[Imagen: Mujeres en marcha apoyando la huelga de mineros de 1984-85 en Gran Bretaña]
7 de marzo de 2021
Tanis Belsham-Wray, Leeds, Socialist Party (CIT en Inglaterra y Gales)
El 8 de marzo de este año se celebra el 110º aniversario del Día Internacional de la Mujer. A lo largo de los años ha habido un intento sostenido de eliminar el origen socialista del día y que se convierta en un día de celebraciones individuales.
Aunque no es malo dar a conocer los logros individuales de las mujeres a lo largo de la historia, es importante que este día siga desempeñando el papel de reunir a socialistas y sindicalistas para luchar tanto contra la opresión de las mujeres como contra el capitalismo.
El Día Internacional de la Mujer fue propuesto por los marxistas: Clara Zetkin y otras en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres celebrada en Copenhague en agosto de 1910. El primer Día Internacional de la Mujer se celebró posteriormente, el 8 de marzo de 1911, con manifestaciones en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. El sufragio femenino fue un tema clave de la jornada, pero no el único.
A nivel internacional, en numerosos países se había producido un aumento del movimiento por el voto y también una mayor militancia entre las trabajadoras. En Gran Bretaña, a finales de la década de 1880, se produjo el nacimiento de un “nuevo sindicalismo” y el crecimiento de los sindicatos “generales” más combativos, que organizaban a los trabajadores “no cualificados”.
El número de mujeres en el lugar de trabajo aumentó, sobre todo en los sectores textil, de la confección, del tabaco, del trabajo administrativo y en algunos sectores de la industria manufacturera. Aunque sólo representaban aproximadamente el 10% del total de los afiliados a los sindicatos, desempeñaban un papel fundamental en la organización de la mano de obra no cualificada.
En la huelga de mujeres de la compañía Bryant y May, en 1888, 1.400 trabajadoras se pusieron en huelga para exigir condiciones de trabajo seguras, una jornada laboral más corta y mejores salarios.
En 1906, hubo una huelga de trabajadoras del yute no sindicadas en Dundee, Escocia. En 1910, las mujeres fabricantes de cadenas de Cradley Heath (West Midlands, Inglaterra) se declararon en huelga por los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo. Estos son sólo algunos de los conflictos de la época.
Las trabajadoras no se limitaron a hacer campaña sobre cuestiones laborales, sino que también desempeñaron un papel fundamental en el movimiento sufragista. En Lancashire (condado de Inglaterra), decenas de miles de trabajadoras del sector textil apoyaron la campaña para conseguir el voto. Veían el voto no sólo como algo para las mujeres de clase media, que probablemente votarían a los conservadores o a los liberales, sino como un arma para cambiar sus condiciones de vida. Querían luchar por la igualdad salarial, el control de la natalidad, la mejora de las condiciones de trabajo y las oportunidades educativas.
Sindicatos
Gracias a estas luchas, las mujeres se incorporaron a los sindicatos y al movimiento político. Se consideraban parte del mismo movimiento, no dos luchas separadas.
Esto también ocurrió a nivel internacional. El 8 de marzo de 1908, 15.000 trabajadoras del sector de la confección se manifestaron en Nueva York exigiendo el derecho al voto y también una semana laboral más corta y mejores condiciones de trabajo…