Andalucía una anciana prima de mi padre me cantaba una canción sobre Ferrer i Guardia que había aprendido de niña.
Nacido en el seno de la una familia campesina, Francecs era el séptimo en una prole de once hijos. Su primera experiencia escolar le causó una impresión imborrable, que le hará decir décadas más tarde: “Educar equivale a domar, adiestrar, domesticar (…) para hacer la bases de la Escuela Moderna no tengo más que tomar lo contrario de lo que viví en mi infancia”. Republicano federal, se distanció de estos para aproximarse al anarquismo, y tomar buena nota de las propuestas pedagógicas de Paul Robin.
Habría para una buena película con toda la trama de su vida, del juicio y muerte, y de hecho ya existe una buena literatura. Pero siendo Ferrer todavía una figura “controvertida” para la derecha del país (en su biografía de Cambó, el académico conservador Jesús Pabón, lo describió como “el gran hombre era un nombre a media. Medio Landrú; a medias inteligente e ilustrado; educador a medias y a medias hombre de acción; a medias trabajador material, maestro sin título, y burgués adinerado”), la única vía posible han sido al menos dos documentales de cierta entidad”. ¿Quién se acuerda hoy de Jesús Pabón ni de todos aquellos que vieron en su fusilamiento un acto de “cumplimiento de la ley”?