Arturo Alejandro Muñoz
El presidente Gabriel Boric ha manifestado estar dispuesto a llamar al partido Demócrata Cristiano para que le acompañe en la administración legislativa del país, ello debido a la saga de problemas de gobernabilidad a que se ha visto enfrentado en los últimos meses, y a la soledad que parece estar condenado ya que sus verdaderos aliados muestran una indesmentible debilidad.
Desde algunos sectores nacen duras críticas al mandatario acusándole de haber abandonado a la izquierda, borrando con el codo mucho de aquello que escribiera y prometiera con propia mano durante la campaña electoral. Aquí al parecer hay más un nefasto resultado producto del trabajo sucio con el que la prensa canalla obnubiló al electorado que cambios ideológicos del mandatario.
El periodista y analista político Juan Pablo Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo (2005), escribe en “Politika” lo siguiente: <<El voto de los últimos comicios fue en contra de Gabriel Boric, porque se estima ha realizado una administración errante que no resuelve los problemas de seguridad, cuestión que las encuestas señalan como la principal preocupación nacional. No hay duda que ello puede obedecer más a la pobre madurez cívica del electorado que a su regresión ideológica o programática>>
Cual sea la razón, lo cierto es que el Presidente de la República no cuenta hoy con apoyo suficiente y efectivo para llevar a buen término gran parte de su programa de gobierno. ¿Cómo podría hacerlo si los resultados de los últimos comicios -para elegir Consejeros Constitucionales- arrojaron magros números para todas las tiendas de centroizquierda? ¿Qué autoridad política pueden tener los representantes de esas tiendas quienes obtuvieron menos del uno por ciento en la elección mencionada y que, sin embargo, han sido llamados por el presidente Boric para sentarse a conversar sobre la necesidad de retomar la agenda gubernamental?
Digamos además que el partido democristiano -que aparece en el horizonte del gobierno como una posible tabla de salvación- mostró también un magro resultado en tales comicios, y que vive además una tensa situación donde aún no se barrunta el escenario que podría ser el definitivo.
Al presidente Boric le afirma hoy, con mayor fuerza que el resto de las agrupaciones políticas adherentes, el partido comunista, tienda que obtuvo el 5% de los sufragios convirtiéndose en el principal partido del gobierno. Pero, ese porcentaje está muy lejos del obtenido por una agrupación que pertenece al sector más extremo de la derecha criolla -el partido Republicano- que tan sólo en algo más de un lustro de presencia y acción política ha logrado el 35,4% de los sufragios, convirtiéndose en la fuerza partidista más votada en Chile actual.
Pero, es importantísimo mencionar el alto porcentaje de abstención ciudadana, mismo que alcanzó el 15% del padrón electoral superando los guarismos de casi todas las tiendas políticas del país. Un alto porcentaje del electorado se restó de participar en los últimos comicios; las razones pueden ser variopintas (muy entendibles algunas de ellas), mas, lo concreto es que 2.400.000 (19%) personas no concurrieron a las urnas.
Si a lo anterior agregamos los votos nulos, 2.119.488 (16,98%) y los votos en blanco: 68.490 (4,55%), obtenemos una cifra que es de verdad muy preocupante, ya que más de un tercio del electorado dio la espalda a este proceso.
¿Cómo se puede gobernar y legislar eficazmente con el respaldo de nadie? Ni izquierda, ni derecha, ni el centro (que prácticamente ha desaparecido), cuentan hoy con apoyo electoral suficiente para llevar a cabo un programa de gobierno, cualquiera sea este.
Mientras tanto, las demandas sociales siguen vigentes y en proceso de crecimiento debido a la inacabable corrupción de las autoridades políticas, judiciales, policiales y económicas del país, añadiendo a ello que grandes sectores de nuestra sociedad se percataron -aunque tardíamente- que el triunfo de la ultra derecha iba en abierto menoscabo de sus necesidades y esperanzas, a la vez que el voto de castigo al gobierno del presidente Boric abriría caminos para la irrupción de un posible gobierno en las sombras en manos de extremistas conservadores – y ultranacionalistas con fanático fervor religioso- que siempre han desdeñado al pueblo y abominado de la democracia cuando ella no les asegura sus intereses.
Las demandas sociales siguen vigentes, y creciendo… vigentes, y creciendo…
Otro mas que defiende la democracia. Una vez mas lo voy a decir. esta de mocracia, la que la mayoria conoce como tal, lo unico que ha hecho en mas de cien años, es mantener el status quo, me explico, los poderes del estdo manejados por la oligarquia, partiendo por el estado de derecho, ha protegido los bienes de los grandes terratenientes, las fuerzas represoras y al gran capital en toda la historia politica de chile. En resumen, votemos por quien sea que nos quiera representar, y gane las elecciones, no se moverán ni un ápice las reglas establecidas a favor de la clase oprimida, haga lo que haga nuestro representante. Y les aseguro que mientras las cosas sigan así, la plata, las armas, la tierra, y la ley, seguiran en las mismas manos. Les apuesto lo que sea. Soy partidario de una republica popular, con una asamblea constituyente, con la tierra administrada por la revolucion, para garantizar el alimento de la poblacion, con educacion gratuita, agua administrada tambien por la republica, sin pesca de arrastre, y muchos otros etcs. que sin duda, haran de esta nacion un pais diferente, justo, con igualdad de derechos, con gigantescas ferias libres en todas las regiones, con pueblos originarios felices, y con hartas abejas. Es posible, solo que esta maravlla no se consgue haciendo una raya cada cuatro años. piénsenlo.