Una vez más, las fuerzas que sostienen y se benefician del orden neoliberal en Chile han lanzado un ataque en regla contra el pensamiento crítico y emancipatorio, esta vez recortando la asignatura de Historia de los planes de estudio de la Enseñanza Media. Lo intentaron infructuosamente el año 2010, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, cuando su ministro de Educación, Joaquín Lavín, intentó disminuir a la mitad las horas de enseñanza de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en la Enseñanza Media. La firme resistencia de las comunidades educacionales, encabezadas por historiadores/as, profesores/as y estudiantes de Historia se lo impidió.
No obstante, desde el segundo gobierno de Michelle Bachelet, en el Ministerio de Educación (MINEDUC) y en el Consejo Nacional de Educación (CNED) empezó a gestarse una nueva reforma destinada a impedir el desarrollo de pensamiento crítico y emancipatorio en la juventud a través de la enseñanza de la Historia en los liceos y colegios. Esta vez, el MINEDUC y el CNED han elaborado un plan que consiste, fundamentalmente, en reducir la enseñanza obligatoria de Historia, limitándola hasta 2° Medio y haciéndola “optativa” en 3° y 4° Medio, en “competencia” con asignaturas como Educación Física, Arte y Religión.
El MINEDUC y el CNED pretenden justificar este cambio enarbolando la reintroducción de la Filosofía (hecho que ciertamente valoramos), la enseñanza de “competencias ciudadanas” que sean útiles para la vida (en clara alusión a la dimensión económica de esta) y la “formación ciudadana”, desatendida por el sistema educacional desde hace décadas. No obstante, un análisis -así sea somero- de estos argumentos revela su inconsistencia.
Estamos ante una tentativa de adecuar la Educación Media a las necesidades del sistema capitalista neoliberal, buscando reforzar solo aquellas competencias de los estudiantes en tanto futuros trabajadores y consumidores acríticos del modelo. El centro de esta reforma tecnocrática (urdida por ocho personas, cuatro de ellas designadas por Bachelet, una por Piñera y tres por distintos organismos educacionales públicos y privados) tiene un claro contenido ideológico pues busca conquistar la hegemonía sobre los usos sociales de la memoria y de los saberes históricos, despojando de estas competencias a quienes más lo necesitan. Se trata de una operación política y cultural deliberada, implementada por la alta tecnocracia estatal cuya expresión arquetípica en este caso queda reflejada en la actual composición del CNED: ocho personas, ninguna de las cuales pertenece al área de las Humanidades, de las Ciencias Sociales, de las Artes ni de la Educación Física.
La concepción burocrática de los cambios propuestos se refleja también en la nula participación efectiva de las comunidades educacionales, en particular del profesorado, y en la peregrina idea de que es posible detener la enseñanza de la Historia al término de 2° Medio sin que ello conlleve un daño formativo mayor de los estudiantes. Cualquier experto en Historia y Ciencias Sociales sabe, por ejemplo, que la comprensión de los complejos procesos de la Historia Mundial requiere mayor madurez emocional, social e intelectual. Pareciera ser que los ideólogos de esta reforma entienden la Historia como el aprendizaje memorístico de fechas, personajes y “realizaciones”, desvinculadas de procesos más profundos, concepción que los mueve a pensar que el saber producido por esta disciplina es “prescindible” justo en el momento en que los individuos empiezan a adquirir mayor madurez.
Por otra parte, la reflexión ciudadana integrada, desvinculada de los procesos históricos (económicos, políticos, sociales y culturales) solo puede traducirse en adoctrinamiento para la formación de sujetos irreflexivos, incapaces de contrastar conceptos teóricos con la realidad pasada y presente, por ende, dóciles reproductores del orden existente. Lo que significa, al mismo tiempo, privarlos del ejercicio efectivo de su soberanía, desmintiendo de paso, el supuesto objetivo de “formación ciudadana”.
Estas razones nos llevan a expresar, de la manera más decidida nuestro rechazo a esta nueva reforma neoliberal.
Llamamos a las comunidades educacionales y a la ciudadanía en general, a organizarse y movilizarse para resistir la inducción a la desmemoria, la ahistoricidad y el sometimiento al “pensamiento único” de esta malhadada reforma.
Santiago, 26 de mayo de 2019.
Las adhesiones pueden dirigirse a la plataforma change.org en Internet:
También al siguiente correo: sergiogreztoso@gmail.com
PRIMEROS FIRMANTES
Sergio Grez Toso, Universidad de Chile
Igor Goicovic Donoso, Universidad de Santiago de Chile
Karen Alfaro Monsalve, prodecana Facultad de Filosofía y Humanidades Universidad Austral de Chile (Valdivia)
Gabriel Salazar Vergara, Premio Nacional de Historia 2006
Pablo Aravena Núñez, director Instituto de Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso
Patrick Puigmal, vicerrector de Investigación y Posgrado Universidad de Los Lagos (Osorno)
Robinson Silva Hidalgo, director de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile (Valdivia)
Fernando Venegas Espinoza, director del Departamento de Historia de la Universidad de Concepción
Pedro Rosas Aravena, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Pablo Artaza Barrios, Universidad de Chile
María Angélica Illanes Oliva, Universidad Austral de Chile (Valdivia)
Julio Pinto Vallejos, Premio Nacional de Historia 2016
Mario Matus González, director del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile
Jorge Pinto Rodríguez, Premio Nacional de Historia 2012
Adriana Palomera, Universidad de Santiago de Chile
Lautaro Núñez Atencio, Premio Nacional de Historia 2002
Beatriz Areyuna Ibarra, decana Facultad de Pedagogía Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Alberto Díaz Araya, director de Investigación y Posgrado Universidad de Tarapacá (Arica)
Cristina Moyano Barahona, directora Departamento de Historia Universidad de Santiago de Chile
Nelson Castro Flores, director carrera de Historia Universidad Viña del Mar
Fernando Pairican, Universidad de Santiago de Chile
Rodrigo Ruz Zegal, Universidad de Tarapacá (Arica)
Yvette Lozoya, Universidad de Valparaíso
Carlos Mondaca Rojas, Universidad de Tarapacá (Arica)
Alejandra Brito Peña, Universidad de Concepción
Claudio Pérez Silva, Universidad de Valparaíso
Carlos Choque Mariño, Universidad de Tarapacá (Arica)
Alexis Meza Sánchez, Director de Gestión y Aseguramiento de la Calidad, Universidad de Los Lagos (Osorno)
Claudio Aguirre Munizaga, Universidad de Tarapacá (Arica)
Sergio Baeza, presidente Sociedad de Historia de San Antonio
Marcela Cubillos Poblete, Universidad de Valparaíso
Alessandro Monteverde Sánchez, Director Departamento Disciplinario Historia Universidad de Playa Ancha (Valparaíso)
Francisca Fernández, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Juan Carlos Gómez Leyton, Universidad de Playa Ancha (Valparaíso)
Luis Alegría Licuime, jefe Centro de Imágenes, Museo Histórico Nacional
Eduardo Godoy Sepúlveda, Universidad de Santiago de Chile.
Hernán Camarero, Universidad de Buenos Aires/CONICET, Argentina
María Inés Mudrovcic, Universidad Nacional del Comahue/CONICET, Neuquén, Argentina
Jorge Alejandro Molina Jara, Director de Historia de la Población La Pincoya, académico Universidad Católica del Maule
J. Fabián Cabaluz D., Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Rafael Chavarría Contreras, Universidad de Santiago de Chile
Daniela Badani Soto, profesora de Historia y Ciencias sociales, Liceo Industrial Chileno Alemán de Ñuñoa.
José Ignacio Pérez, Universidad de Chile
Jorge Osorio Vargas, Universidad de Valparaíso
Alfredo Lastra, Academia de Ciencias de Polonia
Leopoldo Montenegro, profesor de Enseñanza Media en Historia y Ciencias Sociales
Patricio Herrera González, Universidad de Valparaíso
Luis Pino Moyano, Colegio Andino Antuquelén, San José de Maipo
Freddy Sánchez Ibarra, licenciado en Historia, Universidad de Chile
Eduardo Garín Abarzúa, profesor Liceo Guillermo Labarca, Humberstone
Felipe Alejandro Román Araya, profesor Colegio Alberto Pérez, Maipú
Marina Franco, Universidad Nacional de San Martín/CONICET, Argentina
Paula Montenegro Dihmes, profesora de Historia y Ciencias Sociales
Silvio Erwin D’Vries Arturo, Universidad del Valle, Colombia
Marcos Roitmann Rossenmann, Universidad Complutense de Madrid, España
Franck Gaudichaud, Universidad de Grenoble, Francia
Natalia Tacceta, Universidad Nacional de las Artes/UBA/CONICET, Argentina
Elías Sánchez González, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Ana González, Archivo Patrimonial Universidad de Santiago de Chile
María Inés La Greca, Universidad Nacional de 3 de Febrero/UBA/CONICET, Argentina
Hernán Delgado, Universidad de Los Lagos (Osorno)
Alejandro de Oto, Universidad Nacional de San Juan/CONICET, Argentina
Jorge Sir C., Universidad Arturo Prat (Iquique)
Yerko Monge Hernández, Universidad Austral (Valdivia)
Pablo Javier Coronel, director de Huellas de la Historia
Carlos Sandoval Ambiado, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Isidora Sáez Rosenkranz, Universidad de Barcelona, España
Sergio Estrada A., Universidad de Santiago de Chile
Rodolfo Porrini Beracochea, Universidad Nacional de la República, Uruguay
Margarita Iglesias Saldaña, Universidad de Chile
Isabella Cosse, Universidad de Buenos Aires/CONICET
Daniel Lvovich, Universidad Nacional General San Martín/CONICET, Buenos Aires
Antonio Glaría, Universidad de Valparaíso
María Elisa Fernández, Universidad de Chile
Ángela Vergara Marshall, California State University, Los Angeles, Estados Unidos
Cristóbal Videla-Hintze, director Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren (CEILER)
Abner Vega Cabrera, profesor de Estado en Historia y Geografía
María Isabel Zepeda Ortega, Colegio Larraín, Santiago
Susana Bandieri, Universidad Nacional del Comahue, Neuquén, Argentina
Ana Viveros González, Universidad de Santiago de Chile
Adriana Fernández, educadora
Claudia Beltrán Hormazábal, Universidad de Tarapacá (Arica)
Germán Rozas, Universidad de Chile
Gilda Bevilacqua, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Matías Vargas Díaz, Escuela G-346, Santa Matilde
Antoni Gavaldá, Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, Cataluña, España