por Mario A. Correa
Comando Jungla se cae a pedazos.
El Ministro Chadwick reconoció que uno de los Carabineros perteneciente al Comando Jungla -y que participaba del operativo que terminó en la muerte del comunero Catrillanca- destruyó evidencia: la tarjeta de memoria de la cámara GoPro que portaba.
Consecuencia de lo anterior es que presentaron sus renuncias dos altos mandos de Carabineros: el General Victtoriano y el Coronel Iván Contreras; ambos responsables directos del Comando Jungla. Sin embargo, la responsabilidad última del diseño e implementación de este comando es de la autoridad civil, y especialmente del Ministro de Seguridad: Andrés Chadwick.
Haber impuesto una policía militarizada en la Araucanía para solucionar sus problemas era el preámbulo de una tragedia anunciada: obviamente esta fuerza de guerra iba a terminar con un mapuche fallecido. Y la responsabilidad última es de las autoridades civiles.
El Poder Político es experto en buscar chivos expiatorios para alivianar sus responsabilidades. Es muy probable se busque concentrar las culpas en quien disparó el arma contra Catrillanca, y no en quienes diseñaron la política que llevó a su asesinato.
Desde el Frente Amplio, y especialmente desde su Bancada Parlamentaria, se debe comprender que es el momento de generar un punto de quiebre definitivo con el gobierno, y levantar la protesta ciudadana como medio de presión y empoderamiento… los parlamentarios frenteamplistas deben de una vez dejar de jugar a la novela rosa, abandonar los personalismos egoístas y asumir maduramente la responsabilidad enorme que les cabe; y así empezar decididamente a presionar desde el Congreso para generar cambios en las políticas institucionales, o -en su defecto- para empoderar a la base social que depositó en ellos sus sueños y confianzas.
