Esta carta mandé a La Segunda. Esperamos su publicación.
Señor director:
En una carta supuestamente dirigida a mí (nunca enviada) y ampliamente publicitada por su medio, algunas diputadas de derecha critican una frase mía que entienden discriminatoria contra las trabajadoras sexuales. Las diputadas, desgraciadamente, deben preocuparse por su comprensión lectora y, más aún, por su propio machismo.
La noción de ‘producto’ jamás podría referir a una persona, en mi visión de mundo. De hecho, ni siquiera se me pasa por la cabeza. Cuando me dijeron que había una polémica no la entendí y solo la logré comprender cuando pude ponerme en el lugar de alguien con una mirada perversa. Me explico. Cuando me referí al ‘producto’, lo hice asociado al concepto mismo, esto es, ‘lo producido’. Y evidentemente nunca ‘lo producido’, en cualquier tipo de comercio, podría ser una persona o un cuerpo.
La confusión de las diputadas (y desgraciadamente de la revista The Clinic) se basa en una premisa completamente patriarcal y machista (propia de las diputadas y de la revista, agrego), una premisa que señala que en el comercio sexual lo que se ofrece es «el cuerpo» y que, en tanto tal, ese sería el producto. He ahí el machismo de la lectura hecha a mis palabras. En el comercio sexual no se ofrece una mujer, ni su cuerpo, sino una hipotética satisfacción sexual para el (o la) contratante. Por tanto, cuando ellas asumen que al decir ‘producto’ digo ‘mujer’, se equivocan. Y se equivocan por machistas. Agrego que no conozco ningún trabajo, oficio o profesión que merezca una denostación (salvo por supuesto los de carácter criminal, las estafas económicas o las actividades corruptas).
Pero iré más lejos. ¿Las diputadas que firman la carta criticaron a Ena Von Baer cuando dijo que las mujeres ‘prestan el cuerpo’ en el embarazo? ¿Las diputadas criticaron a Lagos cuando dijo que a Bachelet le faltaban pantalones? ¿Las diputadas dijeron algo cuando la diputada Turres dijo que ‘hay violaciones que no son tan violentas? ¿Mandaron una carta a Piñera cuando hizo el chiste señalando que el ‘no’ de una mujer es ‘tal vez’ y que el ‘sí’ implica que ella no es una dama? Ni que decir hay respecto a la conducta de estas diputadas ante la legislación sobre el aborto, donde su posición desconoce por completo la perspectiva de las mujeres. Pues bien, la evidencia es contundente. Una perspectiva de género oportunista no es una perspectiva de género, es solo oportunismo. Espero que cambien la mirada, que enfrenten el cambio cultural de la mujer en Chile y que comprendan que nunca se puede imputar a una persona el carácter de producto, como su modelo económico sí hace y como ellas asumen (porque no pueden ver otra cosa) que yo hice en una entrevista en este mismo medio.
Alberto Mayol
Precandidato presidencial
Frente Amplio