Los aceites vegetales no nacieron en la cocina.
Nacieron en la industria del siglo XX.
Canola, maíz y girasol no se exprimen como una oliva.
Primero se trituran semillas duras, no aceitosas.
Luego se extrae la grasa con solventes químicos como hexano.
Después vienen tres pasos clave:
refinado, blanqueado y desodorizado.
Así se eliminan olores, colores…
y también nutrientes.
El resultado es un aceite estable para anaquel,
pero altamente procesado.
No es grasa tradicional.
Es un lubricante industrial
adaptado para el consumo humano.











