Diario U de Chile. Martín Espinoza C. |Miércoles 11 de octubre 2017 19:16 hrs.
El ex secretario general del PS, Edgardo Condeza es duro con las últimas dirigencias de su ex colectividad. Cree que actúan de forma autoritaria, que no consideran la opinión ni de la militancia ni de la ciudadanía y que se han convertido en los escuderos del neoliberalismo. Por todo eso, y más, su militancia no daba para más y después de 43 años decidió no refichar.
Después de 43 años de militancia en el Partido Socialista este año Edgardo Condeza, a la hora del refichaje, decidió no prestar su firma. Está molesto con cómo se han hecho las cosas en su partido y es crítico con las dirigencias que han llevado al PS adonde está.
Condeza acarrea hoy una bandera: la de la participación ciudadana. A su juicio las cúpulas dirigenciales de los partidos, el Poder Ejecutivo y el Legislativo son los que concentran plenamente la capacidad de tomar decisiones. ¿Y la ciudadanía, cuándo? ¿Por qué no? Son algunas de las preguntas que plantea con naturalidad.
¿Qué desembocó en la decisión de no volver a firmar por el PS?
Yo no he dejado de ser socialista. Renuncié a la militancia en este partido que se denomina socialista, pero yo sigo siendo socialista. Decidí renunciar a la militancia después de 43 años en el PS por las siguientes razones: la política es una actividad muy honrosa, que debe ser realizada con principios como la ética y la esperanza. En general, los principales dirigentes del PS no han actuado de acuerdo a una ética, ni a principios, ni ideales. Además han menospreciado las decisiones democráticas que se han tomado dentro del mismo partido.
Ante los fraudes, la colusión, la contradicción de los acuerdos democráticamente alcanzados, el menosprecio de la opinión de los ciudadanos, la destrucción del medioambiente, el financiamiento de las candidaturas por parte de grandes empresas, la privatización de nuestros recursos naturales, de las carreteras, puertos, las AFP, la concentración de los medios, el sistema financiero, la despreocupación que han tenido estos dirigentes de los pueblos aborígenes. Todo eso ha determinado que Chile sea uno de los países más centralistas y desiguales del mundo. Frente a esta situación se hacía insostenible la militancia.
Dice que renunció a su militancia, pero no a ser socialista. ¿El PS ya no es socialista?
No, no es socialista. Todo esto que mencioné ha contado con la aprobación del PS. Los dirigentes -no los militantes, que son distintos- han sido responsables de la situación en que nos encontramos.
¿Es decir que, dentro del arco ideológico, el PS se posiciona como un partido defensor de los intereses del sistema neoliberal?
Sí. El PS en las privatizaciones que mencioné ha hecho caso, menospreciando la opinión de los ciudadanos. Hace como 30 años que hemos venido planteando la necesidad de que existan plebiscitos: que los ciudadanos sean obligatoriamente consultados. Es imprescindible que pueda ser convocado por nosotros, es un derecho natural. Esto no se ha implementado, al igual que la revocatoria a las autoridades: toda autoridad que no cumple su programa, que es corrupta o ineficiente, debe existir la posibilidad de que los ciudadanos le revoquen el mandato y se elija un nuevo representante. Porque eso son: representantes. Sin embargo no consideran la opinión de los ciudadanos, y esto es muy grave.
¿La actual directiva del PS es la responsable de la orientación que ha tomado el partido últimamente?
La actual y la anterior, claro que sí. El Partido Socialista funciona de forma autoritaria. Un grupo de personas se ponen de acuerdo. Son representantes de “las tendencias”, que no tiene ninguna diferencia entre sí, sino que se juntan a discutir sobre cuánta cuota de poder se queda mi tendencia. Entonces ellos son los que se ponen de acuerdo de forma cupular y menosprecian lo que han decidido los ciudadanos y militantes.
Hay una desconexión entre cúpulas y las bases…
Hay un alejamiento y un menosprecio. ¡No hicieron primarias! No hicieron primarias abiertas para los candidatos a diputados y senadores. ¡Se las reparten entre ellos! Las dirigencias de los partidos, estos santiaguinos, deciden poner en regiones a puros santiaguinos.
¿Cuándo el PS comenzó a perder el rumbo, con su renovación o ya entrada la transición?
Después del derrocamiento de la dictadura. Estos dirigentes hablaban de que había que terminar con el sistema neoliberal. Los máximos dirigentes de la Concertación escribían ensayos y artículos sobre la necesidad de recuperar todas las privatizaciones que había hecho Pinochet, cosa que no se hizo, sino todo lo contrario. La Concertación fue la que privatizó el cobre, el agua potable, el mar, etcétera. Algunos pensábamos que trabajando junto al PS íbamos a cambiar esto, entonces lográbamos acuerdos, ganábamos los Congresos, sin embargo esos acuerdos eran desconocidos. Entonces esto tiene un límite, y el límite llegó con esta renuncia.
El PS, según dice, ha generado una larga distancia con los procedimientos democráticos.
Pero claro, si es un partido que actúa de forma autoritaria y desconoce la opinión de los ciudadanos. ¿Quién define las circunscripciones y distritos electorales? Los parlamentarios, ¡los mismos interesados! Eso no es así en otros países. Tampoco se fijan los suelos ellos mismos. Existe un salario mínimo en Chile, que es vergonzoso, pero los representantes tienen unos salarios y gastos enormes, que no se justifican. En EE.UU. para subir el sueldo a los parlamentarios se hacen plebiscitos. Las grandes decisiones deberían depender de los ciudadanos. Acá en Chile tenemos una semi-democracia, a medias, y eso hay que cambiarlo. Todo esto no significa decepción de la política, sino que alejamiento de los dirigentes.
¿Qué nivel de responsabilidad tiene el PS en el fracaso de la Nueva Mayoría como proyecto político y de Alejandro Guillier como candidato de la continuidad?
Los parlamentarios de todos los partidos están absolutamente desprestigiados, los dirigentes, los funcionarios de gobierno. Estar con ellos es algo que también le influye a Guillier. Estar con ellos es contaminarse con ellos.
En ese contexto, ¿cómo ve la emergencia de un conglomerado como el Frente Amplio?
Espero que el Frente Amplio ojalá aprenda de los errores de estos partidos políticos, que aprenda que no hay que actuar de forma no ética, que aprenda a que no hayan disputas internas por poder. Sería una gran cosa para Chile que exista un Frente Amplio que quiera lo mejor para aquellos que tienen más necesidades.
¿Cómo socialista, le tiene fe al proyecto que plantea el Frente Amplio?
Yo creo que hay que esperar el transcurso de su desarrollo. No puedo tener una fe ciega de un movimiento que es nuevo. Yo espero que actúe de forma positiva. Si se contamina con todos los otros partidos no los voy a apoyar, pero es necesario esperar un momento para evaluar.
En Chile todos los grandes cambios tienen dos orígenes: la presidencia o el parlamento, porque los ciudadanos no tenemos nada que hacer. Es muy importante que tengamos esta herramienta del plebiscito convocado. No es una reforma más, es una herramienta que decenas de países utilizan.