Roberto Avila
Estaba terminando el gobierno de Lagos, yo trabajaba para la Cancillería, había un evento en el ex congreso, cuya naturaleza no recuerdo, coincidi a la hora del café con Carlos Parker (actual embajador en Uruguay) y Ricardo Nuñez. En el país se discutía el sucesor de Lagos, era naturalmente Insulza, bastaba un si desganado y era candidato a presidente y primer mandatario a plazo fijo.
Sorpresivamente se dirigió a nostros el presidente de la Sofofa, nos saludo cordialmente y se dirigió a Nuñez familiarmente especialmente y díjo » ya, dejense de gueviar los socialistas y pongan a Insulza», se río el mismo de su gracia y se retiro, en voz alta, a modo de despedida, díjo, apenas lo pongan me llaman.
No había que tomar la fruta ella caía en la mano.
Hoy Insulza mendiga quejumbosamente que lo derroten en la más rasca de las primarias socialistas.
Ser y tiempo. Heidegger.
Hay que tomar la micro antes que parta y no antes que llegue.
