El modelo de Macri y el FMI: casi 16 millones de personas son pobres
El Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) confirmó que en el primer semestre de 2019 la pobreza fue de 35,4 %. Estos 4 millones de nuevos pobres en un año son expresión del fracaso del modelo macrista, de la pobreza estructural que hace tres décadas no desciende del 20 % (salvo 2011), y consecuencia de los planes de ajuste del FMI. El peronismo también es responsable por las leyes que le votó a Macri en el Congreso, por los mismos ajustes que aplica en las provincias que gobierna y por la CGT (Confederación General de Trabajadores) que dejó pasar todos los ataques.
Guadalupe Bravo
La Izquierda Diario, 1-10-2019
A poco más de un año de la vuelta del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la escena nacional, y de su injerencia sobre el rumbo de la economía, el Indec confirmó que en el primer semestre del año la pobreza trepó un 8,1 % interanual. La pobreza pasó de 27,3% en el 1er semestre de 2018 a 35,4% en 2019, marcando un récord en 17 años.
Son 4 millones de nuevos pobres, una realidad alarmante consecuencia del fracaso del modelo M y del ajuste salvaje exigido por el FMI, votado por los diputados y senadores peronistas en el Congreso a través de la aprobación del Presupuesto de ajuste 2019.
La pobreza duele, el 52,6 % de los niños y niñas menores de 14 años son pobres en Argentina. Y la indigencia aumentó al 7,7 %. El organismo sostuvo que el “Ingreso total familiar promedio del hogar pobre” fue de $ 18.437, siendo la “Canasta básica alimentaria promedio del hogar pobre” fue de $ 30.379. La diferencia entre ingresos y poder de consumo de bienes básicos, da como resultado la “Brecha monetaria promedio de los hogares pobres” que fue de $ 11.942.
Esta pobreza por ingresos golpea con fuerza los sectores del conurbano bonaerense, donde aumentó del 31,9 al 39,8%, afectando a 4.864.475 personas.
La pobreza estructural como disciplinadora social
En las últimas tres décadas los niveles de pobreza por ingresos en el país no descienden del umbral del 20 %. Esta realidad que implica vidas de miseria para un sector muy importante de la población, se fue consolidando, volviéndose estructural. Veamos:
Con la hiperinflación del año 1989 la pobreza pegó un salto cualitativo, principalmente porque se pulverizó el poder de compra de los ingresos, acercándose al 47 % en octubre de ese año. En los noventa, bajo el menemismo, los niveles de pobreza descendieron al controlarse la inflación, pero nunca por debajo del 20 %. Otro salto en este indicador se registró en la crisis del 2001 y en 2002 llegó al 50 %.
Tal como sostiene Esteban Mercatante el «modelo de crecimiento con inclusión»-del kirchnerismo- nunca mostró pobreza menor a 20 % excepto en 2011, y en los años siguientes fue in crescendo.
Como se ve en el gráfico, la pobreza estructural en argentina ronda el 20 %, ni peronistas ni radicales o cambiemitas, han implementado medidas de fondo para acabar con este flagelo social. ¿Por qué sucede esto? El capitalismo es un sistema de producción global basado en la explotación del trabajo humano que aumenta la desigualdad social a su paso, ricos más ricos y pobres más pobres. Según Oxfam, “La pobreza es una epidemia que afecta a millones de personas en nuestro planeta. En el mundo, 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y casi 900 millones sufren hambre, no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación.”
En argentina, las relaciones capitalistas de producción necesitan un piso de pobreza que actué como disciplinador social en los momentos de crisis y a su vez como regulador a la baja de los salarios. La precarización y los cambios en el mercado laboral desde finales de los setenta, que se profundizaron en pleno auge neoliberal bajo el menemismo, fueron sentando las bases de esta realidad que afecta a millones y amenaza el futuro de la juventud.
Acabar con la pobreza, invertir las prioridades y echar al FMI
A más de un año de la llegada del FMI, una máquina de crear pobres, los niveles de pauperización crecieron aceleradamente. Se espera que los resultados del segundo semestre del año, en los que impactará el efecto de la devaluación post PASO con una suba en la inflación, siga la misma tendencia alcista. Agustín Salvia, director del Observatorio de Deuda Social de la UCA (Universidad Católica Argentina), declaró que 2019 terminará con una pobreza cercana al 38%.
“Los que más experimentaron caídas y que explican la pobreza son estos segmentos (clase media baja), aunque la pobreza estructural se profundizó”, afirma. “A los segmentos de clases media baja la inflación les está comiendo los ahorros y los ingresos y no tienen posibilidad de dolarizarse”, señaló.
Macri se va, pero Alberto Fernández ya anticipó que seguirá pagando la deuda a los especuladores, es decir, hay FMI y ajuste para rato. Desde el Frente de Todos no explican cómo harán para combatir la pobreza y al mismo tiempo continuar pagando la deuda a los especuladores. Aunque ellos no lo digan, el resultado de seguir aplicando las viejas recetas de ajuste salvaje y reformas del FMI son mayor pobreza y hambre.
Sólo la izquierda propone poner por delante las prioridades de las grandes mayorías, atacadas día a día, a partir de implementar medidas urgentes y en base al no pago de la deuda a los especuladores. Echar al FMI se vuelve imprescindible para frenar el saqueo en curso. Macri se va, nos deja al FMI y su ajuste, para los años que vienen se necesita una izquierda fuerte.