¿Cuál es el empacho en reconocer que a veces el pueblo sí se equivoca y que éste fue el caso? Son muchas cosas las que nos llevaron a esta derrota diría -y estoy convencida- «parcial», entre ellas y fundamental fue la posición consciente de gobierno, que sólo fortaleció al Rechazo y confundió al pueblo con acuerdos por arriba, pero -¡aún así!- decisivo fue el voto de quienes antes de que fuera obligación, no votaban y que estoy convencida con Boric o sin él habrían votado diez, veinte veces más, Rechazo. Claro, el Apruebo no logró convencerles y podemos balancear muchas cosas de ello, pero creo hay que mirar más allá de esta campaña y de este proceso: se trata de un gran sector del pueblo -más grande de lo que veíamos hasta ayer- domesticado y miedoso que se compone 1) de los que «no estan ni ahí» porque «hay que trabajar igual» y «todos los políticos mienten», 2) de los que enserio creyeron en las mentiras de la derecha y se asustaron y 3) de otros que reivindican incluso a Pinochet y son abiertamente de derecha o sin decirlo reproducen esa ideología. A los dos primeros grupos tenemos que empezar a dirigirnos, eso es clave entendiendo que esta derrota no define nada y la lucha de clases es superior. Lo que no entiendo, eso si, es cómo puede haber quienes ven progresiva esta derrota desde el mundo de la izquierda extraparlamentaria cuando no se trata de un voto contra el progresismo o el mal menorismo, córtenla. Más habiendo contribuido a la confusión con una política que finalmente, llamando a la abstención, robusteció también el Rechazo, es decir, le daba cancha a la constitución pinochetista y eso es lo que terminan apoyando.
A pesar de esta derrota en las urnas, me quedo con la victoria en las calles. Todavía hay 18 de octubre y eso es muy bueno y más allá de «la fiesta», en las calles vi ideas, vi consignas, vi convicciones. Entonces, y por aquí creo debemos partir, ¿seremos capaces, de una buena vez por todas, de organizarnos más allá del electoralismo? ¿Cómo? ¿Seremos capaz de hacer que toda esa voluntad política, convicción y ganas por cambiarlo todo se convierta en organización?
Hubo mucha militancia por el apruebo de quienes nunca antes habían militado, ¿cómo congregar entonces a esas voluntades y militar no por una lucha coyuntural sino por un cambio más grande, definitivo y revolucionario? ¿Qué hacer, compañeros? ¿Qué tareas son las que se requieren en este periodo?
Si se siente muy desmoralizados, recuerden el cierre de campaña. Somos caleta, más que la chucha. Es hora de pegarse el salto. Es hora de organizarse y disputar.