de Partido de Trabajadores y Ecología // El Porteño
El paro patronal de un sector de los Camioneros -CNTC, dirigida por Sergio Perez- es una calculada y no por ello menos burda, operación de inteligencia del Gobierno orientada a potenciar su agenda represiva. Se trata, por lo mismo, de una presión dirigida al Congreso el mismo día que se inicia la campaña plebiscitaria destinada a dirimir si se Aprueba o Rechaza el cambio de Constitución. Piñera está aclarando que su «Rechazo» se dispone a polarizar y a agitar la bandera del fascismo, única forma de nuclear a su sector y soportar la anunciada derrota del 25 de octubre próximo.
El fondo de esta cuestión es la división del bloque burgués. En efecto, Mientras un sector mayoritario de la burguesía se prepara para sustentar el Apruebo e intentar cerrar la crisis del régimen con una nueva transición, ahora «constitucional»; la minoría que aún respalda al Gobierno intenta avivar las brasas del fascismo y proponer una nueva Dictadura de cuño civil. El gremio de los camioneros, cuyas movilizaciones financiadas por la CIA fueron la punta de lanza del golpismo durante la Unidad Popular, son probablemente el único sector de la pequeña burguesía de inconfundible vocación corporativista y fascista. Por eso su tema de campaña es el «terrorismo mapuche» y la «delincuencia».
Que la Confederación de Dueños de Camiones de Juan Araya y Chile Camiones de Víctor Jorquera no respalden el movimiento, siendo estas organizaciones gremiales mayoritarias, en cuanto carga transportada, es una clara demostración de que existe una profunda división en el bloque patronal, que se expresa en la anémica respuesta del Gobierno. Piñera no se atreve a apoyar el movimiento, porque equivaldría entregarle el Gobierno a los camioneros, pero tampoco puede reprimirlo, porque se trata del único sector social que hoy le está prestando algún tipo de apoyo.
En realidad, los lloriqueos por los camiones quemados y el reclamo antiterrorista, sólo persiguen legitimar la represión brutal y el saqueo sobre el pueblo mapuche. Por lo mismo, los camioneros de Pérez sostienen una política que persigue simplemente la criminalización de toda forma de protesta social. La vergonzosa inacción del Gobierno ante la abierta paralización de actividades violentando el Estado de Emergencia, vulnerando el toque de queda e impidiendo el normal tránsito y transporte, pone en evidencia que el discurso de «mantención de orden público» con que salieron a matar, mutilar y encarcelar desde el 18 de octubre, es la simple defensa de los intereses de la minoría explotadora de plutócratas que están en el poder. Como esta supuesta acción de protesta se realiza en apoyo al Gobierno, no es reprimida: signo inequívoco de que vivimos bajo una Dictadura.
La izquierda del régimen, hasta el propio PC, que está en el parlamento y la burocracia sindical que encabeza la CUT, han observado un riguroso silencio frente a esta importante cuestión. Se han limitado de forma difusa a pedir que se aplique la Ley de Seguridad Interior del Estado. Vale decir, se han limitado a hacer lo que hacen siempre, esperar que la institucionalidad patronal resuelva sus problemas. Pedirle a la polícía, que ha resguardado estas acciones de paro patronal, que «reestablezca el Estado de Derecho» es impotencia reformista en estado puro.
Sin embargo, desde las páginas de El Porteño y en debate con otras organizaciones de izquierda y de trabajadores, hemos llegado a una conclusión distinta: la basura fascista de los camioneros debe ser barrida de todos los caminos de del país con el la única herramienta con que contamos los trabajadores, la protesta y la movilización unitarias en contra de la burguesía en su conjunto. No hay patrones buenos.
Porque este -precisamente- es el momento de demostrar que la única vía para imponer una Asamblea Constituyente que abra paso a un Gobierno de Trabajadores, es el de la organización y la movilización. Este ha de ser un momento para alinear las fuerzas, para convocar a una masiva campaña de organización y movilización por el Apruebo con una clara perspectiva de clase y que se oriente a llevar al poder a los trabajadores. Es por lo mismo, fundamental aprovechar el amplio repudio que generan las provocaciones de los camioneros, para llevar adelante un nuevo levantamiento popular. El camino es el de la movilización y la acción directa y nuestra bandera del Apruebo el 25 de octubre persigue fortalecer esta perspectiva de clase, sin entregar ninguna confianza en la democracia burguesa, que probadamente solo significa explotación y miseria para las mayorías laboriosas.
Llamamos a repudiar a los camioneros, a cacerolear en su contra y a levantar las reivindicaciones que ha alzado el levantamiento desde el 18 de octubre. Fundamental en esta tarea, es forjar un frente de trabajadores que agrupe a los que hemos resuelto batallar desde la vereda de los explotados.
Libertad a todos los presos políticos, a los mapuche y a los de la revuelta; juicio castigo a Piñera y a todos sus asesinos;
A preparar un nuevo levantamiento popular!!!
Asamblea Constituyente y Gobierno de Trabajadores
Declaración pública del Partido de Trabajadores y Ecología (PTE) y la revista El Porteño. Invitamos a más organizaciones y luchadores a suscribir este llamado.