La semana abrió con más de 5.500 casos, con menos recursos humanos y materiales.
Prensa Obrera. com
Por Martín Gamron Secretario de Interior UTS- Tribuna de Salud
La curva de contagios va en ascenso y de manera sostenida generando situaciones de angustia y zozobra en la población que no encuentra respuestas en las autoridades sanitarias. Por el contrario, la falta de previsión, inversión e insumos es más que evidente con las larguísimas colas y horas de esperas que debe padecer la población trabajadora en medio de una semana atravesada por la ola de calor y la cercanía del fin de año y las fiestas familiares.
Tanto el gobierno provincial de Juan Schiaretti como el municipal de Martín Llaryora llevaron adelante un cierre y desmantelamiento de Centros de Testeos luego de la ola de Covid anterior que no ha sido revertido ante el rápido crecimiento de la ola actual de la variante Ómicron.
Como para muestra sirve un botón, solo resta mencionar para dimensionar el ajuste en salud que para toda la ciudad de Córdoba (cerca de 2.000.000 de habitantes) existe solo un centro de testeo de 24 horas que no da abasto y el resto cierra a las 18 hs (o a veces antes por falta de personal o porque se quedan sin insumos), dejando sin atender a largas colas de pacientes, muchos de ellos con síntomas, que deben regresar nuevamente al día siguiente o muchas veces eligen pernoctar en el lugar a la intemperie y sin ningún tipo de asistencia.
La situación se torna caótica si se suma a los casos confirmados la enorme cantidad de contactos estrechos que deben encontrarse cumpliendo aislamiento (se calculaba aproximadamente 100.000 personas, aunque no existen cifras oficiales) que también deberían hisoparse (según normas del propio Ministerio de Salud).
La última novedad al respecto expresada por el ministro Cardozo es que se está estudiando la posibilidad de que se aprueben los autotest (un test que pueden hacerse los propios pacientes en sus domicilios). Esta viene siendo una demanda de los capitalistas que ven amenazada la actividad de sus distintas actividades productivas debido al impacto de la pandemia y revela la voluntad del gobierno de no dar respuesta a la demanda de la población y si de los grupos económicos.
No obstante, para detener la escalada de contagios es clave que se incorporen nuevos centros de testeos para el diagnóstico rápido y sin demora de los casos. Es necesario también que las y los trabajadores de salud sean los suficientes para brindar una rápida atención, que tengan los insumos necesarios y una remuneración mínima igual al costo de la canasta familiar. Los bajos salarios empujan al pluriempleo, y, por lo tanto, a incrementar los riesgos de contagios.
Sin embargo, luego de casi 2 años de pandemia, bajo los gobiernos de Schiaretti y Llaryora el sistema de salud y sus trabajadores se encuentran en las mismas condiciones precarias que tenían previo a la pandemia.
Las prioridades de quienes nos gobernaron en las últimas décadas son otras: someter al conjunto de los trabajadores a un brutal ajuste, conforme a las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Es imprescindible la intervención de los trabajadores, para enfrentar las políticas de miseria y ofrecer una salida a este régimen de degradación humana.