La decisión de bajar candidatura abre nuevos escenarios en el oficialismo
Réquiem de Lagos: El tren de consecuencias que se viene en la Nueva Mayoría
El ex mandatario dio un paso al costado y echó a correr una carrera contra el tiempo para salvar lo poco que queda de Nueva Mayoría. Las primarias se ven cada vez más lejanas y las posibilidades de que se mantenga la unidad del oficialismo puede solo lograrse, curiosamente, a través de la muñeca del ahora ex candidato. El escenario está muy abierto y con altas posibilidades de duros enfrentamientos.
EL CIUDADANO. JOSÉ ROBREDO H.
Siete meses pasaron desde que el ex presidente Ricardo Lagos anunció, con bombos y platillos en radio Cooperativa, que estaba disponible para una nueva aventura política: llegar a ser el candidato de la Nueva Mayoría con miras a las elecciones del 19 de noviembre próximo. El revuelo y la expectación fueron inmediatos ya que, por fin, el hombre del “partido del orden” llegaba a instalarse en la primera línea del conglomerado oficialista.
Lagos, quizás el último representante activo de la Concertación, logró en su minuto remover los cimientos de la Nueva Mayoría, cuando el senador Alejandro Guillier aún dudaba sobre su postulación presidencial y Sebastián Piñera galopaba en las encuestas sin la menor barrera en el horizonte. Eso era septiembre de 2016, pasó el tiempo y llegando a 2017, lo que pareció un tren que arremetía se fue convirtiendo en una carreta tirada por un viejo caballo.
El candidato Lagos se presentó para los resabios de la Concertación, dispersos en cada una de las orgánicas que componen la Nueva Mayoría, como una oportunidad de reinstalarse en el escenario político y, por cierto, tensionar al oficialismo en la disputa interna de profundizar las reformas o priorizar la política de los consensos. Incluso, el ex presidente publicó el libro “En vez del pesimismo”, texto en el que presentaba sus propuestas de programa “con miras al 2030”, tal como decía el también ex enviado especial para el cambio climático de la ONU.
Además, logró operar en la estructura del gobierno de Michelle Bachelet, llevándose a su comando a Máximo Pacheco, entonces ministro de Energía, y poniendo en Justicia a su hombre en el radicalismo, el ahora ministro Jaime Campos.
Pero la candidatura de Ricardo Lagos no prendió en las encuestas, incluso su nivel de rechazo aumentó. A esto se sumó que se desarrollaba el proceso de refichaje de las tiendas políticas, las que -salvo el PPD- no se allegaron a su figura para llevar a cabo el proceso, siendo la primera señal de que no contaba con el total beneplácito de los partidos. A eso se sumó que la adhesión en las encuestas por Alejandro Guillier aumentaba y el pragmatismo comenzaba a operar en favor del representante radical.
Entonces, los rumores de la caída del ex presidente comenzaron a sonar fuerte durante el verano. El PPD no podía cumplir la fecha del refichaje y aparecía la opción del PS para apoyar la candidatura, claro que sin entusiasmar a los socialistas. El escenario se complicaba con la proclamación de los radicales como candidato presidencial de Alejandro Guillier, mientras que en la DC el nombre de Carolina Goic tomaba estatura de aspirante a La Moneda.
La partida de ajedrez se complicaba cada vez más para Lagos, hasta que este domingo el Partido Socialista le cerró finalmente la puerta a todas sus aspiraciones. No le quedó otra alternativa que capitular al ex mandatario, el que señaló en la hora del adiós que “he puesto todo mi empeño por llevar este mensaje político a los chilenos, pero veo también que en mi propio espacio político, la centroizquierda, no se ha provocado una convergencia en torno a este proyecto”.
Lagos bajaba la cortina y con ello se inicia un efecto dominó del que aún no existe certeza en qué puede terminar, parafraseando al cientista político y académico Ernesto Águila, quien cree que hay una generación política que quiere mandar al asilo a los viejos representantes concertacionistas.
Nueva Mayoría: ¿Cerramos por fuera?
Tomando en cuenta el escenario que se ha ido construyendo en el conglomerado oficialista -a saber, con Guillier apoyado por los socialistas y los radicales, el PC haciéndole ojitos, junto con el MAS y la Izquierda Ciudadana; la DC postulando a la senadora Carolina Goic, con muchas voces llamando a ir directo a la primera vuelta de noviembre; y el PPD dejando caer a Lagos- las condiciones para que se sostenga el conglomerado oficialista son complejas.
Según señala Águila a El Ciudadano, en este escenario “se podía anticipar que la decisión del PS entre Lagos y Guillier se estaba jugando el futuro del entendimiento de un sector de la izquierda y la DC. El triunfo de Guillier hacía inviable la candidatura de Ricardo Lagos, ya que sólo le quedaba el respaldo de un debilitado PPD, era cosa de horas la renuncia”. Junto con lo anterior, el académico cree que las condiciones para que se concrete la primaria oficialista son mínimas, ya que en la DC “están dispuestos a perder una primaria con Lagos pero no con Guillier, considera que eso la termina por desperfilar”.
Para el Director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, el escenario del fin de la Nueva Mayoría que se proyecta en las actuales condiciones es más bien una reafirmación del estado de coma en el que se encuentra desde hace un tiempo el conglomerado. Esto dado que, según sostiene, “esto sería más bien rematar a la Nueva Mayoría, que durante el gobierno de Bachelet tuvo varios momentos de indisciplina legislativa”.
Sin embargo, Morales rescata que la figura del ex presidente puede tener gran importancia en la supervivencia del conglomerado oficialista, considerando que puede ser la llave para -al menos- mantener con vida la primaria entre los senadores Goic y Guillier. “Lagos es más importante ahora que antes, es más importante como líder político que como candidato. Él puede lograr que la Nueva Mayoría sobreviva si le entrega su apoyo a la candidatura de Carolina Goic para las primarias”, sostiene, y agrega que “si le da un apoyo para cualquiera sea su decisión, el ex presidente estaría contribuyendo a dinamitar el conglomerado. Tiene la sartén por el mango”.
Jubilazo
Otra de las consecuencias de la decisión de Lagos es que queda en evidencia que los estandartes de la transición comienzan su retirada a los cuarteles de invierno, con su historia a cuestas y sus discursos en la maleta. Un hecho que inevitablemente llegaría, aún más cuando hay una generación que está esperando su oportunidad.
Lo que pasó el domingo 9 de abril puede considerarse como el primer gesto de esta generación de tomar el puesto de sus padres, lo que Ernesto Águila sostiene señalando que “creo que es cada vez más inviable el regresar a la lógica política de la Concertación“. Y además recalca que “en el PS se dio la señal de tener voluntad de llevar su estrategia política por ese lado, el espacio de lo que fue la Concertación se cerró con la bajada de Lagos”.
Al ser consultado al respecto, Morales cree que los viejos estandartes mantendrán su vigencia a través de la figura de Goic, ya que “buscará mantener todo lo bueno de la antigua Concertación y todo lo novedoso de la Nueva Mayoría. Ella se va a presentar como la candidata institucionalizada frente al candidato outsider, que es el mejor escenario de competencia”. Y agrega que “ella con el apoyo de Lagos y el apoyo de la DC estaría fortaleciendo el eje histórico, no el PS-DC, sino que el de Lagos como símbolo socialista y el mundo democratacristiano“.
“Creo que hay que observar una nueva generación que quiere jubilar a la anterior, hubo algo de eso en el comité central del PS”, sostiene Águila, tras ser testigo de la votación del domingo.
Parlamentarias y cuchillos largos
Uno de los elementos que puede significar un punto de encuentro para la Nueva Mayoría, y con ello la posibilidad de sobrevivir a esta tormenta, es el lograr concretar una sola lista parlamentaria, que considerando las condiciones del nuevo sistema electoral y la correlación de fuerzas, puede ser una posibilidad para sostener este proyecto.
Así, la ingeniería electoral, cosa que los partidos del oficialismo manejan bastante bien, comenzará a operar con tal de mantener los actuales cupos y, por qué no, aspirar a lograr nuevos asientos en el Congreso. Claro que la cosa no será coser y cantar, considerando los ánimos al interior del conglomerado.
Para el académico de la Universidad de Talca “las parlamentarias pueden servir como cemento al interior de la Nueva Mayoría, ya que si la DC decide ir a primera vuelta y el resto de los partidos le dicen ‘ok, ve a primera vuelta y arma tu propia lista parlamentaria’, la DC queda desmedrada tanto para la presidencial como para la parlamentaria”.
Mientras que Águila difiere de la posición de Morales, pues entiende que “la DC por decisiones más técnicas que políticas ya había anunciado el ir con dos listas, ya que hay diputados que quedaron en el mismo distrito y la única forma es sacrificar a parlamentarios que estén en funciones”. Por ende, cree, “este escenario hace que se vaya a varias listas. La lista parlamentaria única era el cemento para mantenerse unido, ahora ya no es tal”.
Sin embargo, Morales ratifica su posición considerando que “esa amenaza que puede hacerle la izquierda a la DC también podría conducir a que se negocie una lista única o dos listas equilibradas por el peso de cada partido y darle peso al candidato presidencial del pacto”.
Ahora, claramente algunos quieren encontrar responsables para el actual momento del conglomerado y cobrar la revancha correspondiente. Se entiende por ello que, por ejemplo, la votación que sepultó las aspiraciones de Lagos en el PS fueran secretas y no a mano alzada, como dice la tradición.
¿Temporada de cuchillos largos? Las señales dicen que sí y el académico Águila lo ratifica, en medio de sonrisas.
A su turno, Morales sostiene que “los cuchillos largos siempre han existido, pero sí, ahora están más afilados que antes“.