Andrés Figueroa CornejoEl reciente 29 de noviembre, en la biblioteca del Liceo Confederación Suiza de Santiago, se celebraron los 20 años del Foro por el Derecho a la Educación Pública. El espacio reunió a un complejo de organizaciones del ámbito de la enseñanza entre las que se contaron la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), la Federación de Trabajadores/as de la Educación Pública (FENAEDUP), dirigentes del Colegio de Profesores y del Servicio Local de Educación Pública de Atacama, entre otros y otras.
La presentación del Foro planteó que, «Tras años de luchas donde el movimiento social por la educación develó la crisis del sistema neoliberal, hoy nos enfrentamos a la crisis terminal de la educación pública y su sentido está a punto de diluirse en la competencia educativa», y añadió que, «sabemos que para incidir en la transformación del sistema educativo es necesario un movimiento social por la educación que sea fuerte, con actoras y actores educativos organizados, con estudiantes, trabajadores/as, familias y organizaciones populares que vean en la escuela pública una herramienta de emancipación (…) inclusiva, comunitaria, feminista, multicultural y democrática».
El encuentro propuso a los expositores y asistentes pronunciarse sobre dos preguntas clave: ¿Qué lecciones aprendidas dejan los períodos de auge del movimiento social por la educación y cómo construir el movimiento social por la educación que se necesita en estos tiempos?
Las intervenciones: sin movimiento social no hay reforma educativa democrática y popular
El evento inició con el análisis del historiador y profesor universitario Cristian Matamoros, quien se basó en su propia obra Nuevas historias de la educación durante la Unidad Popular, para referirse al proyecto de esa época, la Escuela Nacional Unificada (ENU).
Al respecto, Cristian Matamoros señaló que, «la ENU jamás logró implementarse. Fue un informe que buscó experiencias del pasado del país para elaborar un proyecto educacional más integral, capaz de articular el estudio y el trabajo. La ENU aspiró a una enseñanza nacional, unificada, diversificada, democrática, solidaria, pluralista, productiva, integrada a la comunidad, científica y tecnológica, humanista, presente en el sistema escolar y extraescolar», y agregó que, «una cuestión muy importantes es que la ENU se propuso la unificación de un sistema fragmentado por niveles (preescolar, básica y media) y por áreas (científico-humanista por un lado, y técnica por otro), de manera de superar esa balcanización, incluso en la formación de los profesores».
Matamoros detalló que la ENU fue lanzada por el Gobierno de la Unidad Popular en el verano de 1973, pero «ya en marzo de ese año se inició un movimiento bastante fuerte en su contra por parte de la oposición. De hecho, nosotros concluimos que las fuerzas socialistas no tuvieron una táctica para defender el proyecto de la ENU. Debido a esa carencia concreta, pensamos que cualquier reforma educacional de carácter democrático y popular que elaboremos en la actualidad, necesariamente debe ser impulsada por un poderoso movimiento social».
A su turno, la lideresa docente y presidenta del comunal Copiapó del Colegio de Profesores y Profesoras, Yariela Ardides, abrió inmediatamente los fuegos, expresando que, «como es de público conocimiento, llevamos 76 días movilizados en medio de una lucha muy dura. Sobre todo, cuando muchos pensamos erróneamente que este gobierno tendría una perspectiva progresista para enfrentar los múltiples problemas que azotan a la enseñanza pública de la región de Atacama. A diferencia de lo que ocurre en el Colegio Nacional de Profesores en Santiago y sus disputas internas, en provincia nosotros simplemente somos comunidad y a ella nos debemos».
La dirigenta Ardides recordó que las causas de la extensa movilización de la comunidad escolar provienen «de la crisis financiera, cultural, de infraestructura y legal del Servicio Local de Educación Pública de la zona (SLEP). Mucho tiempo antes, nosotros habíamos denunciado que el SLEP no iba a funcionar, entre otras cosas, por las enormes distancias entre los distintos establecimientos escolares del territorio; porque ni siquiera se informó sobre el nuevo sistema, ni el Mineduc conoce la realidad de la región y la comuna».
Por su parte, la representante de la Federación de Trabajadores/as de la Educación Pública (FENAEDUP), Carolina Pizarro, se refirió al individualismo y atomización de las entidades de la educación, las cuales «nos hacen mirarnos más hacia adentro que hacia los demás. Creo que si potenciamos los problemas locales y pequeños de cada cual, podemos tender puentes de confluencia en temas más generales, por ejemplo, en el ámbito de la alimentación escolar».
El responsable de las relaciones públicas de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Gael Palapes, en su exposición dijo que, «nuestras demandas están asociadas a las condiciones en las que debemos asistir a clases y a las reivindicaciones de nuestros profesores. Como ha sido históricamente, nos sentimos un sujeto social dinamizador de las transformaciones y un actor relevante de las luchas populares», y sumó que, «más allá de las necesarias demandas del movimiento estudiantil y de su propia reconstrucción, también nos encontramos creando un proyecto que mejore nuestras vidas y que rompa con la educación sexista. Uno de nuestros objetivos es llegar a los sectores que no están convencidos».
Gael Palapes enfatizó que, «sufrimos una frecuente represión del Estado a través de los carabineros. Como no tenemos nada qué perder, ni siquiera una educación que coincida con nuestras necesidades, pues nos movilizamos permanentemente. Y precisamos de toda la comunidad educativa para conquistar la vida que nos merecemos».
El debate
Llegado el momento de la discusión de los asistentes al Foro, el presidente del Sindicato de Profesionales de la Educación de San Joaquín, Víctor Venegas, manifestó que, «con el chantaje de la imposición institucional de los Servicios Locales de Educación Pública, se está agudizando la crisis de la enseñanza neoliberal. Sin dudas, cualquier reforma educacional que elevemos desde nuestros espacios debe ir acompañada de la movilización social», y agregó, «¿cómo nos unimos cuando lo fundamental no es el Estado, sino lo comunitario?».
Asimismo, el profesor de Historia Roberto Vergara comentó que, «para conquistar nuestros proyectos se requiere la coordinación de las fuerzas sociales y políticas. Yo pienso que el problema se encuentra en la tecnocracia dominante, ese fenómeno que ha despolitizado y arrebatado los aspectos culturales del debate educativo», y añadió que, «los gobiernos no han desmunicipalizado la educación pública, sino que la han tercerizado mediante aparatos híbridos como los SLEP. Es decir, sólo se ha cambiado la administración de la educación pública de un sostenedor a otro».
Consuelo Chaparro de ONG Entorno acentuó que, «en Chile resta menos de un 30 por ciento de educación pública. La privatización y mercantilización de la enseñanza ha avanzado dramáticamente, de tal modo que las relaciones de solidaridad se ven duramente obstruidas».
Maule por una Nueva Educación se llama la agrupación a la que pertenecen Alejandra y Macarena Villarroel. Ellas distinguieron dimensiones de la educación rural, sin romantizar, pero destacando iniciativas como la agroecología. Además, vehementemente se ubicaron sobre el camino de la movilización social tras el objetivo de implementar una enseñanza pública, ya no administrada exclusivamente por el Estado, sino por las propias comunidades, de manera territorial.
Finalmente, el integrante del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH) y de Centro Alerta, Juan González, en línea con los diagnósticos y evaluaciones realizadas, planteó que, «desde ha muchos años hemos visto cómo la educación pública se ha ido destruyendo y corporativizando. Estamos en un punto tal que es urgente terminar de pelear por lo políticamente viable para pasar a luchar por lo políticamente imposible».
El Comité Ejecutivo del Foro informó sobre sus próximas actividades respecto de la lucha contra la criminalización de las y los estudiantes que hoy siguen movilizados. Igualmente, comunicaron que la próxima asamblea general del espacio se efectuará en enero del 2024, cuyo propósito es persistir en la producción de experiencias y políticas para un proyecto educativo público y comunitario desde el movimiento social.