Inicio Análisis y Perspectivas Chile – 35 años de estafas y mentiras 1990-2025 (Primera Parte)

Chile – 35 años de estafas y mentiras 1990-2025 (Primera Parte)

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por Celso Calfullan

Pondremos como punto de inicio el 11 de marzo de 1990, cuando asume el Presidente Patricio Aylwin, al que presentaron como un gran un demócrata, esto a pesar de que este personaje fue uno de los principales promotores del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 contra la Unidad Popular y Salvador Allende, que causo miles de torturados, muertos y desaparecidos.

Desde un poco antes habían empezado con la campaña de que “la gran contradicción era dictadura o democracia” nos decían que todos los problemas que tenían los trabajadores era porque había una dictadura, 35 años después de “democracia” los trabajadores y los sectores populares siguen teniendo los mismos problemas, la mayor parte de los trabajadores siguen recibiendo sueldos de miserables, los jubilados reciben pensiones de hambre, los problemas en la educación siguen siendo igual de graves, seguimos teniendo una pésima atención de salud, el déficit de viviendas sigue creciendo, entonces solo podemos sacar como conclusión que “la gran contradicción” no era “dictadura o democracia” sino el sistema económico que nos regia tanto bajo la dictadura, como bajo la democracia, o sea, el capitalismo (neoliberal o como quieran llamarlo), la gran contradicción sigue siendo “capitalismo o socialismo”.

De esos tiempos también es eso de que “la alegría ya viene”, pero después de 35 años, que es el doble de lo que duro la dictadura debemos decir que definitivamente no llego y lo peor fue eso de “justicia en la medida de lo posible”, esa política sello la impunidad de los torturadores y asesinos de la dictadura y también de los civiles de derecha que promovieron el golpe, como era el caso del propio Patricio Aylwin.

Luego vino el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, otro militante de la DC que fue uno de los partidos que estuvieron promoviendo el golpe de estado contra el gobierno legítimo de la Unidad Popular, bajo la dictadura le fue bien como empresario y amaso una fortuna al alero de la dictadura y al igual que el gobierno de Aylwin se dedicó a profundizar y “perfeccionar” el sistema neoliberal que habían heredado de la dictadura, firmando tratados de libre comercio y privatizando las pocas cosas que no habían sido privatizadas bajo la dictadura.

Bajo el gobierno de Frei Ruiz-Tagle y con el acuerdo de la mayoría de los partidos de la Concertación se privatizó parte de Codelco. Poco más de 300 mil hectáreas de yacimientos fueron traspasadas gratuitamente a empresas extranjeras. También privatizó el Puerto de Ventanas y la Termoeléctrica de Tocopilla. Frei, también, privatizó Colbún, Edelnor, Edelaysen, que producían cerca del 40% de la generación eléctrica del país.

Bajo este gobierno empezó la privatización de las empresas de agua potable. La empresa de Servicios Sanitarios de Valparaíso (Esval) licitó la venta del 35% de sus derechos, adjudicándoselos  el consorcio Enersis-Anglian Water. También enajenó las distribuidoras de agua potable de la región metropolitana, Emos, actual Aguas Andinas, la del Biobío (Essbio) y la de los Lagos (Essal).

Luego seguimos con Ricardo Lagos, otro presidente que fue continuador de las políticas económicas de la dictadura y de las administraciones de Aylwin y Frei, en varios casos tuvo que terminar con los procesos de privatización que comenzaron bajo Aylwin y Frei, como el proceso de privatización de Endesa y la empresa Metropolitana de Obras Sanitarias (EMOS).

Bajo su gobierno se levantaron diferentes proyectos viales y de infraestructura pública, que permitieron que empresas extranjeras tomaran control de nuestras carreteras

Lo peor de todo fue que bajo su mandato se impulsó el Crédito con Aval del Estado (CAE), que con los años produjo el endeudamiento de miles de estudiantes y sus familias. Ricardo Lagos con esta política criminal en educación, logro endeudar a varias generaciones vendiendo y traspasando la educación al lucro de la banca privada.

Luego vienen los dos gobiernos de Michelle Bachelet, que fue básicamente seguir administrando las políticas económicas implementadas por la dictadura y los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos e intentar dar un rostro humano a un sistema capitalista que está en completa bancarrota en todo el planeta, pero en lo concreto las condiciones de vida de los trabajadores no cambiaron bajo sus dos mandatos. Aunque algunos tratan de mostrar logros “importantes”, como una supuesta reforma de la salud (que no se ve por ningún lado, dada la profunda crisis del sistema publica que tenemos hoy), la creación del Ministerio de Medio Ambiente, la entrega de bonos a familias de bajos ingresos.

Como no mencionar los dos gobiernos del representante de la derecha Sebastián Piñera, un empresario multimillonario, que también engordo mucho su fortuna al alero de la dictadura, especialmente con el gran negocio que hizo con el “Banco de Talca”, esa es la moral de estos personajes, un mandatario que claramente gobernó para su clase y para sus intereses, prácticamente nada relevante o destacado puede ser mencionado de sus dos gobiernos, fue el presidente que tuvo que enfrentar el gran estallidos social de octubre de 2019 y que casi tuvo que salir anticipadamente del gobierno, a él le toco sufrir toda la bronca que se venía acumulando de los gobiernos anteriores pos dictadura, graficada en una frase “No son 30 pesos, son 30 años”, que nos recuerda algo que no deja de ser relevante y es que la mayoría de los ciudadanos menores de 40 años no vivieron los males de la dictadura, ellos solo han conocido a los gobiernos de la Concertación, Nueva Mayoría, de la derecha representada por Piñera y ahora del gobierno del Frente Amplio y sus aliados.

El gobierno de Boric destaca por la aprobación del TTP-11, por el salvataje de las Isapres y por la consolidación de las AFP, con la aprobación de las 40 horas, se aprobó la flexibilización laboral, algo muy anhelado por los empresarios, en otras palabras han defendido la profundización de las políticas neoliberales heredadas de la dictadura, al igual que los presidentes anteriores, gobiernos de esta supuesta “democracia” que tenemos en Chile. Una democracia que solo beneficia a los grandes empresarios, al 1% más rico de Chile, a la elite de este país.

La gran contradicción sigue siendo “capitalismo o socialismo”, si los trabajadores no somos capaces de resolver esta contradicción estamos condenados a seguir sufriendo los embates de un sistema capitalista que se basa en la desigualdad y en la miseria de las gran mayoría de la población trabajadora.

 

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